Tu Última Ex.Cusa [Libro 1: Ignition] ✔

𝚅𝙸. 𝚄𝚗 𝚁𝚒𝚜𝚝𝚛𝚎𝚝𝚝𝚘 𝚍𝚘𝚋𝚕𝚎

𝟔:𝟐𝟐𝐩𝐦.
𝐒á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝐧𝐮𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐞𝐫𝐬𝐚𝐬.
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     Los buenos amigos, Kath y Kael, caminaban con calma por las calles de concreto, humedecidos por la lluvia de la tarde, en compañía de un muy bien portado can, Pepinillo. Habían pasado unas horas jugando y hablando de todo un poco, pero la chica propuso una visita a su cafetería favorita. Las luces de las farolas les iluminaban el paso; el frío viento los hacía frotar sus manos para mantenerse tibios.

—Adoro este clima, es perfecto para salir a caminar —suspiró la morena, mientras alzaba su mirada al cielo suavemente.

     Llegaron al lugar de destino en escasos minutos debido a la cercanía... Al solo poner un pie dentro del lugar, Kath tenía una especie de mueca extraña: trataba de no sonreír. ¿El motivo? Ahí estaba él... "Marcus", el barista nuevo con ojos que arrancaban el sueño. Kael dejó a Pepinillo en una pequeña zona de la cafetería en donde las mascotas esperaban. Se acercó a ella con una sonrisa maliciosa.

—Vaya, vaya. ¿A quién estás...? —Se quedó en silencio, con una mirada cortante, mirando al chico sin siquiera parpadear—. Entonces este es el chico... Emmm, ¿Me das un segundo? Debo hacer una llamada, ordéname un latte.

     Sin más, Kael se apartó, yendo en dirección de los baños y fingiendo hablar por teléfono. En realidad, él supo de inmediato que se trataba de Jaden y no de ningún Marcus. Reconocería esos ojos grises incluso sin verlos, pero quería ver un poco más de la interacción de aquellos dos sin estar involucrado. Jaden no logró verle. Ese era un pequeño punto a favor...

     Observó el comportamiento de Kath al acercarse al mostrador. Ella se acomodó el cabello y revisó su maquillaje, haciendo un gesto de asombro al notar que, de hecho, no tenía. Demasiado tarde, el barista ya la había notado. En su pequeño disfraz de Marcus, Jaden tenía una mala postura, no traía sus icónicas gafas de sol, vestía ropa muy holgada y lo más destacable: un cubrebocas reglamentario y un gorro que le cubría el cabello casi completamente. Kael comprendió por qué Kath no había notado que es Jaden... parecía otra persona, hasta modulaba su voz para sonar más grave.

—¿Qué estás tramando...? —se preguntó, y observó un poco más.