Then the THUNDER (Parte 1)

19) Dark Harvest

—Ya está estable. La pimienta funciona, sus heridas comienzan a sanar.—

—¿Qué hay de su brazo y su pierna?— Pregunta Joshua a un médico, afuera de la habitación donde Wilbur estaría internado.

—De momento nada es certero. Pero creemos que con una tecnología experimental sumado a sus habilidades naturales, podrá volver a tenerlos.—

—Gracias.— Responde Joshua frotándose el rostro estresado.

Tomando su celular, llama a la madre de Wilbur para indicarle que ya puede tener visitas.

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Habiendo pasado unas horas, con la madre de Wilbur sentada a un lado del chico, lo veía con desesperación y tristeza, esperando despertarse de este mal sueño o que su hijo despertara y le hablara.

Con el cuerpo completamente vendado, entubado y dos extrañas máquinas colocadas en donde antes tenía su brazo y su pierna, Wilbur yacía sobre su camilla, aún inconsciente.

Por la puerta, entran Snow, Elizabeth, Ariss y Brendan, cada quien con un regalo distinto para Wilbur, los cuales dejan en una pequeña mesa en la habitación.

—Hola. Señora Wong... ¿Cómo va Wilbur?— Pregunta Brendan, con una voz tranquilizadora.

—Dicen... dicen que está estable...— La mujer se limpia los ojos con la palma de la mano. —Aún está inconsciente. Estará con sedantes para que no sufra.

Todos se quedan en silencio un momento, hasta que Elizabeth se acerca a la mujer para darle un sincero y caluroso abrazo.

La mujer se veía confundida en un principio, pero, pronto, dejó fluir sus sentimientos nuevamente, comenzando a llorar mientras abrazaba con mucha fuerza a Elizabeth.

Los demás observaron respetuosamente sin decir nada.

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Gale, sentado a la orilla de un barranco, veía el atardecer en el horizonte por encima de las tranquilas aguas del pacífico, suspirando con pesar.

Aún llevaba puesto su traje de héroe, con las manchas de sangre secas sobre sus manos.

Volteó a ver al fondo del barranco. Habían cuatro cráteres en el suelo con su figura como el centro de estos.

Habiendo anochecido, vuelve a ver hacia el mar. Mostrando decisión en su rostro, se pone de pie respirando hondo un par de veces.

El joven de cabello azul da un majestuoso salto al frente, adentrándose al mar rápidamente, cayendo muy lejos de la costa.

Dejándose llevar por el agua, Gale se comienza a sumergir lentamente. Suelta todo el aire que puede, viendo la luna sobre si mismo mientras está profundo en el agua.

Pasaron cerca de dos minutos, para que su cabello perdiera el color azul y un par de burbujas más salieran de su boca, perdiendo la conciencia lentamente.

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A la mañana siguiente, el sonido de las gaviotas despierta a Gale, quien estaba acostado en la arena.

—Muy buenos días, Gale.— El demonio justo, vistiendo de manera elegante camina a un lado de Gale, poniéndose frente al chico, ofreciéndole una mano para ponerse de pie. —¿Qué te parece hablar un poco, muchacho?

—¿Por qué me sacaste del agua?— Gale rechaza la mano de Gadrel, poniéndose de pie por su cuenta.

—Sería un desperdicio dejar que mueras. Sobretodo porque aún tienes muchas más almas que recolectar.— Dijo Gadrel quien toma a la fuerza la mano de Gale, revelando la marca que había dejado en su mano. —Y veo que ya tienes una. Felicidades.—