𝚇𝚇𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸. 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚎𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚌𝚘𝚖ú𝚗

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𝟐:𝟒𝟔𝐚𝐦

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𝟐:𝟒𝟔𝐚𝐦.
𝐋𝐮𝐧𝐞𝐬, 𝐥𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐞𝐫𝐬𝐚𝐬.
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     ¿Qué había ocurrido con Kath y Jaden desde que tuvieron que adentrarse en el bosque? Básicamente, estaban perdidos. Llevaban un par de horas caminando casi a ciegas, con los pocos rayos de luna que lograban colarse entre las nubes y la linterna del teléfono de Kath. Aunque la morena quería a Jaden lo más lejos posible, tenía que tragarse el rencor y caminar pegada a él, amos se iban dando apoyo, orientándose con la escasa luz. ¿Esto podía ser peor? Claro, porque comenzó a llover y fue necesario que ambos pusieran sus teléfonos en la chaqueta de Kath para que no se mojen. Si se acercaban más a la ciudad, tendrían recepción y podrían llamar por ayuda.

     En un punto en donde ya no podían ver, tropezaron contra unas raíces, y cayeron aparatosamente por una pequeña zona inclinada. Se lastimaron un poco el uno contra el otro, y se liaron con algunas enredaderas del terreno. Kath se sentó en el suelo fangoso y palpó alrededor tratando de soltarse de Jaden. Él hizo lo mismo, terminó dándole a Kath una palmadita en la boca, y ella... pues...

—A-ay... ¡Dagger, cuidado de donde tocas!

—¡AY DIOS, ESTO NO ES UNA RAMA! —nuevamente, los dos comenzaron a intentar zafarse, afortunadamente, lo consiguieron después de unos incómodos minutos de forcejeo.

     Se quedaron en ese sitio un momento, sentados uno al lado del otro, de todas maneras no podrían ver nada ni tampoco usar los teléfonos para pedir ayuda, los necesitan en buen estado, y la lluvia va a dañarlos.

—Oye, Kath.

—¿Qué? —ella abrazaba sus piernas; estaba helando bastante, ambos comenzaban a temblar.

—Si quieres puedo liberarnos —se notaba que él también tenía mucho frío, la voz le temblaba, y Kath recordó las bajas defensas de Jaden...

—Tranquilo, esperemos a que salga el sol, aquí al menos no nos mojamos mucho —suspiró con pesadez. Sus ojos se fueron acostumbrando a la escases de luz; distinguió vagamente que estaban debajo de una planta con grandes hojas, al menos algo bueno sacaron de la caída.

—Oye, Kath.

—¿Ahora qué? —se la notó fastidiada, pero no le quedaba de otra más que escuchar.

—¿Qué piensas hacer ahora? Si no quieren revelar la información sobre los engaños de mi madre... ¿con qué vamos a atacar? "Vamos"... Jaden ya se incluía a sí mismo en el plan, ¿estaba tan comprometido?

—Bueno, intentó raptarme, podemos usar eso. También el maltrato hacia ti y hacia Damian. Falsificaron pruebas en el juicio contra mí, compraron testigos... Ay, pero eso te afectaría también.

Tu Última Ex.Cusa [Libro 1: Ignition] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora