Seguir Intentando #33

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Genya había tenido un arduo entrenamiento con el pilar de la roca Gyomei Himejima, el joven azabache solo podía quejarse de su dolor el pilar lo había puesto hacer ejercicio de fuerza y resistencia múltiples veces durante toda la mañana.

El menor sabía que si su hermano mayor lo encontraba de esa manera estaría muy enojado con el, ya que como bien sabía el azabache no estaba de acuerdo con que arriesgará su vida siendo parte de la cofradía Cazademonios.

Genya:Qué puedo hacer ahora, dice el menor mientras salía de la finca del pilar de la roca

en el camino Genya no pudo soportar más ya que con cada pisada que hacia le provocaba un dolor inmenso, al ya no poder caminar el azabache termina desmaysndose en pleno caminó a la finca de su Aniki.

Unas Horas después por fin despierta, se encontraba en su habitación estaba acostado en su futón con un frasco de medicinas al lado, el menor estaba algo asustado ya que sabía quién lo había encontrado, de repente en el instante escucha unos leves pasos provenientes del pasillo que cada vez se hacían más y más fuertes, el azabache sabía de quien se trataba ya que lo conocía a la perfección, al ver de quién se trataba efectivamente era la persona que había pensando era su hermano mayor quien portaba una cara muy enojada.

Sanemi solo podía mirar a su hermano menor con enfadado y preocupación, procedió acercándose mientas ambos conectaban miradas en el proceso, el albino solo podía mirar a Genya veía cada parte de su cuerpo maltrato por el entrenamiento, esto hace que Sanemi se enoje más.

Sanemi: ¡¡eres un idiota!!, dice el mayor despectivamente por el enojo — como puedes poner en peligro tu salud.

El Azabache solo se dedicó a escuchar cada sermón que le daba su hermano sin decir una sola palabra, tenía  razón talvez no era muy bueno para poner su cuerpo a ese tipo de entrenamientos .

Sanemi: por eso quiero que salgas de la cofradía, te pones en peligro

Genya: Hermano, yo..... lo siento

Sanemi al escuchar las disculpas provenientes del menor inmediatamente procedió a darle una cachetada en su rostro haciendo que el azabache se sorprenda por la acción del mayor.

Sanemi: crees que es fácil pedir perdón Genya?, creés que es justo para mí que arriesgues tu vida y tu salud por cosas como estás?, dice el Albino mientras jalaba el  cuello de la camisa acercándose al menor, en menor sólo podía sentir miedo y tristeza tenía razón su hermano talvez nunca sería bueno y sería mejor que no arriesgará su vida.

El azabache rápidamente empieza a sacar pequeñas gotitas de lágrimas en sus ojos, no podía soportar los regaños e insultos de su mayor, quien solo lo seguía regañando.

Sanemi al ver a su menor lagrimiando decide soltarlo y procediendo a darle un abrazo, que rápidamente el azabache contesta.

Sanemi solo podía podía pensar en las acciones futuras que podría hacer Genya si seguía siendo un cazador de dominios.

Sanemi: no importa lo que haga, me seguirás cueste lo que te cueste ¿verdad hermano?, no creés que ya es suficiente te has esforzado mucho solo me importa tu seguridad y tú bienestar por favor no pelies eso conmigo, hiciste un excelente trabajo.

Genya: Hermano....., dando unas leves lágrimas

Sanemi procedió a dejar un poco el abrazo viendo a su menor cara a cara mientas lo veía llorar levemente.

Sanemi: solo quiero que dejes de ser un cazador y puedas tener una vida normal, tengas una linda esposa y unos maravillosos hijos yo me encargaría de protegerte si es necesario, pero solo quiero que estés a salvo.

Genya: Yo... yo... yo tambien quiero protegerte Hermano, quiero ser útil y poder defenderte

Sanemi solo podía notar la  firmeza que provenía del menor en su hablar y en sus ojos, sabía que estaba haciendo enserio, procedió alejarse del contrario para posteriormente darle una leve caricia en su mejilla.

Sanemi: Estúpido..., si es lo que deseás tendrás que trabajar mucho.

Genya: lo sé, solo quiero ser fuerte y poder estár a lado, lo siento por preocuparte mucho no era mi intención.

Sanemi procedió a limpiar las lágrimas que caían en sus mejillas para posteriormente abrazarlo otra vez.

Sanemi: está bien, Genya te dejare quedarte....

Genya: hermano gracias, dando una sonrisa sacada de dientes, esto hizo que el albino se sintiera muy conmovido ya que las sonrisas de Genya siempre le levantaba el ánimo y las ganas de seguir viviendo.





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