🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓒𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸 🌸

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— ¿Y qué estás preparando, bebé?

— Lo que sea, igual te lo vas a comer.

— Ah.

YoonGi apoyó su bonita carita en la mesa, en silencio miró a YaZaelly preparando algo que no podía notar bien qué era porque ese cachorro le estaba dando la espalda. Sonrió de ternura porque es que se veía tan adorable estando sobre un banquillo para poder alcanzar bien la mesa y preparar la merienda de todas las tardes.

JiMin estaba en la clínica ayudando a su papi Zael, así que lo que menos podía hacer como agradecimiento era alimentar a YoonGi en vista de que las empleadas tenían prohibido hacerlo. Su papá YajaTzael le había enseñado a cocinar algunas cosas, así que se defendía haciendo algo comestible.

— Yoonie.

— Bebé.

— ¿Tú crees que mi papi gatito pueda recuperarse?

YoonGi llegó a suspirar por su inocente pregunta, de verdad que no quería llorar por el estado de Zael, pero se le era tan inevitable no sentirse así de triste por su tío. Solo esperaba el momento en que le dijeran que ya estaba bien, que se iba a recuperar y que pronto volvería a ser ese Omega tan tierno y carismático, mas todo parecía empeorar.

Jaeh, lamentablemente, había entrado en depresión por el estado de su hermanito menor, incluso no quería salir de la clínica, de la habitación de Zael. GiYoon también estaba bastante decaído porque al final Zael era su mellizo y lo amaba demasiado, por eso no podía soportar tenerlo de esa forma.

— Confío en JiMinie, bebé... confío en que él podrá ayudarlo.

— Ay, Yoonie.

YaZaelly negó todo dramático, se comió casi toda la lechuga antes de darse la vuelta para dejarle la merienda ya preparada en la mesa, olvidando así que estaba sobre un banquillo y recordándolo cuando cayó directo y duro al piso al querer dar un paso.

— ¡¿Estás bien?!

Con la cara pegada al piso llegó a alzar su pulgar en alto para que YoonGi se diera cuenta de que estaba bien luego de tremenda caída. Más tarde se tomó la molestia de romper el beso con el piso para notar únicamente que, gracias a la caída, su diente flojito de leche se cayó.

— Ven aquí, bebé.

Recogió esa cosita blanca que alguna vez le perteneció, eso fue antes de que YoonGi lo levantara del piso para sentarlo en la mesa y revisarlo en busca de encontrar alguna lección o algo. Tenía un gran chichote en la frente, pero no era nada que no bajara con una bolsita de hielo.

— ¿Estás seguro de que estás bien?

— No.

— ¿Qué tienes?

— Tengo la duda de saber cuánto me podría dar el ratón por este diente tan blanquito y perfecto.

Él negó con una sonrisa, le regaló un besito en la mejilla al menor para después irse al refrigerador y buscar algo bien helado para bajarle ese chichote en la frente. El menor, por mientras, metió la lengua entre el orificio que dejó el diente porque se sentía raro, aunque no fuera la primera vez que se le caía uno, pero sí la primera vez que lo botaba de esa forma tan dura.

— Te juro que yo sí habría llorado si me hubiera caído de esa forma.

— Si mi papá no lloró cuando mi papi Zael le dejó caer el martillo en la frente y se la rajó, yo menos voy a llorar por una simple caída — Aclaró — Ya te había dicho, entre más duro el golpe, más fuerte serás en la vida. Aprende, Yoonie, por favor.

🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora