🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓽𝓻𝓮𝓼 🌸

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— Solo responde.

— YoonGi, no.



— Solo responde lo que te pregunté, por favor.

— ¿Responderte qué?

— Si ya no me amas... porque ahora soy yo el que se pregunta eso.

JiMin suspiró muy herido, porque esa pregunta fue como una estaca que se clavó en su corazón y no supo si fue por el hecho de que YoonGi parecía todavía no tener en claro que lo amaba más que a nada o si fue únicamente por el tono quebrado y susurrante que usó. Lo que sí sabía es que toda esa situación era inaguantable, era hiriente y doliente, a un término en el que quería mandar todo por la borda y desaparecer de ahí o bien correr a los brazos del Alfa que era su vida.

— ¿Para qué me preguntas eso? Si sabes que... que te amo mucho más de lo que podría decir — Murmuró — Tú sabes que te amo tanto que no dudaría en darte el mundo entero.

— Yo no quiero que me des el mundo entero, yo quiero que me des tu confianza, tu amor... a ti.

YoonGi se puso de pie, se le acercó y lo abrazó por la espalda de una manera tan suave que pareció más bien irreal. Enterró la cara en su cuello y se le aferró como con miedo de que se le fuera para siempre, de que esa ruptura fuera permanente y lo dejara solo en un lugar en donde no cabía sino estaban los dos juntos. Y no habían palabras para reparar su error, pero sí actos en donde gritaba lo mucho que lamentaba cada lágrima que le hizo derramar.

— ¿Cómo te hago entender que te amo sin que te vayas de mi lado? Solo quiero hacerte saber que tú y nuestra hija son lo más bonito que me ha pasado — Susurró — Y ahora tengo miedo de que no quieras volver, de que te des cuenta de que estás mejor sin mí o que ya no soy lo suficientemente relevante para tu vida.

— No dejes que tu mente tenga el control de ti.

— ¡Es que solo quiero que te quedes!

Abrumado por tantas emociones, se dio la vuelta en busca de alejarse con ciertas ganas de hacer algo para sacar esa frustración que tenía metida, esa que no lo dejaba tranquilo y la que apareció tras hacer algo malo sin saber repararlo. Solo quería hacerle saber a JiMin que lo lamentaba y que prefería alejarse definitivamente antes que verlo partir a Busan, en donde quería estar para tomarse el tiempo que decía necesitar, pero que él seguía sin entender.

— Es que... es que no sé cómo se hace esto. Mi lobo nunca ha logrado salir de ese escondite y cuando quiere salir, no puedo controlarlo — Sollozó — Nunca nadie me enseñó a tener el control de él o si era bueno mantenerlo encerrado porque no tenía el don de sacarlo.

Siempre había sido una persona diferente y siempre creyó que sería Omega o Beta debido a su personalidad dócil y sumisa, pero resultó ser Alfa y entonces no supo qué hacer o cómo se portaba un Alfa. Después de eso siguió siendo tan tímido y dócil que, por las múltiples burlas, su mente bloqueó el poder de su lobo y le impidió salir bajo cualquier circunstancia e incluso le hizo creer que jamás sería como el resto. Eso hizo que pasara toda su vida siendo un Alfa escondido, en donde en ocasiones su lobo quería salir tras el miedo a la oscuridad, pero entonces no sabía cómo mantenerlo bajo control y cuando menos lo esperaba, todo a su alrededor se volvía bizarro.

Su lobo, por nunca habérsele permitido salir, no reconocía ni al mismísimo Park JiMin y no conocía la luz del día, no conocía a su familia, tampoco sabía a quién debía respetar y a quién debía valorar. No sabía absolutamente nada del mundo exterior, lo único que sabía es que se ha mantenido dentro de una cueva oscura de la que nunca a podido salir, que se sentía como un astronauta perdido en el espacio y que no tenía salida.

— Yo no quiero que me dejes, yo quiero que me tomes la mano y que me enseñes a entender esto, JiMin — Sinceró — No sé a dónde ir o a quién recurrir. No sé qué me pasa, no lo sé... no lo sé.

Tan cansado y frustrado se sentó en la cama, se cubrió la cara con las manos y lloró, más allá de ser un Alfa que debía mantener su rango, en donde no podía ser débil o sensible. Por un momento se sintió como perdido, como corriendo detrás de JiMin y al mismo tiempo detrás de su lobo, para ver a quién de los dos lograba salvar primero de ese agujero en donde los había metido sin saber cómo, y se preguntaba quién podía rescatarlo a él luego de eso.

— Entonces déjame ayudarte.

JiMin se arrodilló frente a él, con una sonrisa suave y dulce le acunó la cara entre esas manos tan preciosas, y lo miró a los ojos con un brillo único e irreemplazable. Le mostró un mundo con esos ojos, le mostró lo bonito que era tenerlo cerca y le hizo sentir una calidez a su alrededor, como un gran suéter de lana que lo cubría por completo e incluso cuando todo se vio perdido, supo guiarse gracias a esa persona que desde un principio lo amó a pesar de verlo dentro de una cueva oscura.

— Nene, yo no sé si soy tu destino o si soy con quien verdaderamente debes estar. No sé si soy tu hilo rojo, tampoco si soy lo mejor — JiMin murmuró — No sé si tú eres mi destino o si eres con quien verdaderamente debo estar. No sé si eres mi hilo rojo, tampoco si eres lo mejor.

— ¿Pero? Uh, sí hay pero, ¿no?

Él soltó una risita por el tono ansioso de YoonGi, asintiendo unió sus frentes y cerró los ojos para dejarse llevar de lo que los dos habían creado en cuestión de segundos, que era una burbuja en donde solo dos podían estar. Se dejaron llevar por la conexión única que los unía, por ese lazo que ahí estaba sin ninguno saber si lo tenían con la persona correcta, porque es que no sabían si eran los correctos o si su destino era estar juntos. No sabían nada más que el amor que se tenían.

— Pero hay personas que no están destinadas a estar juntas y aun así lo están, luchando contra todo para demostrar que su amor es inquebrantable — Susurró — Y el destino puede elegir quién entra a mi vida, pero solo yo puedo elegir quién se queda y tú... nene, tú me hiciste entender que hay personas que son irreemplazables.

— ¿En serio, JiMin-Ah?

— Sí... Así que ahora vamos a entrenar a tu Alfa interior.

Entonces ya no había ruptura ni tiempo, ni separación. 






🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora