— Oye, tú.
— Yo tengo mi nombre y mientras no me llames por mi nombre, no te daré la mirada.
JiMin se acomodó bien el auricular, siguió entonces tarareando la canción con la mirada en las plantas que estaba regando mientras ignoraba por completo a esa Omega tonta y molesta que había llegado un poco exaltada a reclamarle cosas que para él no tendrían importancia. Definitivamente, hacer jardinería y cuidar a sus bonitas plantas era mucho más divertido e interesante que ver a una Omega desocupada.
— JiMin, ¿quería preguntarte si un perro negro es tuyo?
— ¿Te refieres a Lucifer? ¿Al can que está detrás de ti?
— ¿Qué...?
Ella se dio rápidamente la vuelta, bastante asustada por la presencia de ese perro endemoniado que el día anterior le había dado el susto de su vida, hasta había creído en que se le lanzaría encima para morderla y a pesar de que el perro no hizo más que gruñirle y ladrarle, había decidido ponerle quejas al dueño que, según le dijeron, era JiMin.
El caso es que al darse la vuelta el perro no estaba ahí, así que molesta por la broma de mal gusto se dio la vuelta para enfrentar a ese odioso Omega de una maldita vez y dejarlo en su sitio, sin embargo, se quedó con las palabras ahogadas cuando lo único que recibió al girar fue un gran y potente chorro de agua en toda la cara.
— Lo siento, cariño, es que eres tan insignificante para mí que ni siquiera noté que seguías aquí.
JiMin sonrió de lado, lleno de satisfacción decidió abrir más la llave para que el agua saliera con más potencia, con más fuerza para ver si así se ahogaba y dejaba de meterse en casas ajenas sin pedir permiso. Era una buena forma de decirle que nadie más que él y su esposo tenían el derecho de pisar tan fino césped.
— ¡¿Qué te pasa, idiota?!
— Discúlpame, fue un accidente.
— ¡Pero lo sigues haciendo!
— Es que sigue siendo un accidente.
La Omega retrocedió lo suficiente como para que el agua ya no la tocara. Furiosa le gruñó y le clavó los ojos encima como con ganas de desgreñirlo por ser tan odioso y por haber tenido el atrevimiento de portarse así con ella cuando era claro que no estaban al mismo nivel. Ese Alfa tan guapo y atractivo estaba perdiendo su tiempo estando con un Omega tan amargado y odioso.
— ¿Quién te crees que eres, estúpido?
— ¿Quién te crees tú como para entrar a mi casa, pisar mi césped e insultarme?
— Luego no te quejes cuando te quedes sin Alfa por ser tan odioso.
— Al menos yo me quedaría sin Alfa por ser odioso, pero tú de seguro te quedaste sin Alfa por ser tan vacía de la cabeza — JiMin sonrió — No te equivoques, yo no necesito ofenderte para dejarte en tu sitio, eso es solo para gente inculta.
— Me estás cansando, idiota. No te conviene meterte conmigo.
Él no buscó responder a eso, porque se había dado cuenta de que casi cae en el juego con las respuestas y ataques. No iba a perder su tiempo en darle cuerda a una loca que parecía buscar pleito solo por aburrimiento, creyendo que todos eran iguales como para seguirle el juego. Él prefería seguir regando y cuidando a sus plantas antes que seguir escuchando cada tontería que ella estaba soltando.
— Mejor vete, cariño.
Sin ver a la tipa le señaló los portones de salida, luego de ello buscó una maceta bonita para trasplantar una de las rosas nuevas que había sembrado hace ya tiempo. Él no era de amenazar, de ir por ahí diciéndole a sus enemigos que los iba a atacar, él prefería quedarse callado y dar el el golpe final en silencio, para que fuera sorpresivo y certero.
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🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]
Hayran KurguSegundɑ temporɑdɑ de 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻. - ¿Tienes frío? Dejɑ que yo te ɑbrigue. - Se supone que yo debo dɑrte cɑlor. Yo soy el Alfɑ. - Siente el cɑlor de mis brɑzos, Alfitɑ. Pɑrɑ tener cinco ɑños de cɑsɑdos, JiMin seguíɑ sie...