Habían pasado días desde la boda de Bloom y Sky, los periódicos aún anunciaban su casamiento como uno de los más esperados, pero en algunas columnas, Stella aún podía leer su nombre como una soltera que jamás podría ser novia.Si quería ser sincera con ella misma, debía admitir que había estado evitando los bailes con tal fervor que incluso comenzaban los rumores, pero su madre había estado de acuerdo en evitar lo que ella llamaba humillación pública provocada por Sky.
Aunque ese tiempo le sirvió a Stella para aumentar sus lienzos y su imaginación en el arte, no podía evitar pensar que en algún momento a su madre se le olvidaría que hablarían de ellas en cualquier esquina y entonces, volverían a inmiscuirse en la alta sociedad, por ello, disfrutaba su tiempo a solas al máximo, Musa había sido mejor recibida por su madre y todo parecía marchar bien.
No fue hasta que llegó un enorme ramo de rosas a su puerta que supo que su tiempo lejos de la sociedad había culminado. El Conde Falser había mandado el ramo más grande que había recibido nunca. Y, con su perfecta caligrafía había dado sus mejores deseos.
Así que técnicamente se vio obligada a asistir al baile de la marquesa Ketron.
Se había mantenido en una esquina como solía hacer todas las veces, solo así podía sobrevivir los bailes sin tener que darle explicaciones a su madre, usualmente los hombres eran lo bastante orgullosos como para ofertar a un baile a alguien que no estaba cerca de la pista, así se aseguraba de evitar un mal pretendiente.
Y mientras Stella estaba ahí, observando a las debutantes ofrecer su mejor sonrisa y aceptar bailar con cualquier hombre, así fuera el más disgustante, le pareció que tenía una vida muy solitaria, sin Sky aquí, no tenía ningún amigo, Musa no podía asistir a esos bailes y Riven no le hablaba en público desde que Stella le había mentido a Lord Bridge.
—¿Disfruta la soledad?
—Lord Falser— murmuró intentando hacer una sonrisa.
—Supongo que a usted también le parecen desgastantes este tipo de eventos.
—Un poco, pero son lindos.
—¿Puedo invitarla a bailar la siguiente pieza?
Stella se atragantó, pero al final, asintió.
Tomó la mano que el Conde Falser le ofrecía y se dejó guiar a la pista de baile.
El Conde colocó su mano en la cintura de ella y la acercó un poco, lo máximo que era considerado respetable dentro de la sociedad. Y la miró fijamente mientras duraba la pieza. Stella por su parte, estaba demasiado ocupada pensando en todos los temas de conversación que podría decir después, tal vez un poco de las ambiciones, no, tal vez de comida, no, quizá de los bailes que se había perdido... Estaba tan concentrada en eso que solo salió de su ensoñación por un dolor en el pie.
—Disculpeme, Lady solein— la voz del Conde sonaba apenada —He chocado ligeramente con el señor Bridge y me he impulsado hacia adelante sin considerar sus pies.
Stella notó la sonrisa maliciosa de Riven a espaldas del Conde, así que simplemente sonrío.
—No tiene de que preocuparse, lord Falser.
—Aun así, una dama como usted, se merece al mejor bailarín.
Stella soltó una risa suave, apesar de que el chiste no le había causado ni un apice de gracia.
Estaba por volver a su esquina cuando notó que el Conde Falser la seguía, así que no tuvo más remedio que girarse hacia él.
—¿Puedo hacer algo más por usted?— preguntó entonces la rubia, intentando sonar lo más sutil posible.
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Los Bridge
FanfictionBrandon Bridge se había vuelto el soltero más codiciado de la temporada, como la temporada anterior y la anterior a esa, pero está vez, su hermana Bloom tendría que buscar un esposo gracias a él, la llegada de los duques simplemente altera el orden...