Amantes [Dekutodo] [FINALIZADO]

Capítulo 55

A pesar de era tarde para ir a un lugar como ese, tendría que comprobar por si misma que no se trataba de una mentira.
Estaba nerviosa cuando le pidieron el parentesco, su DNI y demás cosas.

No podría tener un contacto tan estrecho con esa persona.

Inko caminaba de un lado a otro en ese pequeño cuarto, de luces opacas y una gran ventana que supuso que atrás de ella lo estarían viendo.

Toco con su mano la mesa y la puerta se abrió.

El hombre tenía unas esposas en sus manos, una vestimenta de un color horrible, su cabello era oscuro, producto de haberse teñido. Inko se acerco titubeante.

— Ko... Kosei. — tartamudeo y vio como la persona asentía apretando sus labios. Inko tenía la tentación de querer abrazarlo tan fuertemente, se llevó a su boca su mano y con la otra agarro la mesa para no caerse. — Crei... creí que habías muerto. — le grito con un nudo en el pecho.

No podían expresar físicamente con abrazos o caricias pero si con palabras como se sentían cada uno.

Hasta que llego el momento difícil.

— ¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso? — pregunto Inko.
— Enji... Enji tenía que pagar por lo que me hizo, por lo que le hizo a Ian... por todo. — apreto sus manos. —   Con mi novia, Akane, teníamos todo planeado, viviriamos en un pequeño departamento, tendríamos hijos... — su mandibula tembló. — ella estaba embarazada cuando pasó el accidente... — se mordió el labio. — La mamá de Uraraka, murió... Ian quedó destrozado... y todo fue culpa de Enji... él me presto su auto... y...
— Pero... podías haberlo denunciado... — intervino Inko.
— Si... podía haber hecho eso pero el auto desapareció, y a nosotros nos tomaron por muertos... — Kosei miro a su hermana. — Es por eso que comencé esa venganza... e Izuku era perfecto para eso... lo manipule para que hiciera todo a mi gusto... y ahora me siento fatal por haberle arruinado la vida. — bajo la mirada.
— En ese caso... él tomo sus propias decisiones. — Inko susurro.
— ¿Inko, no me Escuchaste? Yo básicamente lo obligue para que tomara esas decisiones. — dijo furioso y alto.
— Pero...
— Pero nada, Inko. — se acerco a su hermana. — he intentado hablar con Ian pero me resulto imposible... me dan excusas para que no este en contacto con él y tengo la leve sospecha de que algo le paso... y Si Izuku... llega a pisar este lugar... será peligr... — susurro pero fue interrumpido.

— Separense. — alguien se llevo a Kosei.
— ¡Inko! Dile que ni se acerque... ¡Por favor! ¡Que...! — se escucho un fuerte golpe e Inko intento salir para ver que pasaba pero la agarraron.

Pudo salir unos 20 minutos después.

Habían personas limpiando el pasillo, y abrió los ojos al ver un balde en el cual flotaba un trapo gris, pero lo que le llamo más la atención era el líquido rojizo.