capítulo 26

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Al día siguiente...

Había sido una noche muy larga para Camila, no pudo dormir, no dejaba de pensar en lo espantoso que era para ella, saber que se había enamorado de su propia hermana.

No había querido salir de la habitación, estaba muy deprimida, le hacía falta hablar con Rosarito, ya que ella siempre había sido su paño de lágrimas, pero se sentía devastada al pensar que ella también la había traicionado.

De pronto escuchó que llamaron a la puerta, se trataba de María.

—¡Adelante!

—Buenos días señora Camila, vine a decirle que la señora Lauren vino a verla y quiere saber si puede pasar. 

Camila palideció, las manos comenzaron a sudarle, mientras un escalofrío la invadió por todo su cuerpo, a la última persona que quería ver, era a Lauren. 

—Señora Camila, se ha puesto usted pálida. ¿Se siente usted bien?

—Si..si claro. —¿Entonces qué le digo a la señora Lauren? ¿La dejo pasar?

—¡No! ¡Claro que no! Por favor dile que se vaya, yo no tengo nada que hablar con ella y menos ahora.

Sin embargo, Lauren suponiendo que Camila no quisiera recibirla, se adelantó y no esperó en la sala como se lo había pedido la sirvienta, si no que se apareció en la habitación que anteriormente compartía con la morena, no dándole tiempo a nada.

—Hola Camila, por favor antes de que digas algo.. — no pudo terminar la frase, cuando Camila la interrumpió diciendo: 

—¿Cómo te atreves a entrar a mi habitación? No tengo nada que hablar contigo. 

—Por favor Camila, creo que hasta un delincuente merece el voto de confianza, solo te estoy pidiendo que me escuches, tenemos que hablar. 

Ella estaba muy nerviosa, era su primer encuentro con la ojiverde después de haber hablado con Martha y enterarse de que eran hermanas; sentía que no podía mirarla a los ojos despuésde todo lo que había pasado entre ellas. 

—No tenemos nada de qué hablar, y todo está dicho entre nosotras.

—No puedo creer que después de lo que ha pasado entre nosotras, a ti no te importe mandar todo a la basura. A mi ya no me interesa esa herencia, solo quiero que estemos juntas.

A la morena tampoco le interesaba la herencia y hubiera dado cualquier cosa por dejarlo todo y lanzarse entre sus brazos, pero cada vez que pensaba en las palabras de Martha, todo lo que sentía por la ojiverde, se convertía en una aberración.

—¿Y cuál es el problema en que yo tenga más interés en la herencia? Te recuerdo que hasta hace poco a ti lo único que te importaba era tener todo el dinero de tu padre.

—¡Pero ahora es diferente! ¿Acaso no lo entiendes? Desde que te conocí algo cambió dentro de mi que me hizo ver que el amor era mucho más importante que cualquier herencia porque me enamoré de ti como un loco. 

—¡Cállate! No vuelvas a repetir eso nunca más. —decía mientras se tapaba los oídos con ambas manos. Estaba realmente atormentada, no soportaba la sola idea de estar cerca de Lauren sabiendo que eran hermanas.

 —Pero no entiendo por qué te pones así. Creo que tu actitud es algo exagerada, tú sabías perfectamente que yo me casaba contigo solo para recibir la herencia, yo jamás te engañé, pero después me enamoré y....

—Te dije que no lo repitas, lo nuestro no puede ser, tú y yo jamás, nunca más podemos estar juntas. —le dijo mientras lloraba inconsolablemente. 

Lauren no comprendía el por qué se encontraba así, era una actitud fuera de lugar, por lo que pensó que tal vez cabía la posibilidad de que a Camila ahora que se había convertido en una mujer millonaria, se había dejado deslumbrar y le importaba más el dinero que el amor que sentía por la ojiverde.

 —Claro, ahora entiendo todo, los papeles se intercambiaron y ahora eres tú a la que le importa más la fortuna de mi padre. Me equivoqué contigo, no eres la mujer que yo creía, tú también me engañaste, al final terminaste siendo igual que Jorge.

Camila no paraba de llorar, se sentía realmente atormentada, al punto que no tuvo el valor de contarle la verdad a Lauren, entró en un estado de shock, en donde se había bloqueado completamente. Prefirió que la ojiverde pensara cualquier barbaridad de ella, pero no podía decirle que eran hermanas.

Lauren ya convencida de que no iba a hacer cambiar la manera de pensar de Camila, le dijo derrotada:

—Creo que no tengo nada más que decir, no pienso seguirme humillando ante ti, quédate con tu herencia si eso te hace más feliz que el amor que te ofrezco. Y ojalá que nunca te arrepientas Camila. Te juro que te voy a olvidar. ¡Adiós! 

Lauren salió de la habitación totalmente destruida, estaba incrédula en ver la actuación de Camila, no podía asimilar que se hubiera equivocado con ella.

Camila se quedó hecha un mar de lágrimas, estaba totalmente deshecha, se sentía impotente sin saber qué hacer. 

Alicia enseguida entró a la habitación:

—Señora Camila, ¿Qué le pasa? ¿Por qué está llorando?

—¡Ay Alicia! Soy tan desdichada, esta herencia lo que ha hecho es traerme más desgracias. —le decía mientras la abrazaba llorando. 

—Cálmese señora Camila, no me gusta verla así, no sé qué es lo que le pasa, pero si de algo le sirve, vine a decirle que ya aparté la cita con mi amigo el doctor Alberto Dávila, y mañana la espera a primera hora en su clínica. 

Para Camila fue como un bálsamo que de alguna manera vino a calmar un poco el dolor que sentía en ese momento. La única alegría que tenía era tener la esperanza de volver a caminar. 




-DESTINOS CRUZADOS-  [camren gip]                                  ❝Adaptación❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora