capítulo 55

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Al día siguiente....

Camila había llegado a la clínica muy temprano a recoger a Lauren, estaba muy nerviosa por verla de nuevo, ya que el día anterior a pesar de haberle dado una noticia que cambió el rumbo de sus vidas; no pudieron hablar de su futuro y de lo que iban a hacer a partir de ahora.

Ambas tenían la misma sensación, era como si se estuvieran conociendo de nuevo, la etapa que estaban experimentando era muy distinta a cuando se tuvieron que casar obligadas por las circunstancias que estaban viviendo cada una.

A pesar de que el amor habia nacido entre ellas después de ese matrimonio arreglado, lastimosamente Martha con sus mentiras y la avaricia de querer quedarse con toda la fortuna, había estropeado la posibilidad de que pudieran estar juntas; sin embargo el destino se empeñó en unirlas de nuevo, esta vez de una forma muy distinta, dándoles la oportunidad de comenzar desde cero y esta vez dejándose llevar por el amor que sentían y no obligadas por intereses externos.



(...)



Camila ya había llegado a la clínica, el corazón le palpitaba a mil por hora, sentía que en cualquier momento podía salir de su pecho de la emoción que sentía en saber que iba a ver a Lauren.

Caminaba por el enorme pasillo sintiendo que cada vez faltaba menos para verla, había decidido ir a buscarla sola, no quería interrupciones, necesitaba tener la oportunidad de poder disfrutar de su compañía sin que nada interfiriera.

Estaba a unos pasos de la habitación, de pronto sintió una sensación en el estómago producto de los nervios, así que se paró en frente de la puerta y respiró profundo antes de entrar. Se sacudió las manos tratando de relajarse, luego sin más esperar abrió la puerta y allí estaba ella, esperándola, fue inevitable el cruce de sus miradas, ambas estaban muy nerviosas, parecían dos adolescentes a punto de estar en su primera cita.

Camila fue la primera en romper el silencio fingiendo que estaba muy controlada:

-¡Buenos días!

A Lauren se le iluminó el rostro al verla, se veía bellisima, vestía de forma deportiva, con un jean que destacaba su hermosa figura, combinado con una fina blusa blanca y unos accesorios que le hacian juego. Todavía era asombroso verla caminar con tanta desenvoltura, como si nunca hubiera estado paralítica.

-Buenos dias. ¡Estás bellisima!-le dijo la ojiverde con ganas de lanzarse encima de ella y poder besarla y abrazarla como tanto lo deseaba.

Por su parte Camila no pudo ocultar su nerviosismo, su rostro se sonrojó, el corazón le palpitaba con tanta fuerza, que temia acercarse a Lauren, porque se iba a dar cuenta.

-Gracias, y tú te ves muy bien. -se miraron fijamente a los ojos por unos segundos, que para ambas fue una eternidad. No se atrevían a decirse nada que tuviera que ver con lo que sentian. Coincidieron que no era el momento para hacerlo, así que solo dejaron que las cosas fueran fluyendo poco a poco.

De pronto sus miradas se vieron interrumpidas por el doctor que entró a la habitación sorpresivamente.

-¡Buenos días! Ya veo que mi paciente favorita está lista para dejarnos. ¿Pensaste que te ibas a escapar de mi Lauren? Pues no, vine a darte por escrito las indicaciones que debes cumplir cuando estés en casa.

-Pues me siento muy bien doctor, ya quiero salir de aquí, pero debo agradecerle de nuevo, ya que toda mi recuperación se la debo a usted.

-Bueno me alegra saber eso... Siendo así, entonces aquí te dejo las indicaciones, debes volver dentro de quince dias a mi consulta y por lo demás aún debes guardar reposo, recuerda que vas a caminar completamente bien después que te sometas a fisioterapia. Bueno por mi parte te puedes ir cuando gustes.

-Gracias doctor, haré todo al pie de la letra.

-Pues yo me encargaré de que cumpla con su tratamiento. -dijo Camila mientras le estrechaba la mano al médico.

Lauren se había recuperado muy bien, en el accidente había tenido fractura de cadera y de algunas costillas, por lo que fue necesaria una intervención quirúrgica donde se le colocó una prótesis de cadera.

A pesar de haber pasado varias semanas. hospitalizada en la clínica, aún no podía caminar normalmente, lo que requería que por un tiempo tuviera que usar una andadera para poder desplazarse con tranquilidad. Además de las fisioterapias que debía cumplir al pie de la letra para volver a caminar normalmente.




(...)




Durante el camino a la mansión, Camila iba conduciendo el auto, Lauren no dejaba de mirarla asombrada aún de verla llevar una vida totalmente normal sin la silla de ruedas.

La ojiverde para romper un poco el hielo producto del nerviosismo que ambas sentian, le dijo bromeando:

-Ahora te toca ayudarme a darme un buen baño, como lo hice yo contigo la primera vez. ¿Recuerdas?

Camila sintió que la sangre se le había ido al rostro, estaba ruborizada, sintió un escalofrío por todo su cuerpo que la hizo estremecer. Tomó con fuerza el volante no quería perder el control del auto. Lauren sabía que la había puesto nerviosa, por lo que no pudo evitar sonreír mientras la miraba.

-¡Por Dios! ¿Cómo se te ocurre decirme eso? ¿No ves que estoy conduciendo?

-¿Y qué pasa que te lo diga? No estoy bromeando, no puedo valerme por mi misma, al menos por ahora no, así que voy a necesitar mucho de tu ayuda.

-También puedo considerar contratar a Alicia para que te ayude. ¿No te parece? le dijo con sarcasmo para ver cual iba a ser su reacción.

-¡Claro que no! No puedo permitir que Alicia vea mis encantos ocultos. Además, ¿Vas a dejar que ella vea lo que siempre ha sido tuyo?

Camila respiró y sintió que se estaba acalorando, definitivamente Lauren estaba dispuesta a reconquistarla y quería hacerla sentir más en confianza, ya que habían pasado varios años sin estar juntas y de alguna manera ya ambas no eran las mismas, especialmente Camila, que había vivido un matrimonio con un hombre al que no quería y con el que tuvo que estar muchas veces íntimamente, buscando una manera de poder borrar el recuerdo de Lauren.

-Bueno, ya estamos llegando, por favor ya deja de decirme esas cosas, mira que tú estás todavía convaleciente y debes guardar reposo. Te voy a ayudar a bajar del auto.

La morena estaba emocionada aunque trataba de demostrarle a Lauren, que estaba muy centrada en lo que hacía, pero en el fondo sentía una voz interna que gritaba de alegría.

Bajó la andadera del auto y luego le abrió la puerta a Lauren, estaba sentada en la parte del copiloto, pero cuando ella trató de ayudarla para que se levantara, sus fuerzas no fueron suficientes y se resbaló cayendo encima de la ojiverde, lo que provocó que se quejara ya que aún estaba un poco adolorida.

Camila nerviosa pensando que la había lastimado, enseguida le dijo muy preocupada:

-¿Te hice daño? ¿Estás bien?

Lauren no decía una sola palabra, solo la observaba ya que estaban muy cerca la una de la otra. De pronto cruzaron las miradas, ambas sentían su respiración acelerada, sus labios estaban casi a punto de tocarse y Lauren en ese momento no pudo aguantar más las ganas y la besó.

Ambas se dejaron llevar por ese deseo que tenían reprimido desde hace mucho tiempo, volvieron a sentir sus bocas húmedas devorándose entre si. No querían apartarse, fue un momento único en el que se olvidaron de todo lo que les rodeaba.

-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora