🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓠𝓾𝓲𝓷𝓬𝓮 🌸

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Estaba pasando algo más extraño que ver a Park YajaTzael de buen humor.

- ¿Llanto...? ¿Por qué hay llanto de bebé cerca? ¿Nos están asustando?

YoonGi sacó la cabeza de debajo de la almohada, con múltiples mechones de cabello alborotado en su frente intentó distinguir qué era ese extraño llanto a esas meras dos de la madrugada, pero ni cómo encontrar algo cuando no veía absolutamente nada. Primero porque la habitación estaba a oscuras, luego porque el cabello en su frente le cubría también los ojos y después porque ellos estaban más cerrados que abiertos.

- Ese llanto, nene perdido, es el llanto de nuestra hija.

Luego de la información que JiMin le dio, él intentó recordar en qué momento habían tenido una hija, pues solía sufrir como de amnesia cuando estaba más dormido que despierto y terminaba olvidando hasta su nombre. Sin embargo, segundos más tarde logró recordar que, en efecto, tenía una hija tan pequeñita como la paciencia de YajaTzael.

- Yo iré a ver qué necesita.

- Espera.

JiMin había querido salir de la cama para ir con su nena y darle lo que sea que necesitaba para que ya no llorara de esa forma porque su corazón no lo soportaba, pero en eso él lo sujetó de la mano y lo jaló para lograr apresarlo entre sus brazos. De esa forma lo abrazó, lo apapachó y lo apretó porque era la cosa más esponjosa que nunca había tenido con él, también porque ver a JiMin de nuevo con ese cuerpo precioso y curvilíneo le daban como ganas de hacerle otro cachorro.

- JiMin-Ah, ¿recuerdas lo que me habías prometido?

- Estás mal si piensas que haremos eso en este momento o en estos días.

- ¿Por qué mejor no me dices que ya no me quieres y ya?

JiMin negó con una sonrisa, en medio de la oscuridad le dejó un beso a YoonGi en sus bonitos labios para que no pensara tal barbaridad cuando el amor que sentía por él era infinito. A pesar de que buscó separarse para ir con la nena, no pudo hacerlo cuando sus gruesos labios habían sido totalmente profanados por el hormonal Alfita que ya le estaba tocando zonas que en esos momentos no podía tocar.

- Oye, no me hagas utilizar la violencia y sabes que lo hago.

YoonGi se alejó un poco de él, dejó de morderle el cuello porque había empezado a recordar todas las veces en que ha utilizado la violencia. Pensó entonces que estaba muy bien así y por ello se alejó por completo, lo soltó con una sonrisa que denominaba estar en modo son de paz, sin violencia y sin agresiones.

- ¿Viste cómo hablando nos entendemos?

- Supongamos.

JiMin se puso a reír en cuanto salió de la cama para buscar cómo ir con su hija de una buena vez y ya nada impediría que así fuera, es por eso que no le dio importancia al fuerte apretón que YoonGi le dio en el trasero solo porque verlo le alborotaba las hormonas y como él tenía la maña de dormir con unas bermuditas cortas, entonces no ayudaba mucho a la estabilidad de ese Alfa tan desesperado por tenerlo.

- JiMin-Ah, JiMin-Ah, espera.

- ¿Qué pasa, nene? Nuestra hija me necesita.

Al haber salido de la habitación, YoonGi se acercó corriendo a él para caminar juntos por los pasillos oscuros. Le tomó la manita por muchos motivos, entre ellos porque no era buenos viendo a oscuras y solía tropezarse con todo, también porque por ahí debía estar ese perro infernal, ese que le provocaba rezar en los seis mil y picos de idiomas que habían en el mundo. Lamentablemente, debe decir que no era un Alfa valiente, razón por la que él siempre lo protege.

🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora