Los Bridge

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Stella volvió a mirar el paisaje, Sky se había comportado especialmente despreciable y ya no tenía ánimos de ser lo único que viera por el resto del viaje.

Su madre también iba en el carruaje pero estaba tan ensimismada con lo mucho que significaría si ella y Sky se comprometieran que no se había dado cuenta que simplemente para ellos sería asqueroso, se veían como simples hermanos, tal vez de eso debería de culpar a Radius o a ella misma, pero no lo haría eso era seguro, porque después de que Sky se había ido para regresar a las tierras Montessori por la muerte de su padre a Luna le había surgido la idea de que ambos podrían concretar un matrimonio.

—Luna— la llamo Sky con voz dulce y Stella rodó los ojos —Me preguntaba si Stella y yo podríamos dar un paseo por la plaza, es la primera vez que ella viene y...

—¡Claro!— se apresuró a responder viendo que casi llegaban —Yo me quedaré en Lummere para organizar nuestras pertenencias y les pediré que lleven tus cosas a Montessori Manor.

La rubia le sonrió a Sky con agradecimiento, siempre era bueno alejarse de su madre, más aún cuando su padre le había permitido decidir cuando y con quién casarse según sus términos, desde ese momento su madre se había vuelto loca y había mandado a traer pretendientes al ton y son. Ahora tendría un respiro.

Sky le extendió la mano para ayudarla a bajar del carruaje, sabía lo que pasaría apenas la chica asomará uno de sus dorados cabellos, no podía negarlo, era muy atractiva y además de ser físicamente bonita, tenía una personalidad increíble que hacía resaltarla entre la multitud. Notaron algunos ojos sobre ella, pero aún así decidieron avanzar.

Stella analizó la plaza emocionada, nunca había visitado este lugar, estaba mirando meticulosamente cada espacio cuando sus ojos se clavaron en unas tiendas.

—¿Un helado?— pregunto el rubio con una media sonrisa, caminando hacia ahí con Stella delante.

—De chocolate, por favor— respondió al ensimismado muchacho que iba a despacharla cuando llevaba más tiempo mirándola que preparando su helado, Sky ya tenía el suyo en mano, así que estaba distraído mirando la decoración del lugar, Stella se dió vuelta para hablar con Sky cuando una chica pelirroja se atravesó en su camino —Oh, disculpa— murmuró la rubia viendo como la mitad de su helado se iba en la ropa de esa chica.

—Esta bien— dijo entre risas, extendió la mano hacia ella —Bloom Bridge— se presentó y la rubia sonrió estrechando su mano.

—Stella Solein— respondió y por un segundo la mirada de Bloom cambio, la chica que siempre estaba en las columnas del periódico estaba frente a ella y lo peor es que esas estúpidas columnas tenían razón, su belleza era lo más parecido a sentirte deslumbrado —¿Aquí las dejan salir sin sus madres?

—Ojala, pero siempre tiene que haber un chaperon, por mi mejor, mi hermano es un experto ahuyentador de partidos— su comentario insensato hizo reír a Stella.

—Me imagino, generalmente suelo huir de los bailes como si fueran plagas, pero me veo obligada a acompañar a mi...— busca la palabra adecuada para referirse a su amigo rubio, pero sin tocar el pasado —Chaperon, si. Ahora hemos invertido lugares, pero como siempre tenemos que estar solos, suele quedarse sin un solo tema de conversación y solo hablamos de cintas para el pelo, me gustaría conocer más gente.

—Yo desearía un poco de silencio, mi casa casi siempre es un completo caos, somos tres chicas contra dos chicos— Stella parece fascinada con su historia, lo cual le parecía raro, las chicas de su edad casi siempre la molestaban por su familia grande —Aunque mi hermana se ha casado ya. Dejamos de ganar las peleas.

—Una lástima— la rubia parecía genuinamente interesada.

—Stella— dijo Bloom como si se le hubiera ocurrido la idea más brillante de todas —Deberian tú y tu chaperon venir a cenar a mi casa, a Bridgestone, mi hermano vendrá a cenar a casa ese fin de semana.