capítulo 48

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Camila permanecia parada enfrente de la cama todavía incrédula de lo que estaba viendo, por unos segundos llegó a pensar que se trataba de una alucinación producto del cansancio que le había causado el pasar toda la noche en la clínica.

Caminó muy despacio sin hacer el más mínimo ruido, quería verlos de cerca y así poder estar segura de que no era producto de su imaginación. Pero al verlos bien de cerca, notando su respiración y lo plácido que estaban durmiendo abrazados el uno con el otro, sintió que algo dentro de ella iba a estallar, se tapó la boca, sentía hasta miedo de despertarlos.

Ella no estaba enamorada de Alberto, por lo que era imposible que sintiera celos por lo que acababa de descubrir, sin embargo, estaba indignada en ver la desfachatez de ambos, especialmente de Martha que era su madre.

Miró a su alrededor y tomó la jarra de agua que tenía sobre una pequeña mesa y se las vació encima a ambos, logrando despertarlos totalmente alterados y sorprendidos, mientras ella permanecia de pie con la mirada clavada en ellos esperando saber que iban a decir al saberse descubiertos.

El primero en reaccionar fue Alberto, estaba con los ojos abiertos y pálido de la impresión; Martha por su parte se tapó enseguida con la sábana y se puso muy nerviosa, mientras Camila les decía:

-¡Son unos desvergonzados! ¿Cómo es posible que se hayan atrevido a semejante. atrocidad? ¿Pero de qué están hechos? ¿ Qué clase de monstruos son? Hacer esta cochinada en mi propia cama. ¡Son unos degenerados! ¡Fuera de aquí! Los quiero fuera de mi vista.

-Camila cariño, las cosas no son como te las estás imaginando, por favor déjame explicarte, yo......

-¡No me llames cariño! Eres un degenerado y usted Martha, no esperaba que tuviera consideraciones conmigo, pero tiene a su hija entre la vida y la muerte, ¿Cómo es posible que en vez de estar pendiente de su salud, se encuentra aquí acostandose con mi esposo? ¿Qué clase de madre es usted?

Martha se levantó de la cama tapándose con la sábana mientras le decía a Camila descaradamente:

-¡Ya está bueno! No te permito que me hables en ese tono, además me da mucho gusto que por fin te hayas enterado de lo nuestro, porque he sido la amante de Alberto por muchos años.

-¡Cállate Martha! No le creas Camila, eso no es verdad, yo te puedo explicar lo que pasó. -decía Alberto tratando de buscar cualquier justificación ante lo que ya era inevitable.

-No puedo creerlo, entonces ustedes eran amantes mucho antes de conocerme, pobre señor Mike, con razón no quiso dejarle un solo centavo de su fortuna y prefirió dejarle todo a una total desconocida como yo. Es que ahora entiendo todo.

-¡Ay ya basta! Deja de hacer el papel de víctima que no te queda, ¿Qué vas a hablar tú de dignidad si te casaste con mi hija Lauren por su dinero? ¿O me vas a decir que ese matrimonio de ustedes no fue un arreglo?

-Eso no es así, yo me casé con Lauren en contra de mi voluntad, sólo por ayudar a mi tío Jorge. ¿Pero qué va a saber usted de bondad? Si usted me abandonó en las puertas de un orfanato cuando apenas era una recién nacida.

-Y te juro que no me arrepiento de haberlo hecho, tú eres el peor recuerdo de esa violación, es que agradece que al menos te dejé nacer, otra en mi lugar no le hubiera importado arrancarte de su vientre. Deberías estar agradecida.

Alberto antes de que Martha siguiera ofendiendo a Camila, enseguida se acercó a ella y le dijo con voz fuerte:

-¡Ya cállate Martha! No es necesario que tengas que ofenderla de esa forma.

Camila indignada en ver la desfachatez de ambos, enseguida le dijo:

-No seas hipócrita Alberto, te acabo de encontrar acostado en nuestra cama con mi propia madre. ¿Crees que exista mayor ofensa que esa?

-Las cosas no son como tú piensas, además Martha se metió en el baño mientras yo me daba una ducha, yo no

-¡Cállate! Ya no quiero escucharte, es que mientras más explicaciones me das, más te hundes en tu propio lodo. Quiero que salgan inmediatamente de mi casa, no quiero volver a saber de ustedes nunca más.

-Camila, cariño, no puedes hacerme esto, sabes perfectamente que no tengo a donde ir, por favor te lo suplico hablemos cuando estés más calmada.

Martha por su parte seguía de pie envuelta en la sábana tapando su cuerpo desnudo ya que no le dio chance de tomar la bata con la que había entrado a la habitación la noche anterior. Ella al escuchar a Camila echarla de la mansión, enseguida le dijo molesta:

Tú no puedes echarme de mi propia casa, eres una recién llegada, yo soy la viuda de Mike Jauregui, tengo más derecho que tú a permanecer viviendo aqui.

Mire señora Martha, ya veo que el tiempo que estuvo casada con el señor Mike y todo el lujo del que siempre estuvo rodeada, no le permitieron cultivarse un poquito. Le recuerdo que legalmente soy la heredera universal del señor Mike, por lo tanto la única dueña de toda la fortuna de los Jauregui soy yo. Así que largo de aquí usted y su amante.

Camila comenzó a lanzar a ambos todos los objetos que conseguía a su paso, estaba fuera de control, al punto que no le importaba si llegaba a lastimar a uno de los dos, lo único que quería era sacarlos fuera de su vista.

Martha salió corriendo de la habitación con las sábana puesta encima, mientras que Alberto solo alcanzó a ponerse el calzoncillo, ambos salieron corriendo hacia la sala mientras Camila los perseguía sin parar de lanzarle todo lo que había encontrado en su tocador.

Alfredo que se encontraba en la sala tomando su taza de café, enseguida se levantó del sofá totalmente despavorido al ver semejante espectáculo; Martha y Alberto corriendo semidesnudos por toda la sala perseguidos por Camila que no paraba de lanzarles todo lo que encontraba a su paso.

-¡Fuera de mi casa sinvergüenzas, hipócritas, inmorales. Y les advierto que se van con lo que llevan puesto porque no van a sacar ni un alfiler de esta casa. ¿Me escucharon? ¡Nada!

En ese momento para completar los males de Alberto y Martha, tocaron el timbre de la puerta, Maria que al igual que Alfredo, se encontraba sorprendidos con lo que estaba pasando, le preguntó a Camila nerviosa:

-Señora Camila están tocando el timbre. ¿Qué hago?

-Pues abre la puerta María, quien quiera que sea, quiero que se entere que mi madre, la respetable viuda de Mike Jauregui, ha sido la amante de mi marido por años.

Tanto Alfredo como María, se quedaron anonadados, no podían creer semejante barbaridad.

Martha enseguida le gritó a María:

-¡Te prohíbo que abras la puerta!

-Lo siento señora Martha, pero mi patrona es la señora Camila, así que con su permiso voy a ver quién es.

-Gata igualada, yo te di trabajo en esta casa y me pagas así traicionandome con esta mosca muerta.

María hizo caso omiso a los gritos de Martha y fue a abrir la puerta como se lo ordenó su patrona; y para sorpresa de todos se trataba de Gustavo, el cual había ido a hablar con Camila sobre Jorge, pero cuando entró a la sala se quedó asombrado al ver a Martha con una sábana encima y a Alberto en calzoncillos, además de todos los objetos quebrados que Camila les habia lanzado desde la habitación, adornos de porcelana, floreros y demás. Todo se veía como si había habido una guerra campal.

Solo alcanzó a decir:

-Creo que llegué en mal momento.

Camila enseguida agregó:

Pues no Gustavo, no pudiste ser más oportuno, aprovecho para hacer formalmente una denuncia en contra de mi esposo, quien ayer me agredió físicamente y para muestra un boton. Observa mi cara, estos golpes me los dio este sinvergüenza, que además lo acabo de encontrar en la cama con mi propia madre.

Gustavo no daba crédito a lo que estaba escuchando, estaba sorprendido sobre todo en ver a Martha, la madre de su amiga de toda la vida y a la cual siempre había visto como una mujer respetable, ahora encontrarla en esa situación tan vergonzosa.


(...)

-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora