𝚇𝙸𝚅. 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚘 𝚎𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚎𝚛𝚝𝚎

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𝟓:𝟒𝟗𝐩𝐦

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𝟓:𝟒𝟗𝐩𝐦.
𝐕𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬, 𝐒𝐨𝐥𝐞𝐚𝐝𝐨.
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     Habían pasado 2 semanas desde el accidente de Jaden. Tiempo en el que Kath solo pudo saber de él mediante los mensajes que intercambiaba con Damian, pues Jaden se negaba a recibir visitas debido a lo mal que se veía, según sus propias palabras: "Nadie más que sus padres iba a verlo de esa manera".

     En parte, eso era verdad, pero sus exigencias tenían más detalles sin revelar. No quería ver a Damian, porque este le estorbaba con su sola presencia. Si recibía a Kael, este le contaría los detalles a Allison, y si dejaba que Kath lo viese, aunque realmente le hubiese gustado que ella estuviese con él, ella habría descubierto su tonto juego con su identidad secreta, Marcus.

     Durante el tiempo hospitalizado, Jaden solicitó recuperar sus pertenencias y se mantuvo en contacto con Kath, como Marcus. Aprovechó la oportunidad para tratarle de forma cortante, citarla un par de veces y luego cancelar los planes a último minuto, su idea era hacer que la chica se decepcione del barista, y de hecho, funcionaba mejor de lo que pensó. Justo acababa de enviarle un mensaje, pidiéndole verse una vez más, al que ella respondió con un rotundo "No", y posiblemente con un bloqueo, porque los siguientes mensajes ya no eran recibidos.

     Ese día, Jaden sería dado de alta. Esperaba ansioso que se terminara todo el papeleo; recuperarse le había sido muy difícil debido a su deficiencia inmunológica. El pelinegro se estiró y bajó de su camilla, sujetando su tórax. No podía moverse mucho debido a sus fracturas, que para su fortuna no eran tan malas como se estimaba. Pasó al cuarto de baño, donde se contempló con una mueca de descontento. Aún estaba demacrado; con esas poco estéticas ojeras, hematomas aún visibles, podía jurar que estaba más esbelto...

     Afuera de su habitación, un hombre alto, de cabello encanecido y el gesto fruncido, esperaba.

—¿Cuándo se supone que van a sacar a mi hijo de aquí? ¡Apresúrense, no tengo todo el día! —el hombre vociferaba sin el más mínimo respeto, mirando mal a las enfermeras y avergonzando a su esposa, Sarah, y Damian, su hijo, a quien detestaba por no seguir sus pasos en la medicina.

—Sr. Olson, ya cállese —mandó Damian, bajo la mirada de una enfermera que lo observaba como si él fuese un héroe.

—Estoy rodeado de inútiles e irrespetuosos. Lleva a mi hijo a casa, has algo bien por una vez en tu vida —ordenó a Damian, el mayor salió de la sala, haciendo un gesto impulsivo y llevándose a Sarah con él.

Damian suspiró y entró en la habitación de Jaden, acomodando todas las cosas de su hermano en una maleta.

—Deja eso ahí. No toques mis cosas y sal de aquí —dijo Jaden con un tono despectivo.

     Damian solo se incorporó, en una perfecta postura. Cerró la maleta y se la lanzó a Jaden a los pies, teniendo cuidado de no lastimarlo, pero dejando bastante claro lo cansado que está de su actitud.

Tu Última Ex.Cusa [Libro 1: Ignition] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora