— ¿Qué...?
El tazón en donde estaba la pasta recién hecha terminó cayendo al piso y quebrándose hasta hacer un desastre, eso ocurrió porque JiMin lo dejó caer luego de tremendo dolor que le surgió en el bajo abdomen. Su respiración comenzó a agitarse muy rápido, tanto que tuvo que sostenerse de la mesa porque no se estaba sintiendo bien en lo absoluto.
Desde haces días, en donde aquella Omega tonta lo empujó y lo hizo caer, ha estado sufriendo de muchos dolores intensos que no lo dejan hacer casi nada. En un momento estaba bien y en el otro se sentía tan mal que ni con un consejo casero pasaba. Debe confesar que eran dolores tan fuertes que lo hacía llorar y gritar hasta no dar más, entonces todo era un desastre y ahora no sabía qué hacer más que intentar sentarse.
Tenía miedo, mucho miedo de que a su bebé le esté pasando algo malo por esa caída. Tenía miedo de perderla por esa estúpida Omega y si eso llegaba pasar, juraba que no podría salir de una fuerte depresión. Su bebé ya estaba bien formadita, en poco tiempo la la tendría entre sus brazos, no podía solo permitir que algo malo le pasara.
— ¿Es que ya quieres salir? Todavía te-te falta, nena. ¿Qué pasa...?
Soltó un fuerte grito, entre lágrimas se sostuvo el estómago cuando empezó a sufrir de intensas contracciones. Ahora sabía que, al parecer, su cachorra ya quería salir a explorar el mundo exterior con unas semanas adelantadas y el problema en sí no era ese, sino que estaba solo en toda la casa, con el celular en la sala y sin tener la oportunidad de ir a buscarlo porque todo le dolía.
— Vamos, bebé. No me puedes hacer esto.
Buscó entonces de no entrar en pánico porque eso no serviría en absolutamente nada y por ahí decían que el dolor era más mental que físico, así que procuraría calmarse para buscar ayuda. Comenzó a coger mucho aire, de forma lenta y precisa, con los ojos cerrados mientras se acariciaba el estómago para tranquilizar a su nena. Debía portarse como el Omega especializado que era y que sabía cómo tener el control de la situación en caso de emergencia.
— Vamos a ir por el celular, ¿está bien? Llamaremos a papá y vamos a esperar pacientemente a que él venga — Susurró — Pero si estás tan urgida, nos vamos al hospital en coche, ¿bien? Inhala, exhala. Inhala, exhala.
Luego de haber cogido la bocanada de aire más grande de su vida, tomó la buena decisión de ponerse de pie con ayuda de la silla y la mesa. A pesar de que llegó a marearse hasta casi perder el equilibrio, logró tomar el peso de su cuerpo y ejercer fuerza en los pies para que eso no pasara. Empezó a caminar muy lentamente, buscando más aire y con las mismas caricias para no alterar a su nena por el movimiento.
— Si al final no podemos hacer ninguna de las dos cosas, nunca está de más hacerme de partero a mí mismo — Comentó — Eso sería solo en caso de emergencia o hasta que tú decidas comenzar a salir antes del tiempo que, por lo visto, será así.
Una buena forma de calmar a la bebé era hablándole, haciendo que escuchara su voz para que no se exasperara y supiera que él estaba ahí a pesar de todo. Aunque el dolor seguía con la misma intensidad, su nena ya estaba empezando a quedarse quieta y eso era menos un problema. Ahora solo debía buscar ayuda para ir al hospital.
Con éxito, casi, logró llegar a la sala y al sofá en donde estaba su celular, el cual agarró mientras buscaba cómo sentarse para descansar. Enseguida marcó al número de YoonGi para que ya estuviera enterado de lo que estaba pasando en caso de que no lo encontrara, pues la veterinaria no quedaba precisamente a la vuelta de la esquina.
— ¿Esto es una broma?
Ese Alfita no respondió, la llamada pasaba directo al buzón y eso lo hizo saber que, como siempre, tenía el celular apagado o en silencio. Entonces decidió irse con la segunda opción, buscó llamar a YajaTzael mientras se seguía acariciando el estómago para que su bebé no volviera a ponerse inquieta y le diera más dolor.
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🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]
FanfictionSegundɑ temporɑdɑ de 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻. - ¿Tienes frío? Dejɑ que yo te ɑbrigue. - Se supone que yo debo dɑrte cɑlor. Yo soy el Alfɑ. - Siente el cɑlor de mis brɑzos, Alfitɑ. Pɑrɑ tener cinco ɑños de cɑsɑdos, JiMin seguíɑ sie...