63. Un lugar pacífico

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Las construcciones van bastante bien. Cuando llegan, hay varias casas construidas. Aparte de lo necesario que es un hospital, una escuela, un salón para comer, uno para estudiar y un baño público enorme. Yunho se siente bastante... aislado.

Es el único humano aquí y está seguro de que será pesado una vez pase el tiempo.

— ¡Que bueno que llegó! —exclama Hwanwoong—. ¡A-ayer a uno de los muchachos se le rompió el brazo porque le cayó un tronco encima, así que-

— ¿¡QUE PASÓ QUÉ!? ¡NO PUEDEN DURAR DOS MINUTOS SIN MÍ!

Yunho se apura a ir a ver en la enfermería. Encuentra a doce personas que no estaban heridas la última vez que las vio y también los que ya son pacientes habituales.

—Oigan—Félix llama la atención del pequeño grupo que se quedó tan solo parado fuera del auto—. Hemos estado haciendo casas como unos tontos desde que nos enseñaron cómo. Tal vez quieran quedarse en alguna—propone el zorro agitando su cola y sonriendo amable—. No están del todo terminadas, pero son habitables. Intentamos no dormir en los autos porque...

—Está asqueroso. —queja Mingi en voz alta. Haber estado dentro de esa lata de sardina por una semana, es la peor experiencia de su vida. Félix se ríe y los dirige a donde el montón de pequeñas casas se levanta.

Todas están hechas de madera, exceptuando las que llevan aire acondicionado por motivos urgentes: las especies que ameritan una temperatura muy baja para sobrevivir. Son las únicas totalmente listas y que el equipo enviado por Namjoon se encargo de construir sin demora. Así como el hospital, una laguna artificial y un tanque para agua salada.

Puede considerarse una versión rural de Halazia. Una más abierta y menos de lo típicamente humano.

—Se parece a Namudwie. —comenta Yeosang en voz baja.

—Lo más seguro es que Seonghwa ayudó en la forma del lugar—considera Wooyoung, viendo de un lado a otro con sus alas cubiertas por completo—. ¿Era así de bonito?

—Había más árboles, también las casas estaban pintadas- ¡Ah! ¡Hay que pintar nuestra casa! —exclama deteniéndose brusco y viendo a Jongho y Wooyoung alternativamente.

— ¿Pintarla? —Repite San—. Yeosang-

—Podemos hacer pintura ¿Lo olvidas? Como las que usamos para pintar el cuarto de la casita del árbol—relata Yeosang con una sonrisa—. Solo hay que buscar muchas flores y aceite, hacer mucho aceite.

—Ay Yeosang.

San quisiera sentirse bien de que Yeosang haya encontrado ánimo, sin embargo, se siente un poco resentido todavía. Convencido de que el tiempo ayudará a que pase, no hace esfuerzos por perdonar a Seonghwa. No considera que se lo merezca todavía.

El transcurso del tiempo es muy parecido al de Namudwie. Días largos, tranquilos y con algo que hace por más mínimo que sea. Una vez todas las viviendas necesarias estuvieron hechas, se quedaron sin nada por hacer, así que se ocupado de hace más casas. De esa forma cada quien puede tener la suya propia.

Se hizo un largo listado de peticiones por viviendas y así, quienes quieran su privacidad, la tendrán. Se hace más rápido de lo que ellos mismos quisieran, buscando más cosas por hacer.

Plantas vegetales, flores, árboles, adoptan animales que llegan del bosque, con San dedicado a cuidarlos. Yunho tiene tantos pacientes como de costumbre, pero para su propia sorpresa, también más tiempo libre. Momentos que utiliza para estar con Mingi y nada más.

Disfrutar de su pareja, así no sea tan privado como antes.

Jongho por su parte es quien ha dado el vuelco más grande. Su mueca extraña finalmente asemeja más es una sonrisa y dada la nueva libertad que tiene, se nota que está confundido, pero feliz de esto. La falta de olor a maquinaria, químicos, el olor de las balas con su metal. Hay tanto que ya no está aquí y le encanta.

Dangerous Thing || JongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora