S|| "Cuida tus espaldas Bill, porque en el espacio que dejaste, Tom y Hazel se acercaron más de lo que imaginabas, cambiando el curso de todo lo que creías seguro."
•Tom Kaulitz Fanfic
•La obra contiene lenguaje vulgar.
•Contenido +18.
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─Entonces no te sorprendas, si de un día para otro, no vuelves a verlo.─ gruñe, haciendo que mis nervios exploten por completo.
─¡No te atrevas!─ lo empujo, alzando mi voz. Sonríe con desafo. sacudiéndose los hombros.
─¿Ahora si tienes miedo?─ pregunta con burla, me quedo en silencio sin responderle. ─Todo depende de ti, preciosa. Lo dejas, y estará bien, sigues con él, y sufrirán ambos.─ acaricia mi barbilla.
Aparto mi rostro, y me alejo. ─¿Qué ganas con todo esto?─ titubeo. Tenía miedo, era claro que jamás nos dejaría de molestar. Se queda sin hablar y continuo. ─Yo ya no siento lo mismo por ti, y eso no cambiara, aunque deje a Tom, no puede obligarme a amarte como antes lo hacía.─farfullo, tragando saliva cuando avanza hacia mi amenazantemente.
─Yo me encargare de que vuelvas a amarme.─ espeta, tomándome del brazo. ─Tienes hasta que acaben las clases para mandar a la mierda a ese pedazo de imbécil, o el verdadero juego comenzara.─
No sabía si fueron mis nervios, pero me reí, y eso no era precisamente lo que debía hacer, teniendo en cuenta que estaba sola, con un imbécil o ex novio loco.
─¿Te causa gracia?─ gruñe, estirándome del brazo. Niego rápidamente. ─Toma muy enserio lo que acabo de decirte, preciosa─ susurra cerca de mi rostro. ─Yo mismo seguiré tu propio consejo esta vez, te daré hechos, no palabras─ sonríe, presionando sus labios con fuerza sobre los míos. Maldición, no. Lo aparto brutalmente, y golpeo su rostro.
─¡No vuelvas a hacer eso!─ grito, restándole importancia al tumulto de compañeros que esperaban afuera.
─Antes los disfrutabas demasiado.─ replica, intentando besarme nuevamente. Sin embargo, esta vez, el sonido de la puerta siendo empujada lo detiene.
─¿Qué ocurre aquí?─ la voz de Tom inunda el aula, y cuando volteo a verlo, está observándonos con detalle, y después pasa su vista hacia el ramo de rosas, y el oso que está enel suelo.
Lo que le faltaba a la mañana.
─Tom, no pasa nada.─ hablo primero, tratando de sonar lo más tranquila posible.
─Claro que pasaba.─ murmura Bill, desde su lugar con una sonrisa, disfrutando mucho de la situación. Aprieto mis labios. Iba comenzar.
─Deja de intentar llamar la atención imbécil.─ espeta Tom, cerrando de golpe la puerta.
Ay dios.
─Tom, ignóralo.─ le pido, acercándome a él. ─Solo está molestando.─ murmuro entre dientes observando al morocho, quien solo disfrutaba. Pero el Tom niega, y me aparta, dirigiéndose hacia el chico que estaba recargado cómodamente en el escritorio del profesor.
