Tu Última Ex.Cusa [Libro 1: Ignition] ✔

𝚇𝚇𝚇𝚅. 𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎 𝚕𝚘 𝚜𝚞𝚙𝚘

𝟕:𝟒𝟓𝐚𝐦.
𝐒á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐞𝐣𝐚𝐝𝐨
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     Desde el día en que intentaron secuestrar a Kath en el estacionamiento, las cosas habían estado... más o menos tranquilas. Esa mañana, Castiel, Alessandro e Ethan, tomaban un poco de café para mantenerse despiertos. Nadie había dormido en toda la noche. Damian preparaba el desayuno, y Kath seguía trazando ideas en un cuaderno que estaba a punto de terminar. Con un montón de hojas, hechas bolita a su alrededor, estaba frustrada y cansada.

     Recientemente, Ethan se unió al equipo de investigación. Él estaba más involucrado de lo que parecía: estuvo presente en el primer intento de secuestro de Jaden hacia Kath, lo escuchó decir que iría a casa de Damian en la noche del incendio, y no olvidemos que fue él quien alertó a todos del grave peligro que Damian corría, y que de no ser por su acción rápida, Damian habría sido consumido por el fuego.

     A Allison no habían querido involucrarla debido a sus nervios; aún así, Kath le contaba todo, con lujo de detalles, en sus tardes de "mate y rapaduras". Solían reunirse y comer dulces; recientemente, se les había unido Iliana, la mejor amiga de Allison, quien estaría unos meses de visita. El pequeño grupito era un escape de toda la tensión, aún si era solo un par de horas a la semana.

     Con Kael, las cosas no iban exactamente bien. No hablaba mucho con Kath, casualmente, desde que inició su relación con Allison, ya no frecuentaba el hogar de su amiga. ¿La había reemplazado? Quizás ahora que tenía a alguien más íntimo, ya no necesitaba de la atención constante de nadie más. Eso dolía un poco, pero Kath se alegraba de ver a su mejor amigo tan feliz.

     El pequeño grupo de investigadores trabajaba arduamente. Habían recopilado pruebas más que suficientes para refundir el nombre de William Olson, pero, ¿qué los detiene llegados a este punto? Pues, las pruebas que tenían, de momento, eran solo de sus abusos hacia Jaden, lo demás era inconcluso, necesitaban más evidencias que involucren al viejo Olson con los asesinatos a los que Lawrence lo había ligado antes de morir.

     La opción que encontraron... Era la de siempre, usar a Jaden como anzuelo. Quizá podían hacer que él haga las preguntas necesarias, después de oponerse a su padre, había esperanzas de hacerlo recapacitar y colaborar.

     Pero había un gran problema: revisando las cámaras, Alessandro descubrió que, desde la última vez que Jaden fue colocado a la fuerza en su habitación, nadie había entrado o salido de la misma, y la servidumbre solía ir corriendo a pasar bandejas por una abertura especial de la puerta. Castiel revisó todos los movimientos digitales de la familia, y solo encontró el historial de la madre, buscando recetas para galletas con semillas de girasol, y un teléfono móvil que estuvo conectado al Internet, pero sin navegación... ninguna señal de Jaden.

—Oye Kath, ¿y si lo llamas? —Ethan dio la idea al aire, y todos voltearon a verlo de golpe—. ¿Y yo que dije?