La mañana siguiente era ese tipo de mañana que por lo común seguía luego de una tormenta violenta: clara y luminosa, pero con una húmeda bruma que se pegaba fría y refrescante a la piel.Brandon no era consciente del clima, pues había pasado la mayor parte de la noche contemplando la oscuridad y viendo tan solo el rostro de Stella. Al final se había quedado dormido cuando los primeros rayos del amanecer tocaban el cielo. Para cuando se despertó ya era más de mediodía, pero no se sentía descansado. Su cuerpo estaba envuelto por una mezcla de agotamiento y energía nerviosa. Le pesaban los párpados y tenía los ojos inexpresivos en sus cuencas, pero no obstante los dedos no dejaban de tamborilear sobre la cama, se desplazaban hacia el borde como si ellos solos pudieran sacarle de allí y ponerle en pie.
Pero cuando su estómago gimió con tal sonoridad que pudo jurar que el yeso del techo había temblado ante sus ojos, se levantó tambaleante y se puso la bata. Con un fuerte bostezo, abriendo mucho la boca, se acercó hasta la ventana, no porque buscará algo o alguien en particular, sino porque la vista era preferible a cualquier otra cosa que viera en su cuarto.
Y aún así, un cuarto de segundo antes de mirar abajo y contemplar el terreno, en cierto modo sabía lo que iba a ver.
Stella. Cruzando el césped con lentitud, con mucha más lentitud que en cualquier otra ocasión anterior. Normalmente caminaba como si participara en una carrera.
Estaba demasiado alejada como para que le viera el rostro; solo distinguía una sección del perfil, la curva de su mejilla. Y aún así, no podía apartar los ojos de ella. Había tanta magia en su forma, una gracia extraña en la manera en que balanceaba el brazo mientras caminaba, un arte en la postura de sus hombros...
Caminaba en dirección al jardín, se percató.
Y supo que tenía que reunirse con ella.
El clima continuó en aquel estado contradictorio durante la mayor parte del día, dividiendo a los invitados a la reunión campestre por la mitad entre los que insistían en que el brillante sol llamaba a participar en actividades al aire libre, y quienes evitaban la hierba mojada y el aire húmedo para buscar el ambiente más cálido y seco del salón.
Stella se situaba claramente entre el primer grupo, aunque no estaba de humor para buscar compañía. El estado de su mente era demasiado reflexivo como para entablar conversaciones corteses con gente que apenas conocía, así que se escabulló una vez más hasta los espectaculares jardines de Lady Bridge y buscó un lugar tranquilo en un banco próximo a la pérgola de rosas. La piedra estaba fría y todavía un poco húmeda debajo de su trasero, pero como no había dormido lo que se dice bien la noche anterior, se encontraba cansada y aquello era mejor que estar de pie.
Con un suspiro se percató de que se trataba casi del único sitio donde podía estar a solas. Si continuaba dentro de la casa, sin duda se vería arrastrada a unirse a un grupo de damas que charlaban en el salón mientras les escribían cartas a sus amigos y familiares, o aún peor, se vería atrapada en el coro de las damas que se había retirado al invernadero para trabajar en sus bordados.
En cuanto a los entusiastas de las actividades al aire libre, también se había dividido en dos grupos. Uno se había marchado al pueblo para hacer compras y ver las atracciones que pudieran encontrar allí, y el otro había partido a dar un paseo hasta el lago. Puesto que Stella no tenía ningún interés en comprar y ya estaba bastante familiarizada con el lago, había evitado también ambas compañías.
De ahí su soledad en el jardín.
Permaneció sentada durante varios minutos, con la mirada perdida en el espacio, los ojos enfocados ciegamente en un capullo cerrado en un rosal próximo. Era agradable encontrarse a solas, sin tener que taparse la boca o disimular los sonoros ruidos soñolientos que hacía cuando bostezaba. Era agradable estar a solas, donde nadie fuera a comentar las ojeras bajo sus ojos o su inquietud poco común o su poca conversación.
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Los Bridge
FanfictionBrandon Bridge se había vuelto el soltero más codiciado de la temporada, como la temporada anterior y la anterior a esa, pero está vez, su hermana Bloom tendría que buscar un esposo gracias a él, la llegada de los duques simplemente altera el orden...