𝚇𝙸. 𝚄𝚗𝚘𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜 𝚖𝚞𝚢 𝚟𝚎𝚛𝚍𝚎𝚜

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𝟕:𝟐𝟓𝐚𝐦

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𝟕:𝟐𝟓𝐚𝐦.
𝐌𝐚𝐫𝐭𝐞𝐬, 𝐧𝐮𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐚𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚.
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     Kath abrió sus ojos y se encontró tirada sobre la alfombra, con Jaden casi encima suyo. Él la abrazaba firmemente por la cintura, y una de sus manos subía un poco por la espalda de la chica, debajo de su camisa...

—¡¡Jaden!! —exclamó ella entre vergüenza y un poco de enfado, se dio cuenta de que ella también estaba abrazándolo, casi entra en pánico; nunca estuvo en una situación como esa, con alguien a quien ha creído un total cretino, pero que... En realidad es un tipo genial.

¡¡AAAAH!! Hey, hola Kath —saludó, con una sonrisa coqueta.

     Kath lo apartó como si estuviesen cometiendo el mayor de los pecados, exaltada. Ante la repentina forma de iniciar el día, Jaden cometió un pequeño error: dejó caer sus gafas al levantarse de forma acelerada. Por suerte para él, Kath se había cubierto el rostro por la vergüenza, así que él tuvo el tiempo suficiente para evitar ser descubierto.

     La chica huyó despavorida a su habitación, en dónde se miró al espejo y se vio extremadamente ruborizada. Sujetó su pecho con fuerza... No había dormido así de bien en años, y apenas durmió 3 horas... ¿cómo es que se sentía tan fresca?

     Todos se habían quedado dormidos hasta muy entrada la mañana, por lo que tuvieron que apresurarse para que Kath y Kael no llegasen tarde al trabajo. Kael apresuraba a Jaden, quien se tomaba su tiempo para prepararse, cuando ni siquiera pensaba salir de su auto y solo los llevaría a su trabajo... Kath corría de lado a lado. Alimentó a Pepinillo, maquilló uno de sus ojos, colocó agua fresca para el can, maquilló el ojo faltante, apagó y desconectó todo, pintó sus labios...

¡Ya vámonos Kael, ya va-mo-nos! ¡Yaaa Kaeeeeel! —dijo la morena, evitando mirar a Jaden, quien finalmente terminó de peinarse. El sublime pelinegro caminó campante hacia el auto, quejándose de que los otros dos estaban tardando demasiado. Kath apenas pudo arreglarse decentemente, y Kael... Kael tenía el don de siempre lucir perfecto sin el mínimo esfuerzo; apenas acomodó algunos mechones de su cabello, y ya estaba listo.

     El trío subió al auto rápidamente y llegaron como rayos al trabajo de Kath y Kael, con solo 2 minutos de sobra. En la entrada, Ethan platicaba junto a Eduard. Cual lobo territorial, Jaden salió del auto, corriendo para abrir la puerta a Kath y escoltarla hacia el interior del edificio, despidiéndose de Kael, con un choque de sus puños, y reservando un abrazo y un beso para Kath... Quien se mostró un poco incómoda por ese gesto repentino. En parte, era culpa de la forma en que ambos se habían despertado, la morena todavía no terminaba de asimilarlo. Jaden pudo notar ese pequeño desplante. Por suerte para él, nadie estaba tan cerca como para notarlo. Casi de forma impulsiva, apartó a Kath de sí, soltando una mirada rencorosa.

Tu Última Ex.Cusa [Libro 1: Ignition] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora