Sé que los hice esperar, pero tienen que entender que esta semana fue una mierda. No tuve luz durante dos días, tuve que estudiar al dulce calor de las velas y en mi vida a oscuras le di varias patadas a los costados del sillón. Así que por piedad, no me maten por la espera... hago lo que puedo con lo que tengo y los capítulos los tengo que revisar tranquila para darles algo que valga la pena ser leído.
En fin, les dejo un cap largo con el que van a poder contrastar cosas con Pide un deseo, esto es lo que no se vio aquella vez xDD
Capítulo XVIII: Cuando acaba el placer
—Te ves tan tenso...—Y se sentía tenso, exhausto y muchas otras cosas más que ni siquiera valía la pena mencionar—. ¿Hace cuánto que no duermes una noche completa?
Iker se encogió de hombros frente a esa pregunta, pues en su deseo de parecer un hombre respetable hasta se había olvidado de dormir.
—No importa, ¿tienes lo que envió Rafe?
Unas manos juguetearon por su pecho entreabriendo la camisa en el proceso, él sentado en el sofá ni se inmutó por esa dócil caricia.
—Sí, por supuesto —respondió ella, casi luciendo ofendida por su repentino cambio de tema. Iker la miró expectante y Sofía le regaló una sonrisita pícara, la cual parecía invitarlo mucho más que sus sugerentes caricias.
—Bueno, dámelo —dijo, haciendo ademan de ponerse de pie. Ella ignoró con elegancia su sutil movimiento, aprovechando su posición para arrellanarse mejor sobre su regazo.
—¿Así me lo pides? —lo increpó, frunciendo sus exuberantes labios en un puchero más que ensayado.
Iker no se sentía para juegos, a decir verdad estaba corriendo con poco tiempo y Sofía se estaba arriesgando demasiado a pedirle cualquier tipo de cortesía en ese instante.
—Venga, Sofía, tengo que irme ya. Dame la información. —Ella sacudió la cabeza en una negación, para luego tomarlo por el cabello con innecesaria fuerza y jalar de su rostro hacia arriba, alejando su mirada de su pronunciado escote. Él casi sonríe al verse descubierto en su fechoría, aunque el movimiento le había dolido más de lo que estaría dispuesto a admitir—. No —murmuró a modo de advertencia.
La puta no le hizo el mínimo caso y antes de que pudiera albergar siquiera la idea de replicar, se vio silenciado por sus deliciosos y conocedores labios rojos. Iker presionó las manos en la carne de sus caderas con algo de rabia y con un empellón la tiró lejos de sus piernas.
—¡He dicho que no!
Sofía lo observó desde el piso con un gesto entre ofendido y realmente cabreado. Algo que a Iker lo traía sin cuidados, la verdad sea dicha.
—Ya veo como será esto —musitó ella en tanto que se ponía de pie y con majestuosidad se dejaba caer sobre el edredón negro, algo desgastado por el uso, de la cama—. Serás de esos maridos fieles. —Soltó una leve carcajada encendiendo un cigarrillo y bamboleándolo con desinterés entre sus esbeltos dedos.
Iker presionó los ojos en finas líneas, sintiendo que el camino que estaba tomando la conversación simplemente empeoraría antes de mostrar mejoría alguna. Se levantó con tranquilidad de la butaca que había estado ocupando y fue a yacer a un lado de ella en el colchón. Sofía le extendió el cigarro y él por mera cortesía le dio algunas caladas, aunque vagamente fue consciente de su sabor. Suspiró tras cruzar sus piernas a la altura de los tobillos y fijar la vista en la pintura descascarada del cielo raso.
—No es eso, sólo que no tengo tiempo últimamente.
—No tienes tiempo para mí —le espetó sin vacilar—, porque por lo que oí últimamente hasta tienes tiempo para tu familia. —Ella se giró ligeramente en su dirección y lo observó desde su posición sentada con un gesto que no admitía replica.
ESTÁS LEYENDO
El Conde Fantasma
Historical Fiction¿Cómo explicarías la conexión entre dos extraños? ¿Lo llamarías casualidad o destino? Las personas tendemos a creer que existe en el mundo un alguien especial. Y algunos desperdician la vida entera, sumergidos en esa búsqueda. Pero ¿qué tal si lo qu...