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Stella se había visto prácticamente obligada a salir de casa a pesar de su gripe, Luna no estaba dispuesta a soportar más el hecho de tenerla encerrada en casa cuando, según ella, perdía la oportunidad de conquistar a un buen hombre ahora que Sky parecía ir en serio con Bloom, ya ni siquiera lo invitaba a tomar el té.

Ambas Solein recorrieron el lugar hasta visualizar a Lady Aisha, caminaron hacia ella mientras otra gente las saludaba.

—¿Ya decidieron que era hora de salir?— preguntó con su mirada seria pero con un destello de diversión en los ojos.

—No tiene idea Lady Aisha, del trabajo que me ha costado sacarla de su habitación.

Stella intentó no rodar los ojos, estaba por defenderse cuando un hombre llegó hasta ellas.

—Duquesa Solein— saludó mirando a su madre —Me preguntaba si permitiría que la señorita Solein me acompañe en las filas principales para ver la carrera.

Luna asintió.

Stella no tuvo otra opción más que tomar el brazo que le ofrecía el hombre, si no se equivocaba era un Conde.

A decir verdad la plática no le resultó tan mala como Stella lo había imaginado, el hombre, tenía que admitir, era culto y si era sincera, también atractivo, casi tanto como...

—¿Lord Bridge?— preguntó el conde falser cuando los vio acercarse —¿Duque Montessori?

Sky estaba frente a ellos con una expresión seria, demasiado sombría para tratarse de él.

—¿Qué se supone que estás haciendo?

—¿Prepararme para la carrera de caballos?— cuestionó Stella, Sky tenía un aspecto nuevo, solo lo había visto cuando lo obligó a espantar a un hombre que quería casarse con ella.

—Lady Solein— saludó el Vizconde cuando llegó al lado de ellos —Una verdadera sorpresa verla.

Brandon la observó, tenía las mejillas sonrojadas y la nariz roja, también volvía a tener puesto ese maldito sombrero.

—¿Irán a realizar su apuesta?— pregunto el Conde intentando aligerar el ambiente.

—Ya la he hecho— respondió lord Bridge, sentándose al otro lado de Stella y junto a él su hermana y después Sky —He apostado por el mejor caballo.

—¿Por limo?— pregunto Stella interesada.

—No, por néctar, por supuesto— respondió Brandon —Es un caballo veloz y joven, ganó dos carreras consecutivas, tengo una corazonada.

—¿Una corazonada?— repitió Stella en tono burlón.

—¿Disculpe?— Brandon se giró a mirarla, descubriendo que tenía la mirada fija en la pista y que el Conde a su lado no paraba de mirarla.

—Solo eligió el mismo caballo que todos, vaya corazonada.

—Hice una apuesta estratégica.

—¿Consideró el temperamento del caballo y las condiciones de la pista— le pregunto, girandose a mirarlo —para evaluar su verdadero potencial?

—Hace calor, ¿No?— intento preguntar Bloom al conde del otro lado.

—Nectar es un gran corsel— casi grito el Vizconde.

—¿Deberíamos movernos a la sombra?— le preguntó el conde a Stella.

—Le fue bien en la carrera pasada, porque la pista era más firme y estaba fresco, por ende su tamaño era ventaja. Hoy la pista es más blanda y hace calor. Para el tramo final estará cansado, por lo que saldrá victorioso Limo, un caballo mucho más ágil y liviano.

Los BridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora