capitulo 8

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- Muy bien, esta es mi habitación, bueno mejor dicho, nuestra habitación, porque a partir de esta noche te vas a quedar a dormir aquí conmigo.

Dijo Lauren, mientras empujaba la silla de ruedas colocando a Camila muy cerca de la enorme y elegante cama.

La morena estaba sorprendida de lo enorme de la alcoba, pero especialmente de todo lo que veía su alrededor, estaba decorada con un gusto exquisito, nada que ver con la habitación que ella ocupaba en casa de su tío Jorge.

- ¡Guao! Es enorme, la verdad es que jamás me hubiera imaginado que existiera una habitación tan lujosa como esta.

- Tienes que ver la de mis padres, es dos veces más grande que esta. Pero me agrada que te guste, porque la vas a compartir conmigo.

Camila la miró fijamente a los ojos, tenía una expresión de estar asustada. El corazón le latía a mil por hora.

- ¿Qué te pasa Camila? Te has quedado callada.

- Es que todo esto me parece una locura, me veo vestida de novia y en esta habitación contigo; y la verdad es que no sé qué va a ser de mi vida a partir de ahora.

- Tranquila, no te pongas así, esto es solo temporal, después que reciba mi herencia, te voy a dejar libre y podrás continuar haciendo tu vida como hasta ahora.

Camila se echó a llorar, se tapó la cara tratando de evadir la mirada de Lauren.

- ¿Acaso dije algo malo? La verdad es que no entiendo qué te pasa.

- ¿Te parece poco estar casada a la fuerza y encima estar postrada en esta silla de ruedas de por vida?

La ojiverde se sintió muy sensible con las palabras de Camila, no se había puesto en su lugar y solo estaba pensando en el beneficio económico que ese matrimonio le iba a traer.

- Discúlpame Camila, la verdad es que soy una egoísta. Pero pensé que tú también estarías contenta porque saldrás beneficiada al igual que Jorge.

- ¡Pues no me interesa el dinero! Al principio acepté casarme contigo porque mi tío me amenazó que si no lo hacía, me echaría con Rosarito a la calle para que pidiera limosnas.

- ¿Jorge te dijo eso? - dijo sorprendida. - Es que no puedo creerlo.

- Sí, mi tío Jorge me amenazó con echarme, pero ahora entiendo las razones por las que él está tan desesperado.

- ¿Y cuál es esa razón? Porque no puedo creer que haya sido tan cruel con su propia sobrina.

- Es que mi tío Jorge, se encuentra muy enfermo... Está malito del corazón y necesita ser operado urgentemente.

Lauren, se quedó pensativa, pero al mismo tiempo puso una expresión de incredulidad.

Conocía muy bien a Jorge, no en vano tenían años de amistad, sabía perfectamente que no era un hombre de confiar y mucho menos con esa enfermedad que tenía hacia al juego.

- Entonces Jorge te dijo que está enfermo.

- Sí, es por esa razón que al final no pude negarme a casarme contigo. Él necesita el dinero para su tratamiento, él es el único familiar que tengo, además de Rosarito, que aunque es la ama de llaves, ella se ha portado como una madre.

Lauren caminó hacia el enorme ventanal, se quedó con la mirada perdida mientras analizaba lo que le estaba diciendo Camila. Luego se volteó y la miró mientras le decía:

- Es mejor que durmamos, hoy ha sido un día bastante complicado, mañana retomaremos está conversación.

La morena miró a su alrededor y luego temerosa le dijo:

- ¿Y dónde se supone que vas a dormir?

- No me mires con esa cara de susto, ya te dije que no va a pasar nada entre nosotras. Voy a dormir en este sofá-cama.

La ojiverde abrió el sofá-cama que se encontraba a un costado de la habitación, para Camila fue un alivio; sin embargo, había otra cosa que ella no sabía cómo resolver y su expresión denotaba angustia.

- ¿Ahora qué te pasa? Ya te dije que no va a pasar nada entre nosotras.

- Es que necesito a Rosarito, ella es la que me ayuda con mis cosas personales. ¿Cómo me voy a quitar este vestido? Además no tengo ropa aquí y necesito ir al baño.

Lauren comenzó a rascarse la cabeza, no había pensado en todos esos detalles. Su afán por llevar a cabo la boda, la hicieron olvidarse de la condición de Camila.

- Bueno tranquila, yo te voy a ayudar a quitarte el vestido.

- ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! No me vas a poner un dedo encima, prefiero dormir con el vestido.

- Pues como quieras, la verdad es que estoy muy cansada, necesito dormir, si no quieres que te ayude, no puedo hacer nada más.

- Pero es que tengo ganas de hacer pipi. - le dijo haciendo un puchero, Lauren solo sonrió y le dijo:

- Ok, muy bien, el asunto es el siguiente: No tengo ningún problema en ayudarte, total no es algo que no haya visto antes - para Camila, fue de mal gusto el comentario,por lo que enseguida le dijo molesta:

- No me parece gracioso lo que acabas de decir, además soy una señorita, deberías ser más amable.

- Está bien, disculpa, solo fue una broma para romper un poco el hielo, no tienes por qué tomarte las cosas tan en serio, además, te recuerdo que eres mi esposa.

- Tu esposa a la fuerza, porque sabes perfectamente que yo no quería este matrimonio, al final lo estoy haciendo por la salud de tío Jorge.

- ¡Ujum! Bueno, ya no sigamos discutiendo, déjame ayudarte con el vestido y te voy a buscar una de mis pijamas.

- Pero cierra los ojos, no veas por favor, solo desabotona y yo me encargo del resto.

Lauren hizo lo que ella le pidió, la ayudó lo más que pudo a quitarse el vestido, la morena no se valía por si misma a pesar de que aún en sus condiciones podía hacerlo. Pero Rosarito,la había acostumbrado a que ella le hacía todo y eso le creó a Camila una gran dependencia.

Lauren, mientras la ayudaba a desabotonar la parte de atrás del vestido de novia, solo pensaba:

"Es una mujer hermosa, lástima que se encuentre en ese estado."

(...)

Luego la cargó en sus brazos y la colocó sobre el lecho, sus rostros estaban muy cerquita del otro, por un momento se quedaron mirando fijamente, la verdad la ojiverde sintió el deseo de besarla nuevamente y la castaña estaba ansiosa que Lauren lo hiciera aunque fuera a la fuerza.

El corazón de ambas palpitaba, sentían la sensación de no querer separarse, sin embargo, pasó un pensamiento por la mente de Camila, que la hizo desistir de esa atracción que sentía; y era el hecho de saber que la ojiverde solo se había casado con ella por intereses que estaban muy lejos de los sentimientos.

De forma impulsiva la empujó mientras le decía:

- Aléjate de mi, no se te ocurra acercarte, ya me has ayudado demasiado, ahora lo mejor será que vayamos a dormir.

Lauren, enseguida se separó de la morena sin decirle nada y se fue a dormir al sofá cama,estaba muy confundida, no entendía qué le estaba pasando y por qué esa joven no le era indiferente.

Por su parte Camila, tenía sentimientos encontrados, por un lado aborrecía el hecho de estar casada a la fuerza con una mujer que en realidad no conocía, pero por otra parte, nose sentía tan mal en su compañía, si no por el contrario, le parecía una mujer interesante y más aún después de ese beso que le había dado y que la hizo estremecer, haciéndola sentir emociones que jamás había experimentado.

Fue una noche muy larga para ambas, en la que no pudieron conciliar el sueño, ya que fue inevitable no pensar en aquel beso que las hizo estremecer y sentir algo que no podían explicarse; Lauren, porque no aceptaba que pudiera atraerle una mujer paralítica y Camila, porque no podía creer que le había gustado ese primer beso que le había dado, la cual ella consideraba su peor enemiga.

-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora