🌸 *:･ﾟ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓮𝓬𝓾𝓵𝓲𝓪𝓻 ﾟ･:* 🌸 YoonMin [ 𝓛𝓲𝓫𝓻𝓸 𝓓𝓸𝓼 ]

🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓬𝓲𝓷𝓬𝓸 🌸

— ¿Qué haces?

Según YoonGi, el clima de ese día estaba tan lindo como para tomar una buena taza de chocolate caliente, pues estaba más nublado que su vista cuando se levantaba de sopetón y con ganas como de querer llover, pero al mismo tiempo no. Entonces había preparado dos tazas de chocolatito caliente para él y para JiMin, pero estaba de más decir que el chocolate ya venía preparado y que solo fue cosa de calentar en una olla, y él muy torpe podía ser, pero a diferencia de su tío, él sí podía calentar algo sin que se quemara la olla o cogiera fuego la cocina.

Una vez habiéndose desviado del tema, había aparecido en la sala para entregarle el chocolatito caliente a JiMin, con el pensamiento de que podían sentarse en el sofá, acurrucaditos y ver alguna película ya aprovechando que su princesita estaba en el dulce mundo de los sueños. Sin embargo, el detalle es que notó que ese Omega inquieto estaba arriba de unas escaleras y reparando más de algún cable de electricidad que se quemó por la tormenta de la noche anterior y el problema no es que estuviera ahí, pues sabía mucho de electricidad y era quien siempre se ocupaba de esas cosas, el problema es que ya habían hablado de ese tema y habían quedado en que él debía asumir su papel como Alfa, eso quería decir que eso lo debía de estar haciendo él.

— JiMinie.

— ¿Qué pasó, bebé? ¿Necesitas algo?

— Uh... ¿Por qué no dejas que yo haga eso? Tú, por mientras, puedes disfrutar del chocolatito caliente que te hice. Mira, mira — Propuso — Anda, baja de ahí, ¿sí? Es que te puedes caer y no quiero que te lastimes. JiMin-Ah, JiMin-Ah, baja de ahí, por favor.

Desde ahí arriba, ese Omega tan peculiar simplemente sonrió ante su clara preocupación y sus evidentes ganas de querer ayudar como antes no pudo hacer, siendo el motivo por el que habían tantos problemas entre ellos. Y no es que no quisiera darle la oportunidad de hacer algo en casa, es solo que sabía que él era un poco despistado y lo que menos quería era que le pasara algún incidente estando ahí arriba; como que sufriera de alguna descarga eléctrica o que pudiera resbalar. Su lago sobreprotector le impedía permitir que hiciera ese trabajo tan delicado y se sabía que ese lado era más fuerte que cualquier otra cosa.

— Estoy bien, bebé. Además, ya solo es cuestión de cambiar el bombillo y esto estará como nuevo — Aseguró — Tú eres quien puede tomarse ese chocolate, así que siéntate y buscas alguna película.

— JiMinie, ya habíamos hablado de esto y tú prometiste que pondrías de tu parte. Habíamos quedado en que no ibas a usurpar mi identidad — YoonGi asintió — Así que te bajas de ahí, te sientas, te tomas el chocolate y dejas que yo termine ese trabajo, ¿bien? Tu Alfita se hará cargo de eso. Anda.

— Sé lo que habíamos hablado, nene, pero yo creo que...

— No vamos a discutir esto, terco Omeguita. Solo baja de ahí o te bajo yo mismo.

Su ceño había estado fruncido, porque es que desde que su Alfa interior logró salir como se supone desde hace mucho debió, había cogido algunas actitudes que antes no tenía; como que decía en voz alta cuando no estaba de acuerdo con algo o que estaba haciendo cosas de la casa, ya sea reparando algo o haciéndose más cargo de su familia, pero como Alfa que no dudaría en atacar por defender a su Omega y a su cachorra, pero el punto no era ese, el punto era que el pánico a JiMin seguía ahí y fue lo mismo que sintió cuando ese Omega lo volteó a ver por el tono mandón que utilizo junto a sus exigencias, así que solo pudo pelar los dientes para verse inocente e inofensivo.

— ¿Por favor? ¿Puedes bajar de ahí y dejar que yo me haga cargo, por favor? — Sonrió — Digo, solo si quieres, claro. No te estoy obligando, JiMinie.

Evidentemente, JiMin no le dijo nada porque ya estaba bajando de las escaleras y esperaba que estuviera bajando para cederle el trabajo y no para darle esa mirada asesina que lograba intimidarlo. Y claro que se congeló en su puesto cuando ese Omega llegó con él, pero lo contrario a lo que se había imaginado, solo le plantó un beso en la mejilla y le aceptó la taza con chocolatito tibio, al cual le dio un par de sorbos mientras le hacía una seña para que terminara de hacer el trabajo.