🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓷𝓾𝓮𝓿𝓮 🌸

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— Respira profundo, por favor.

JiMin levantó la cabeza para ver cómo ese Alfa respiraba profundo como él se lo había pedido, después de eso dejó la vista en donde la tenía anteriormente y entonces clavó suavemente la aguja entre los dos testículos para luego meterla con la misma suavidad e inyectar así el hidrogel, un anticonceptivo para Alfas que el laboratorio había creado con éxito.

La preparación del anticonceptivo llevó más de dos años en donde hicieron miles de pruebas cada día para que saliera perfecto. Durante un año y medio tuvo muchas fallas, efectos secundarios que no debía de haber según el programa, pero fue hasta unos meses en donde fue probado por científicos cuando por fin quedó como el laboratorio quería. Hoy en día tenía el noventa y tres por ciento de eficacia y con la opción de ser totalmente reversible, se permitía el paso del flujo seminal, pero no la de espermatozoides, y no afectaba a la eyaculación ni a los orgasmos. Tenía también la duración de diez años una vez se aplicaba, además, el producto ya estaba en la venta y miles de Alfas alrededor del mundo ya lo estaban comprando.

— Listo. Eso era todo.

Una vez colocó el hidrogel, se puso de pie para botar todo lo que ocupó en su debido lugar, incluyendo la jeringa usada y los guantes por igual. Más tarde volteó a mirar al Alfa para explicarle algunas cosas o responder alguna pregunta, pero se quedó callado al fijarse en lo rojo que estaba por el procedimiento, pues era un Omega que le había visto las zonas íntimas y eso no pasaba a diario realmente.

— ¿Cómo te sientes?

— Uh... ¿Bien?

— No debes preocuparte por nada. No habrán cambios hormonales, ni provoca acné — Notificó — Empieza a hacer efecto a los quince minutos de inyectada.

Para buscar dejar de poner más nervioso al Alfa, se dio la vuelta y entonces cogió una tarjeta en donde debía escribir la fecha y hora del anticonceptivo ya inyectado, también una garantía de gastos médicos pagados por si el producto le provocaba alguna reacción negativa que, por prueba científica, eso sería imposible, pero nunca estaba de más atender bien al paciente. También debía firmar como el médico que lo atendió, por si ocurría alguna negligencia que, claramente, eso no pasaría.

— Listo. Aquí tienes la tarjeta, ¿está bien?

— Gracias.

— Saldré para que te cambies a gusto.

Tal vez podría ser simplemente tonto que saliera para dejar solo al Alfa y que se vistiera luego de haberle visto lo más privado del cuerpo, pero era solo que no quería cometer una negligencia por muerte de infarto provocado por los nervios y la vergüenza, así que prefería salir y evitar lo anterior mencionado. Suspirando entonces caminó por el pasillo para ir a su consultorio y cambiarse, ya que su horario de trabajo había terminado y podía irse a casa.

— ¡JiMin-Ah!

— ¿Nene?

Confundido volteó a mirar hacia atrás al escuchar la voz de YoonGi en el pasillo y, en efecto, ese Alfita estaba corriendo hacia él con todo lo que podía dar. Sonriendo abrió los brazos y no se pudo sentir más alegre que cuando en ellos entró el amor de su vida, su pedazo de cielo y su todo. YoonGi lo abrazó todo agitado, sudado porque había estado corriendo mucho y como no estaba acostumbrado a hacerlo, entonces ahora estaba a nada de desmayarse.

— Bebé, ¿por qué debías correr? ¿Cuál es la prisa?

— JiMin-Ah, JiMin-Ah, dime que no es cierto lo que me dijo YajaTzael-Hyung.

— A ver, ¿ahora qué te dijo ese Alfa loco?

Él buscó coger mucho aire para llenar sus pulmones y buscó calmar su respiración para hablar bien, para hablar con coherencia y poner quejas acerca de lo que YajaTzael le había dicho. JiMin le estaba haciendo caricias bonitas en el cabello y todo sería tan mágico como siempre si no es porque sabía en dónde habían estado anteriormente esas manitas regordetas de bebé sobreprotector.

🌸 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ゚・:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora