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Stella bajo del carruaje en la casa de Lady Aisha, que sorprendentemente ya la esperaba en la puerta, con el bastón en la mano y una mirada retadora.

—¿Acostumbra a llegar así de tarde a todas sus reuniones?— le recriminó cuando apenas estaban a unos pasos de distancia.

—Lo siento— murmuró Stella de mala gana, caminando detrás de ella hacia dentro de la casa —Tuve que pasar a la casa Bridge.

—Claro...

—Conoci a Bloom apenas llegué aquí, es agradable, tal vez podría ser mi amiga.

—Es bastante obvio que necesitas conocer a chicas de tu edad— respondió sentándose en su sala de recibimiento —Porque solo me tienes a mi como único contacto fuera de Sky.

—No es verdad— se quejo Stella en voz baja.

Aisha la observó en silencio, ya no era más una niña, ahora era una joven en edad casadera que no tenía más a su padre para ayudarla, sabía que Stella la había pasado mal, se lo había dicho en sus cartas, pero nunca se sintió con la valentía de visitar a la rubia a pesar de saber que sufría, había perdido a su padre cuando tenía ocho años y aún después de tanto tiempo no la veía lo suficientemente estable.

—Lamento lo de tu padre— dijo entonces, cuando toda la habitación había quedado en silencio —Creo que nunca te lo había dicho, no te veía desde que eras niña y no me parecía apropiado decirlo en una carta.

Stella asintió, aunque deseaba cambiar el tema de inmediato.

—¿Crees que haya sido una buena idea dejarlo solo?— pregunto entonces —Digo, al final, él y yo vamos a casarnos y no creo que sea buena idea que este mostrándole atención a Bloom.

Lady Aisha comenzó a reírse con devoción, como si estuviera escuchando el mejor chiste que había escuchado en su vida, pero al ver que la chica no se movía regreso la mirada a ella.

—¿Hablas enserio?

—Claro que si, ¿Piensa que jugaría con algo así?

—Querida, creí que ustedes eran simples amigos que estaban esperando el momento idóneo para cada uno buscar su camino.

—No importa que quiera, además, mi madre me mataría si me convirtiera en solterona o aún peor, me casará con alguien que no fuese Sky.

—Señorita Stella creo que he vivido los años suficientes como para que una jovencita quiera mentirme a la cara— Lady Aisha la observaba con una ceja levantada.

—¿Qué más da?— murmuró con melancolía —De cualquier forma ya casi pego a la edad de solterona y no he encontrado a alguien— Stella suspiro —¿Cree que en realidad Sky este intentando conseguir la mano de Bloom?

—Creo que Sky nunca se ha tomado las cosas en serio, pero no es un mal hombre y si no estuviera interesado en Bloom ni siquiera la cortejaria, además Brandon es un hermano rudo, no lo dejaría jugar así con su hermana.

Stella rodó los ojos —Creo que lord Bridge lo dejaría hacerlo, es una persona desagradable y poco simpática.

—Pues cuando los ví bailando no parecían pasarla mal.

Stella boqueo malhumorada, sin saber que responder a eso —Es porque estaba fingiendo.

—¿En tan mala consideración tiene a lord Bridge?

—Es un hombre arrogante, egocéntrico, egoísta, antipático, malhumorado y completamente arrogante.

—Ya había dicho arrogante.

—Es que es la clase de persona que merece que se lo digan dos veces, además él está casi seguro que su hermana se casará con Sky.

—¿Y qué piensas?

—Que está loco, preferiría casarme primero con Sky antes que darle la razón a ese hombre.

Lady Aisha oculto su sonrisa con su taza de té —¿Privarías a Sky de su felicidad por Brandon Bridge?

—Cuando lo dice así suena horrible...— murmuró Stella —Pero es que ese hombre es simplemente insoportable, ¿Se imagina si tiene razón? ¡Me lo recordaría toda la vida!

—¿No le tienes más atención de la necesaria puesta en lord Bridge?— inquirió la mayor.

—No, solo creí que competir con él y ganar le haría bajar el ego.

Lady Aisha la miro con duda pero volvió la mirada a su té, pensativa.

—Tal vez Sky este llendo en serio con Bloom, nunca lo había visto cortejar a una chica de alta sociedad— comenzó —Pero es que ese chico siempre ha sido una pesadilla a lo grande, tal vez sea bueno que te lo quiten de encima.

Stella intentó contener una risa, pero no pudo.

—Nunca aprendió a ocuparse de sus asuntos, ¿verdad?

—Nunca. ¿Qué diversión tendría ocuparme solo de mis cosas?— dijo, y sonrió. Stella juraría que no quería hacerlo, pero también sonrió —Y en cuanto a ti— añadió —eres una debutante horrible. Se supone que, a estas alturas, ya estarías con veinte pretendientes tras de ti, pero no.

—No se me da, la verdad.

—¡Que simplista!— comentó la mujer.

Stella no dijo nada, pero sabía que de cierta forma Lady Aisha conocía su abstinencia al matrimonio, quería conocer el amor y no importaba nada más, pero también sabía que en el fondo la simple idea de casarse le aterraba, le aterraba no verse amada, nunca sentir amor era una idea que no iba a permitirse.

—Lady Aisha, ¿Usted alguna vez se enamoró?

La mirada de Aisha se iluminó con fervor, pero luego miro a la joven rubia frente a ella con una sonrisa maliciosa —¿Crees que porque soy una solterona nunca me enamoré?

—Si.

—¡Dios mío! Que atrevida— fingió sorpresa mientras la veía pero al notar la mirada seria de la chica recompuso su postura y la miró —Claro que me enamoré, él era galante, atento y muy apuesto, me atrevo a decir que era el mejor hombre que he conocido.

—¿Y por qué no se casó con él?— la mirada de la condesa de pronto fue melancólica, repleta de tristeza.

—Estamos comprometidos y muy enamorados, pero él tenía que irse para resolver asuntos, yo tuve fé los primeros meses, pero luego simplemente me rendí, y él no apareció, nunca apareció— Stella apartó la mirada —Despues descubrí que había muerto sin poder haber llegado a su destino, me hubiera gustado saberlo antes, así me hubiera ahorrado tanto rencor.

—Suena tan trágico, ¿Por eso nunca volvió a intentar casarse?

—Nunca encontraría a uno igual, así que simplemente decidí que seguiría sola.

—Lady Aisha— la llamo con algo de vergüenza —Si le pidiera un favor, ¿Lo haría?

—¿Qué clase de favor?

—Estuve pensando en lo que dijo, pero no podré hacer nada por Sky si mi madre sigue obligandome a estar todo el tiempo con él, así que si me enfermo...

—¿No tendrás que ir a los bailes?

—Exacto.

—¿Y que quiere que haga?— Aisha se puso de pie dudosa.

Y una sonrisa maliciosa asomó por los labios de Stella.

Los BridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora