35. Ganas de ayudar

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— ¿Por qué quisieras hablar con Hongjoong? —cuestiona Yunho, impresionado de la determinación de Mingi de ir allá.

—Es... algo importante.

— ¿Y no me lo puedes decir?

—Creo que no.

Yunho levanta las cejas y le da un suave empujón. Nunca pensó que Mingi pudiera guardarle secretos. Tiene curiosidad, pero supone que darle que espacio de intimidad y propia relevancia es necesario. Acaba de ajustarle las gafas y al abrir las ventanas, Mingi no reacciona apenas por el impacto a sus ojos.

— ¿Aun te arde?

—Un poco. Son los que menos me han fastidiado.

—Quiere decir que estamos muy cerca—festeja Yunho. Toma la tableta para anotar la posible formula necesaria—. Bien, podemos dejarlo hasta aquí por hoy. La oficina de Hongjoong está en el octavo piso, sabrás cual es por la puerta.

—Está bien... ¿Yeosang está con Wooyoung?

—No. tiene dormido toda la mañana. Fui a verlo y estaba rendido—responde Yunho guardando la tableta—. Quizá se quedó hasta muy tarde viendo televisión. Despierta muy tarde cada vez que Seonghwa y San salen a hacer otras cosas por la noche.

Mingi se eriza por un momento, con una sospecha quizás tonta, pero que de momento no puede verificar. Se acerca a Yunho y le da un pico en los labios. El médico lo profundiza por un momento antes de palmear su hombro y retirarse.

Mingi sale de su cuarto y decide ir por afuera hacia el octavo piso. No quiere subir escaleras y tampoco usar el ascensor. Para algo tiene alas. De por sí, no las aprovecha demasiado. Llega hasta el balcón del octavo piso, Hyejin los aluda y Mingi entra a la oficina sin tocar.

— ¡Wow! Estoy viendo un espectro. Pensé que iba a tener que pedir un deseo para que vinieras hasta aquí alguna vez. —bromea Hongjoong desde su escritorio.

Mingi abre la boca, pero queda a mitad de camino, dándose cuenta de Seonghwa está dormido en el sofá. Tiene una manta encima y es bastante tierno de mirar cómo está encogido en el pequeño mueble. Mueve su cola cada tanto y es gracioso que agarra cosas y las deja caer al piso por accidente.

Su cabello de color azul grisáceo. Hongjoong se percata de a donde fue la atención e Mingi y se ríe de nuevo.

—Me ayudó hasta muy tarde, se durmió y no he tenido corazón para levantarlo. Quisiera llevarlo a su habitación, pero pesa el doble que yo y se me caería—menciona levantándose—. Vamos a hablar en el anexo. Para que no despierte.

Mingi asiente y lo sigue. Cruzan unas puertas de vidrio. Aún pueden ver la otra oficina y más específicamente, Mingi se percata de la tabla con fotos. Una de las cuales es suya y al bajar en la lista, encuentra a Jongho.

Es justo la persona que vio por la noche en aquel intento de ataque.

— ¿Bien? ¿Qué quieres hablar? —Hongjoong pone las manos en su cadera y levanta la cabeza. Mingi es muy alto. No puede verlo sin hacer esto. Mingi olfatea.

—Apesta a café.

—Debo terminar una montaña de papeleo si quiero dormir mis usuales tres horas.

— ¿Tres? ¿Quién sobrevive con tres?

—Nadie. Estoy al borde de la muerte o de un colapso nervioso—responde simpático y Mingi frunce las cejas. Pensó que ser el jefe era más sencillo—. ¿Y bien?

—Oh... eh... —balbucea y mueve las alas, nervioso. Hongjoong le da tiempo, conteniendo un bostezo. Necesita enfocarse en algo para no dormirse. Lo haría de pie y nadie se daria cuenta—. Quería pedir ayuda por... alguien que quizá no se la merezca—Hongjoong queda curioso—. Lo vi por la noche. Mató a las personas que trataron de invadir hace unos días.

Dangerous Thing || JongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora