27. Auto-empujón

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— ¡Hola!

Se sienta de un salto junto al hombre que se aparta al instante, viéndolo con recelo y hasta aco. Yeosang se balancea en sí mismo, el hombre empieza a gruñir, mostrando los colmillos y amenazando con todo su lenguaje corporal.

Aun así, Yeosang no reacciona de ninguna manera más que sonreírle. Sube las piernas al asiento y las abraza, agitando las alas y recostando la sien en su rodilla.

—Es muy fuerte, señor, le hicieron muchas cosas feas, pero sigue aquí—comenta Yeosang y el otro disminuye un poco su postura—. ¿Le han dado un abrazo alguna vez? Creo que no. estaba con gente muy mala.

Yeosang se levanta de un salto y estira los brazos hacia él, ululando feliz. El hombre pasa de la confusión a sentir los ojos aguados. El olor de Yeosang es muy suave, muy dulce y el sonido que hace es tan tranquilo. Es diferente a lo que suele escuchar dentro o fuera de esta habitación.

El avia espera. Demora casi diez minutos con los brazos estirados, esperando que el hombre se levante y lo abrace. Es alto, con la piel llena de cicatrices, incluso en su cara, donde perdió un ojo debido a un corte horrible. No tiene sus orejas, apenas tiene su cola para identificarlo como un lobo.

Yeosang sonríe y lo abraza, cerrando las alas en torno a él. Le acaricia la espalda y aunque es una persona muy adulta, lo escucha lloriquear como un niño. Nadie viene a verlo, solo Yunho para tratarlo; todos creen que es una amenaza, no puede evitar los reflejos de ataque cando se acercan; se siente eternamente vulnerable por sus orejas faltantes y estar medio ciego.

Y odia que lo vean con pena.

Que lo vean como el perro apaleado que es.

Yeosang solo lo mira como alguien que está ahí, está vivo y está bien. Escucharlo también es tranquilizante. Es la primera vez que escucha algo así y lo hace feliz.

Por primera vez en su larga vida, puede sentir que algo lo hace feliz y eso es el pequeño pájaro cantor de plumas rizadas.

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— ¿Por qué tanto empeño en las gafas? No pensé que te gustara tanto probártelas. —bromea Yunho al acabar de ajustarlas y que no se le caigan.

Mingi estira las alas y los brazos. Suelta un respiro y dice:

—Quiero salir.

Yunho se queda en silencio un momento antes de sonreír brillante y entusiasmado.

— ¿¡En serio!? ¡Qué bien! —exclama emocionado. Mingi siente que el corazón le va a explotar—. Bien, Wooyoung acaba de terminar su masaje y Yeosang está ahora con él. Te llevaré allá y yo seguiré con mi trabajo.

El ala de Mingi se enrosca en el brazo de Yunho. Aun lo sorprende la capacidad de maniobra que él tiene sobre sus extremidades. Reconoce el gesto, es cuando está tímido y quiere pedir alguna cosa.

—T-te puedes... quedar... ¿Por hoy?

Mingi no se ve capaz de estar afuera con dos personas desconocidas. Le da mucho miedo. Yunho abre y cierra la boca y medita que el progreso ya está hecho: va a salir por su cuenta. Exigirle de inmediato que esté cómodo afuera sin él cerca, es pedir demasiado.

—Solo por hoy—Advierte y Mingi asiente, sus labios temblando y sus ojos, ocultos por las gafas, inquietos en Yunho—. Y también quiero que de verdad intente hablar con ellos. Al menos con Yeosang ¿Entendido?

—Sí.

—Me lo prometes ¿Verdad?

—Lo prometo.

Dangerous Thing || JongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora