r/Colombia , wow

29 0 0
                                    

**NOTA DEL RECOPILADOR: al parecer este copy fue publicado en el sub r/Colombia . No he podido encontrar el post original, asi que pienso que los mods de ese sitio borraron el post.

A los quince años, después de haber ahorrado lo suficiente ordeñando vacas en la finca de un tío, reuní la plata suficiente para pagar mi primera puta. La verdad ya estaba bien harto de andar con la zoofilia - no había burra en todo el pueblo y sus alrededores a la que no le hubiera espretinado el chicorio- y decidí que era hora de dar el salto a las de mi especie.

Había parlado a una veneca que vivía en el pueblo y me iba a cobrar barato, pero un primo me dijo que si era la primera vez lo mejor era ir por todo lo alto y comerme a alguna vieja de Los Manguitos, que es un chochal que todavía existe ahí en la vía de Los Tamarindos.

Total que llegó el día del culeo. Fui al pozo y me lavé bien el guevo pa' quitarme todo el sebo que tenía, que uno así de pelao pasa es lubricando y aquello parecía fábrica de quesillo. Me puse una camisa bien bacana que me había regalado mi papá, el pantalón de diario del colegio que era el más elegante que tenía, unas alpargatas, y puyé el burro junto a mi primo, que iba haciendo de celestino en la nueva experiencia. Era cinco años mayor que yo y eso ya era suficiente para que tuviera mucho más mundo en el ambiente culiadístico.

Al llegar a Los Manguitos me llevé una decepción, pa' qué. Yo me había imaginado un chochal así bien melo como los de los videos porno, de dos pisos, con un letrero grandote y tales, pero eso parecía más una hijueputa cabaña de indios que otra cosa. El hecho de que estuviera a la orilla de una represa repleta de tarullas, y bajo un palo e' mango, con los mangos podridos regados por el piso, sólo aportaba a la imagen valeverguista del lugar. Pero me dije que había que aplicar esa de no juzgar un libro por su portada y pa'lante es que iba.

Al entrar, sin embargo, la cosa no mejoró. Al contrario. Cule potrero malparido jediondo a grajo y miao. Las mesas y las sillas rimax de colores todas reventadas. Los borrachos hablando mondá, escupiendo y vomitando el piso. La musiquita, pa' qué, sí estaba bien bacana, puro Farid. Pero las viejas, lo más importante, sí estaban bien fulerillas. Enseguida pensé en la venequita del pueblo, que así de pasada, estaba mil veces mejor que cualquiera de esas otras coyas y obvio cobraba menos. Mire a mi primo.

-Hey, care mondá, tú sí vales verga - le dije.

-Moral, pri - me respondió el cabeza e' picha ese.

No me dio tiempo ni de escoger bien. Apenitas después que entramos varias viejas se nos abalanzaron encima. Obviamente al ver entrar a dos pelaos jóvenes iban a preferir encuartelarse con nosotros que con alguno de esos otros viejos asquerosos. Mi primo explicó pa' qué estábamos ahí, que tales pascuales, y me tocó escoger a la menos fea del grupito porque qué más.

Le pagué por adelantado los cincuenta mil del alma al administrador, un vale que era más pluma que persona, y la vieja me llevó de la mano fuera de la cabaña por una puerta de atrás. Salimos a un monte donde casi piso una plasta e' mierda amarilla donde revoloteaban moscas, y entramos a una de las varias cabañitas más pequeñas que había ahí detrás. Esa mondá estaba bien oscura y con el zipote abanico vuelto verga que había, que sonaba más de lo que echaba fresco, hacía qué cule calor. Me quité rápido la ropa más por eso que por la arrechera, y cuando estuve encuerecito, alcé la vista y en la penumbra aprecié a la vieja ya espatillada en la cama. Me dio un condón y me dijo que me lo pusiera. Ya yo antes me había robado varios de la venta de mi abuela pa' hacerme la paja y no tuve problema en ponérmelo. De buenas también que, por la novedad o yo qué sé, tenía la mondá parada. Sino también tras de todo hubiera pasado una buena pena.

Después vino un error mío, lo reconozco. Yo había visto tanto porno y quería la experiencia completa que, por tirármelas del más culión, no se me ocurrió mejor idea que incármele a chuparle la chucha a la vieja. Obvio cualquiera dirá que cómo se me ocurría chuparle la chucha a una puta, pero ajá, era inexperto y pendejo que es uno a veces. Nomás cuando me le iba acercando ya me llegó un tufillo a mierda y ahí casi me echo atrás pero por marica decidí seguir. Pensé que era mejor salir rápido de eso, tomé aire, le di un lenguetazo y nombe, eso pa' que fue. Estuve a punto de vomitarle la chucha a la vieja. Esa malparida puerca quién sabe hace cuánto no se la lavaba y la tenía bien rancia. No pude ver bien por la oscuridad pero hasta quesillo tendría.

Obviamente después de eso se me bajó la mondá y a la puta le tocó chupármela para parármela de nuevo. Eso fue lo único rico, porque después cuando se la enterré, no sé si por el condón o por todo lo que había pasado, la verdad es que no disfruté mucho. Tanto así fue la cosa que para venirme me tocó sacársela y hacerme la paja pensando en una burrita pollina que me comía. Le eché la leche en las tetas y como por maldadoso, por todo lo que me había hecho pasar, se la restregué con la mano. La hijueputa hasta ofendida estaba pero a mi me valió mondá. "A ver si así te bañas, malparida", pensé. No esperé a la vieja, me vestí y salí de ese hijueputa roto antes de que se me terminaran de asar los huevos.

Ya de nuevo en la cabaña busqué a mi primo pa' abrirnos rápido de esa verga y me lo encontré discutiendo con el marica del administrador. La loca esa apenas me vio y se me fue encima diciendo que el billete que le había entregado era falso y tales. Yo le dije que cuáles, que estaba loco, y que si era falso ya pailas, que fácilmente habían podido coger uno falso y me querían hacer la vuelta por más pendejo, que se debió haber dado cuenta en el momento de pagar. El man siguió hablando mondá y yo busqué el apoyo de mi primo pero el hijueputa ese había aprovechado y se había volado sin que nadie se diera cuenta. Yo le dije al man que no tenía más plata.

-Tú eres como bonito - me dijo-, dame el jopo y ya con eso pagas.

-Eche, pri, qué, sea serio, vale mía - le respondí-. Te irá a dar el jopo el pae tuyo.

El man se delicó forma hijueputa. Empezó a gritarme y se me fue encima como a querer pegarme, pero ustedes saben que los maricas no saben dar un golpe de fundamento, le saqué el lado facilito, me encaramé y, aprovechando que llevaba pantaloneta de tela de esa valcita, le cogí las bolas y se las apreté duro. ¡Pero duro! Todavía me acuerdo del alarido que pegó ese hombre. Sin hablar mondá yo creo que sentí como si se le explotara una bola. De una, salí puyado a la salida. Una puta y un borracho me quisieron atajar pero a los dos les di un matracazo en la jeta, salí de nuevo al exterior y me fui dejando el pelero.

Tiempo después, luego de volver a ahorrar, me pude comer a la venequita y pa' qué, ese sí fue un polvito bueno. Me saqué la espina. Creí que ya iba a dejar de comer burra pero qué va, es hoy y todavía a veces no puedo con las ganas, me meto a alguna paja y enciendo a mondá a alguna que haya por ahí. Esas costumbres como que nunca se pierden. Por si se preguntan, más nunca volví a Los Manguitos, ni loco que estuviera. Capaz el marica todavía se acuerda de mi y me llega a joder con una botella rota o algo, como no son resentidos los cacorros esos. Y de todos modos, esas hijueputas viejas no valen la pena. A mi primo, luego que lo vi de nuevo en el pueblo, lo perseguí varias calles y le zampé un totumazo en la espalda que lo tumbó. Como le di del lado del tallo le quedó una cicatriz y cada vez que va descamisado se la veo y me hace acordar de toda esta historia

Historias raras que me encuentro por InternetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora