capítulo 31

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Había llegado la noche, ya Camila había sido dada de alta, de regreso a casa ni ella ni Alicia, mencionaron una sola palabra de lo que había pasado.

Jorge quien fue el encargado de llevarlas de regreso a la mansión, estaba un poco pensativo, ya que sospechaba que algo estaba pasando. 

Como Alberto se había quedado preocupado por el estado de salud de Camila, al terminar su consulta, decidió ir a verla a la mansión.

—Señora Camila, tiene una visita. — Ella palideció, ya que se había imaginado que podía ser Lauren, a lo que enseguida respondió: 

—Si es Lauren, dile que se vaya, a ella es la última que quiero ver en este momento. 

—No señora Camila, no se trata de la señora Lauren, es el doctor Dávila.

—¿El doctor Dávila está aquí? Por favor dile que enseguida estoy con él.

Camila enseguida pidió ayuda a Alicia para que la ayudara a cambiarse y luego esta la llevó a la sala y la dejó a solas con Alberto, sabía que Camila tenía que decirle algo muy importante. 

—¿Cómo estás Camila? ¿Cómo te sientes? —le dijo mientras se acercaba a ella dándole un beso en la mejilla. 

—Ya me siento un poco más tranquila, dentro de lo que cabe.

 —Disculpa que haya venido sin avisar, pero es que me quedé muy preocupado.

—No tiene de qué preocuparse, al contrario, qué bueno que haya venido porque tengo que decirle algo que para mi es muy importante.

 Alberto la observó con preocupación, luego le dijo:

—Estoy a tus órdenes para lo que necesites. Dime, ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme?

Ella miró a su alrededor percatándose de que nadie la estuviera escuchando, luego él se sentó muy cerca de ella. 

 —Doctor Alberto, sé que usted es hermano de Shakira, la ex-prometida de Lauren.

Él se sintió un poco incómodo, ya que desde el día que su hermana había ido a su consultorio a contarle todo, él no había querido tocar ese tema con Camila.

—Sí, efectivamente así es, pero quiero que sepas que eso no tiene nada que ver con la relación médico paciente que existe entre nosotros.

—Entiendo, sin embargo, quería pedirle, mejor dicho, suplicarle que no le comente absolutamente nada sobre mi embarazo. No quiero que por ninguna razón Lauren se entere que estoy esperando un hijo de ella.

Alberto puso una expresión de asombro, ya que no entendía porque Camila querría ocultarle algo tan sagrado a Lauren; al fin y al cabo era también su hijo y además todavía estaban casadas.

—Camila por favor, no tienes ni que decírmelo, soy un profesional y mi ética como médico no me permite divulgar el diagnóstico de mis pacientes. Pero sin embargo, con todo respeto, siento que es una decisión un poco drástica.

—Sí, lo es, pero es que no puedo permitir que ella se entere de este embarazo y por eso he decidido irme mañana mismo lejos de aquí hasta que mi hijo nazca. 

—¿Qué? ¿Irte lejos? No Camila, no lo hagas, es que yo....bueno la verdad es que no me gustaría que te fueras lejos, es más yo puedo ayudarte si quieres.

—Ni usted ni nadie, pueden ayudarme, este embarazo para mi lejos de traerme una alegría, se ha convertido en mi peor desgracia.

Alberto seguía sin entender a qué refería Camila, entonces decidió preguntarle directamente cual era la razón que la tenía tan devastada. 

Se acercó aún más a ella y le tomó sus manos, luego le dijo mirándola a esos ojos que lo atraían tanto:

—Te aseguro que puedes confiar completamente en mi, por favor dime qué es eso que te tiene tan trastornada.

Ella lo miraba llorando mientras le decía:

—Hace unos días me enteré que la señora Martha, es mi verdadera madre.

—¿Cómo? ¿Pero de dónde sacaste esa locura?

Camila comenzó a contarle cada detalle de todo lo que había pasado desde el principio, de cómo llegó a casarse con Lauren, hasta el día que Martha le había confesado que ella era su madre. 

Alberto no salía de su asombro, no podía creer que algo así tan poco creíble estuviera pasando y menos aún cuando él conocía a Lauren y habían sido los mejores amigos hasta el día que Shakira hizo que esa amistad se terminara.

Él se acercó a Camila y le dijo: 

—Estoy en shock con todo lo que me estás contando, conozco a Lauren y a su familia desde hace muchos años, pero jamás me imaginé que algo así estuviera pasando. Pero no te voy a dejar sola en esto, yo te propongo que hagamos algo que puede evitar que Lauren sepa la verdad sobre tu hijo. 

—¿Pero de qué forma usted me puede ayudar?

—Casándote conmigo.

 —¿Qué? ¿Casándonos? Pero eso es descabellado. Ni siquiera me ha salido el divorcio.

—Pues, habla con tu abogado y pídele que te divorcie de Lauren lo antes posible, cuando eso suceda, inmediatamente nos casamos y yo le daré mi apellido a ese niño, de esta forma evitarás que Lauren intente acercarse a tu hijo y no pasarás por el escándalo que esto puede traer si alguien se entera que esperas un hijo de tu hermana.

Camila se quedó pensativa, porque no había analizado bien el escándalo y la burla que esto podía traer a su vida, si alguien llegaba a saber que estaba embarazada de su propia hermana, su desesperación por evitar ese trago amargo, no solamente para ella sino también pensando en función de su hijo, la hicieron tomar una decisión radical en ese momento.

—Esta bien, acepto casarme con usted doctor Alberto.

Él enseguida sonrió, estaba feliz de haber podido lograr convencerla, ya que estaba enamorado de ella. Y por supuesto de alguna forma estaba aprovechando la situación para poder conquistarla y desquitarse con Lauren quitándosela. 

—Pero ya no puedes decirme doctor Alberto —dijo bromeando. 


(...)


-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora