capítulo 49

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-Camila por favor cariño no tienes que hacer esto, podemos hablar en privado y así puedo explicarte qué fue lo que pasó realmente. Pero no puedes mandar a la cárcel al padre de tu hijo.

-¡Jajá! No me hagas reir Alberto, la madre de mi hijo se está debatiendo entre la vida y la muerte, así que no uses a mi hijo para salvarte de tus errores.

-Pero yo soy el padre legalmente. ¿O se te olvida que lo adopté cuando te casaste conmigo?

-¿Y eso te da derecho a maltratarme? Gustavo ya había escuchado lo suficiente para tomar una decisión en ese momento:

-¡Bueno ya basta señores! Yo vine a hablar con Camila de algo muy importante, pero creo que no me voy con las manos vacías. Señor Alberto, lamento decirle que queda usted detenido por la agresión que acaba de denunciar Camila, tiene derecho a un abogado y todo lo que diga puede ser tomado en su contra, así que es mejor que colabore y ponga las manos en su espalda.

-¡Pero por Dios Gustavo! Me conoces desde que éramos unos niños, no puedes hacerme esto, por favor te lo pido, soy un médico respetable.

-Lo siento Alberto, estoy haciendo mi trabajo y es mi deber aplicar la ley a quien la infringe. Además mi amiga siempre ha sido Lauren porque tú jamás me simpatizaste.

Le decía mientras le colocaba las esposas.

Por su parte Martha en un ataque de desesperación al ver que se llevaban a Alberto detenido y que ella estaba sin ropa, solo con la sábana que la cubría, tomó un jarrón de cristal que estaba sobre una de las mesas y se lo lanzó a Camila mientras gritaba:

-Todo esto es tu culpa, es que no he debido dejarte nacer desgraciada.

Camila esquivó a tiempo el jarrón y este se estrelló contra el piso rompiéndose en mil pedazos, lo que ocasionó la furia de Gustavo que enseguida exclamó:

-Señora Martha, usted también va detenida por intentar agredir a Camila. Voy a pedir refuerzos, pero ustedes dos van directo tras las rejas porque van a ser investigados.

-¡No! Tú no me puedes llevar presa, yo soy la viuda de Mike Jauregui, soy una dama de la alta sociedad.

-¡Ya cállese señora! Y ponga sus manos en la espalda para colocarle las esposas, los voy a llevar a ambos a dar un paseo por la comisaría a ver si allá se les quita lo violento.

-No me puedes detener así con una sábana encima, esto es un atropello, conozco mis derechos. Alfredo siempre fuiste el abogado de mi marido, tienes que hacer algo para ayudarme.

-Lo siento señora Martha, pero ahora soy el abogado de la señora Camila y pienso declarar como testigo a su favor, dejando claro que estuve presente cuando intentó agredirla.

-Eres un lame pisos, un vendido. Y pensar las veces que te dejé comer en mi mesa. ¡Hipócrita!

Camila saturada con todo lo que estaba pasando, enseguida le pidió a Gustavo:

-Por favor llévatelos, no quiero que estén un minuto más en esta casa,

-No te preocupes Camila, no los vas a ver en un buen tiempo, pero debes ir más tarde a la comisaría a poner la denuncia, porque de lo contrario no los podré dejar allí mucho tiempo. Además tengo algo muy importante que hablar contigo y no debe pasar de hoy.

-Está bien Gustavo, pasaré antes de ir a la clínica. Necesito cambiarme y tomarme un momento para tranquilizarme.

Alfredo enseguida intervino diciendo:

-Yo puedo ir en representación de la señora Camila, soy su abogado y el encargado de todos sus asuntos legales, además también he sido testigo de lo que acaba de suceder, así que puedo dar mi declaración y así agilizamos que estas dos joyítas estén bien encerrados.

-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora