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Un cuarto de hora más tarde Brandon había salido a pasear por los jardines de flores de su madre.

Estaba disfrutando de la contradicción del cálido sol y la fresca brisa cuando escucho un eleve sonido de las pisadas de una segunda persona por un sendero cercano. Aquello le picó la curiosidad, los invitados estaban todos instalándose en sus habitaciones y el jardinero tenía fiesta. Con franqueza, había contado con estar a solas.

Se volvió en dirección a las pisadas y avanzó en silencio hasta que llegó al extremo del sendero, miró a la derecha, luego a la izquierda y entonces vio a...
A ella.

¿Por qué, se preguntó, le sorprendía aquello?

Stella Solein, vestida con un vestido azul lavanda claro que conjuntaba de un modo encantador con los iris y jacintos, estaba de pie al lado de un arco decorativo de madera que dentro de poco quedaría cubierto de rosas blancas y rosadas.

La observó durante un momento mientras ella acariciaba con los dedos alguna planta vellosa cuyo nombre nunca recordaba, luego se inclinó para olisquear un tulipán holandés.

—No huelen— dijo en voz alta mientras se acercaba despacio hacia ella.

Stella se enderezó al instante, todo su cuerpo reaccionó antes de volverse a mirarlo. Brandon se dio cuenta de que le había reconocido la voz, lo cual hizo que sintiera una satisfacción peculiar.

Mientras se aproximaba, indicó con un gesto a la brillante floración roja.

—Son preciosas y bastante raros de ver en un jardín inglés, pero no tienen perfume.

Stella se demoró en contestar más tiempo del que él esperaba, luego relajo la mirada hacia él.

—Nunca antes había visto un tulipán.

Algo en aquella frase le hizo sonreír a él.

—¿Nunca?

—Bueno, nunca plantado en tierra— explicó —he recibido muchos ramos de parte de Sky, como sabe, las flores bulbosas crean sensación este último año. Pero en realidad nunca había visto crecer ninguno.

—Son las flores favoritas de mi madre— dijo Brandon mientras estiraba el brazo para tomar uno —y los jacintos, por supuesto.

Ella sonrío con curiosidad.

—¿Por supuesto?— repitió ella.

—Es bastante obvio que no tenga una única flor favorita— luego sonrió mirando la flor —Mi hermana se llama Flora— dijo él, tendiéndole la flor —¿no lo sabía?

Negó con la cabeza.

—No, me parece que sabe más usted de mi, que yo de usted.

—Ya veo— murmuró él —Estoy consternado, señorita Solein— dijo volviendo a su sonrisa maliciosa —me he puesto toda mi armadura y esperaba que no me contestara.

Stella intentó no poner una mueca al oírlo, pero su expresión se torció.

—Le he prometido a Luna que mi comportamiento iba a ser impecable— Brandon dejó ir una risotada —Qué extraño— mascullo Stella —Musa ha tenido la misma reacción.

Brandon apoyó una mano en el arco, con cuidado de evitar las espinas de la enredadera de rosas trepadoras.

—Siento una curiosidad desmedida por saber qué entiende por comportamiento impecable.

Se encogió de hombros y jugueteó con el tulipán que tenía en la mano —Espero poder adivinarlo sobre la marcha.

—Pero se supone que no debe discutir con su anfitrión, ¿correcto?

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