20

90 9 6
                                    


Stella había estado en su habitación todo el día siguiente, había llorado quizá toda la noche, era la primera vez que se sentía así, utilizada.

Y también así de furiosa.

Sabía que para Brandon Bridge un beso no significaba nada, que no era nada, pero la forma en que sus ojos se encontraron cuando ella decidió continuar el beso la habían dejado pasmada, era la primera vez que veía un peculiar brillo en sus ojos y aún así, había significado nada.

Se había hecho un ovillo en su cama y le había asegurado a su madre que tenía dolor de cabeza y por una vez, Luna decidió dejarla en paz.

No podía entender porque le había enfurecido tanto el hecho de que la hubiera besado, ni siquiera cuando Sky la había intentado besar estando ebrio y confundiendola con Bloom se había enfurecido, tal vez fue la manera en que Sky lloró por su perdón o el hecho de averiguar algo que ya sabía, fuera cuál fuera no se había molestado, pero ahora sentia que la rabia le recorría las venas y la unica forma de expulsarlo era llorando.

¿Y por qué decidir humillarla aún más arrojándole la llave al suelo?

Aún así, al día siguiente Luna ya había pactado una salida al parque para un picnic con el Conde Falser, así que respiro profundo y envío al fondo de su mente todo lo que le repudiaba de Brandon Bridge. Este día solo tenía que concentrarse en Lord Falser y si lo hacía bien, entonces él le pediría matrimonio.

Caminaron por el parque antes del almuerzo, el cargaba caballerosamente la cesta del picnic y tenía a Stella colgada de su otro brazo, con Luna, Lady Aisha y Musa detrás de ellos.

Tal vez por obra del destino o por la simple casualidad, los Bridge también estaban ahí, no todos, pero por lo menos Brandon, Riven, Miele y Marion también habían decidido que sería una buena idea tener un picnic.

Estaban disfrutando entre ellos cuando una risa dulce llegó hasta ellos, la primera en girarse fue Miele.

—Miren, es la señorita Solein— les dijo con voz alegre, Brandon ni siquiera se digno a mirar.

—Parece que el Conde Falser si que va en serio— murmuró Riven —¿Creen que se comprometan pronto?

Y entonces Brandon levantó la mirada, solo para encontrarlo recogiendo el sombrero de Stella que se había volado debido al aire y se lo pasaba para que pudiera volver a usarlo. ¿Por qué tenía que usar ese endemoniado sombrero?

—Si claro, cuando Lord Falser deje de ser un partido tan insulso y aburrido quizá podrían contraer nupcias.

¿Y porqué ella le estaba sonriendo? ¿No había dicho que le gustaba disfrutar el sol? ¿Y por qué él estaba dos centímetros más cerca de lo debido? ¿Acaso no se daba cuenta de que casi respiraba el mismo aire que ella?

Brandon volvió la vista hacia su madre, que lo estaba mirando fijamente.

—¿Se te ofrece algo madre?

—¿Puedes ir por Miele?— Brandon dirigió la mirada hacia, hasta donde hace segundos, estaba sentada Miele.

Cuando la voz de su hermana llegó a sus oídos, está ya estaba en el picnic de las Solein riendo de algo que el famoso lord Falser decía.

Recorrió la vista hasta Riven con una sonrisa maliciosa.

—¿Por qué no vas tú, hermano? Aún no he acabado mi tarta y por lo visto tu engulliste la tuya con un solo bocado.

Riven rodó los ojos, pero al sentir la mirada de su madre no tuvo más remedio que ponerse de pie. Tomándose su tiempo solo para fastidiar a ambos.

Estaba por caminar hacia allá cuando Miele regresaba alegremente.

—Lord Falser es realmente agradable— dijo con una enorme sorpresa —Esperaba que fuera un ogro gruñón, pero resulta que parece ser divertido.

—Miele, no puedes decir esas cosas en público— Marion la miró con advertencia.

—De cualquier forma creo que le resulte más interesante a la señorita Solein con mi plática de que ya puedo beber champagne en ocasiones especiales que toda la charla de los hijos que sostenía con Lord Falser.

—¿Hijos?— preguntó Riven.

—Bueno sí, la señorita Musa mencionó el tema de los niños cuando llegué y Lord Falser dijo que le encantaría tener hijos.

Marion miró a sus hijos de nuevo, no era de buen gusto charlar de conversaciones de otros, pero la curiosidad se la comía viva.

—¿Y qué dijo ella?— preguntó Marion en voz baja.

—Mamá— regañó Brandon —Suficiente es que estos dos no respeten las normas del protocolo, ¿Ahora tú?

—Lo siento, hijo. Pero la verdad es que desde que Bloom se casó no ha habido ningún cotilleo interesante.

—Dijo que disfrutaba del silencio— continuó Miele, ignorando a Brandon —Entonces Lord Falser dijo que una familia grande como la nuestra siempre fue su sueño, que sería increíble tener cuando menos, cinco niños— Miele sonrió —Stella dijo que los sueños son efímeros y los niños eternos y que un niño no debería ser un capricho, Lord Falser parecía molesto.

—Tipico— murmuró Brandon entre dientes.

—Bueno, no todos coinciden en sus sueños— murmuró Marion —Pero deseo que la señorita Solein encuentre lo que busca, no he podido dejar de pensar que arruine sus planes a futuro.

—¿Por Sky?— preguntó Riven —Yo creo que no le importa.

—Tal vez no, pero nunca está de más tener una relación más estrecha con gente con ducado.

—Bloom ahora es duquesa— mencionó Brandon de mala gana.

Continuaron hablando de otra cosa hasta que Riven y Marion se alejaron para dar un paseo.

Brandon se intentó concentrarse en lo que decía su hermana menor, pero no podía quitarse de la cabeza a una persona en particular, menos aún cuando esa persona estaba a tan solo metros de distancia y aún peor, siendo malditamente agradable con un hombre insulso, amilando, como lo era el Conde Falser, cuando lo había besado a él. Miele dirigió una mirada a su hermano, analizando su expresión perdida en el lago.

—Tú eres mejor— le dijo con una sonrisa.

Brandon volvió la mirada hacia su hermana.

—¿De qué hablas?

—Eres más agradable que Lord Falser, por lo menos para mí, eres un mejor partido, aunque el sea un conde y tú bueno... Mi hermano.

Brandon sonrió divertido.

—No soy un pretendiente de la señorita Solein, Miele, así que no tienes que compararme con Lord Falser.

—Es una lástima. Pero si lo fueras, estoy segura que serías mejor.

Los BridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora