capítulo 20

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— Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance, para impugnar ese testamento, no cabe duda que mi marido no estaba en sus cinco sentidos.

— Señora Martha, con todo respeto, tengo una excelente reputación como abogado, he desempeñado mi profesión de forma impecable, no le permito que ponga en tela de juicio mi honor, esa fue la voluntad del señor Mike; y le guste o no, debe respetarla.

— ¡Ja! Estoy casi segura que manipularon a mi marido aprovechándose de su enfermedad para que cambiara el testamento. Porque la única heredera tendría que ser mi hija Lauren.

— ¡Ya basta madre! Por favor salgamos de aquí, ya todo está dicho, no cabe duda que subestimamos la inteligencia de papá. Además, me siento demasiado culpable con todo esto.

Martha le dio un golpe a la pantalla del ordenador, aún estaba el video congelado en donde aparecía la imagen de Mike.

— ¡Mike fue manipulado por este abogado de quinta! Y también tú mosquita muerta, te aprovechaste de todo el tiempo que pasabas con él cuidándolo para meterle ideas en su cabeza y así lograr que te dejara mi casa de la playa. ¡Cínica! ¡Mosquita muerta! 

A Lauren no le quedó otra alternativa que sacar a Martha del estudio, estaba fuera de control, no podía contenerse y casi estaba a punto de sacarle los ojos a Alicia, la enfermera. 


(...)

Dos horas después... 

Lauren estaba tan atormentada con todo lo que había pasado, que necesitaba tomar un poco de aire, pero sobre todo quería estar sola, debía analizar muy bien qué rumbo iba a tomar su vida, si Camila decidía aceptar la herencia. Sabía que de hacerlo, eso significaría el tener que divorciarse de ella y alejarse por el período de un año, trabajando como un empleada en una de las empresas que deberían ser suyas.

Para ironías de la vida, se había casado con ella solo por el interés de recibir su herencia y ahora la vida le había cambiado por completo, sentía que era un castigo porque se había enamorado profundamente de Camila y ahora estaba a punto de perderla y quedar en la calle sin un solo centavo. 

Rosarito se encontraba en la habitación de servicio empacando lo poco que tenía para marcharse de la mansión como se lo exigió Camila. Estaba hecha un mar de llanto, le dolía con toda el alma que esa joven que ella había cuidado con tanto amor como si fuera su propia hija, hoy la odiara y todo por apoyar a su tío. 

El celular tenía más de veinte llamadas perdidas de Jorge, ella no quería atenderlo, no sabía como decirle lo que había pasado con la herencia y encima tener que aceptar la culpa de que Camila se había enterado de su complicidad con él.

Sin embargo, pensó que no tenía a donde ir, y que forzosamente iba a tener que regresar a casa de Jorge, por lo que decidió atender la llamada, ya que tarde o temprano debía enfrentarlo cara a cara.

— Hola. — ¡Hasta que me atiendes! Te he hecho un montón de llamadas para saber por qué Camila tenía el celular que te di para que estuvieras en contacto solo conmigo. Ahora ella ha descubierto lo del secuestro y todo por tu culpa, por tu ineptitud. — le gritaba de forma histérica. 

— Don Jorge por favor le pido que se calme, usted no tiene la menor idea de todo lo que ha pasado aquí. 

— Aquí lo único que pasó, es que no debí confiar en ti, eres una buena para nada que no sabe ni siquiera ser una buena amante. 

Rosarito no paraba de llorar, estaba cansada de recibir maltratos del único hombre al que ella había amado toda su vida. 

Siempre había hecho su voluntad, tan solo con la vaga esperanza de que algún día, él reconociera todo su sacrificio y le correspondiera como tanto lo anhelaba. Se había envejecido a su lado, esperando un milagro que nunca llegaría. 

— ¡Ya basta Don Jorge! No siga tratándome de esa forma tan despectiva, yo no soy la responsable de que la señora Camila se haya enterado de lo del secuestro. Además, pasó algo inesperado en la lectura del testamento. 

— ¡Cómo que no tienes la culpa? ¡Claro que eres responsable! La única que sabe de mis planes eres tú, así que no veo de qué forma pudo enterarse Camila, no supiste ser discreta, es que eres una buena para nada, no debí confiar en ti. Y ahora dime, ¿Qué fue eso que pasó en la lectura?¿Lauren recibió la herencia ¡Habla! 

Rosarito le tenía mucho miedo a Jorge, pero sentía mucho más temor en que él la alejara de su vida, por eso le aguantaba todos sus insultos, la pobre no tenía un poquito de amor propio. 

Respiró profundo y se preparó para darle la gran noticia:

— No, la señora Lauren no recibió la herencia. 

— ¿Qué? ¿Cómo que no recibió la herencia? ¡Eso no puede ser! ¿Entonces quién la recibió?¡Habla mujer me va a dar un infarto!

— La heredera universal de la fortuna del señor Mike Jauregui, es la señora Camila.

La cara de Jorge era de asombro, se puso pálido, sintió un frío por todo su cuerpo, las manos le temblaban hasta el punto de casi caérsele el teléfono, no asimilaba lo que había escuchado.

— ¿Pero qué locura estás diciendo? ¿Acaso estás borracha mujer? Creo que no he escuchado bien.

 — Sí señor Jorge, ha escuchado bien, la señora Camila, es la heredera, fue la última voluntad del señor Jauregui, que Dios lo tenga en la gloria.

— ¡Pero qué noticia tan esplendida me has dado! ¿Estás segura de que escuchaste bien?

— Sí, me lo dijo personalmente la señora Camila, de hecho ella misma fue la que me echó de la mansión. Estoy recogiendo todas mis cosas para regresar a su casa.

— ¿Qué? ¿Pero te has vuelto demente? Tú no puedes salir de allí y menos ahora que Camila es la heredera. ¿Te das cuenta? Nuestros problemas se arreglaron, ella cree que estoy enfermo del corazón, además soy la única familia que tiene y al final de cuentas tiene la herencia gracias a mi, yo hice que se casara con Lauren; no puede abandonar a su pobre tío moribundo.

 — Don Jorge, ¿No se ha dado cuenta que Camila sabe toda la verdad y no quiere vernos? Ya no confía en mi y me ha echado de la mansión.

— Tú quédate tranquila, no salgas de allí, voy saliendo para la mansión, tengo un plan y sé que mi sobrina al verme, tendrá que perdonarme. 

Mientras Jorge, preparaba otra de sus patrañas, Martha estaba en su habitación caminando de un lado a otro, bebiendo una copa de brandy, mientras pensaba en algún plan para recuperar la herencia. 

"Tengo que hacer algo para que esa lisiada no se quede con la fortuna de mi marido, esa herencia me pertenece solo a mi" 

Se tomó el licor de un solo trago, se acercó al cofre donde tenía guardado el medallón de Camila, lo colocó en la palma de su mano y lo miraba fijamente mientras decía:

"Creo que es hora de recuperar a mi dulce hijita, ahora me conviene contarle que yo soy su madre, ya Lauren no me sirve de nada, así que tengo que pensar muy bien en un plan que me ayude a ganarme el cariño de Camila, de pronto se ha despertado en mi ese instinto de madre y quiero recuperar todo el tiempo que no tuve con mi hijita la lisiada jajajajaja." 

-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora