21:He's not here, again (and who is she?)

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El auto desaparece unas calles más lejos del edificio. Me friego los ojos con fuerza, irritándolos aún más, y entro al edificio. Cuando las puertas automáticas se cierran detrás de mí, me detengo de golpe en la entrada, aún con la mano en el aire, lista para saludar a la chica del vestíbulo. Soojin (nunca le pregunté su nombre, pero eso es lo que dice en la identificación de su pecho) está hablando con una mujer en el recibidor. Bajo la mano, dispuesto a seguir mi camino hacia las escaleras, pero la voz chillona de Soojin me detiene.

—¡Oh, mire! Él acaba de llegar.

El sonido de un par de tacones acercándose a mí resuena por todo el vestíbulo. Está tan vacío y es tan grande que cada paso suena una y otra vez en mis oídos. Con el pie en el primer escalón, me giro para enfrentarme a la mujer que aparentemente me está buscando.

A mí.

¿Por qué me está buscando?

Me aclaro la garganta. La mujer lleva un enorme sombrero negro, lentes de sol puntiagudos y un enorme abrigo que me hace pensar cómo no se ha derretido aún con el sol abrasador que hay afuera. Se baja los lentes hasta la punta de la nariz para mirarme, y sonríe con sus labios tan rojos como si se hubiera acabado toda una barra de labial en ellos. Tiene los dientes blancos, una sonrisa afilada y la piel demasiado pálida, como si tuviera anemia. Lleva una caja de cartón alargada bajo el brazo, y reconozco la palabra Frágil escrita con una caligrafía extrañamente familiar.

Cuando nuestros ojos se encuentran, me siento repentinamente intimidado. Me ofrece tomar su mano libre, y noto que también está usando guantes negros.

—Debes ser Kim Sunoo. Encantada de conocerte. Te he estado esperando por un largo rato, chico.

Se parece a alguien.

Tomo su mano y asiento con la cabeza. Tengo la boca demasiado seca y la mente demasiado llena como para decir algo coherente. Me da un fuerte apretón, me estrecha la mano entre la tela gruesa del guante, y me da otra de esas sonrisas blanquecinas.

Una sonrisa que abarca todo el rostro, que se extiende hasta que los ojos se vuelven más pequeños, que causa una pequeña arruga en el entrecejo...

La sonrisa del diablo.

Antes de que ella se presente, el pensamiento de a quién se parece me llega como una ráfaga de viento helado.

Al verme tan confundido, ella suelta una elegante risilla, y eso es suficiente para confirmar toda sospecha.

Se parece a Sunghoon.

—Mi nombre es Park Yein. Compartes este apartamento con mi hermano —suena más como una afirmación que una pregunta.

—Ah, s-sí —vuelvo a aclararme la garganta—. Sunghoon no está.

—Lo suponía —sus labios se aprietan, manchando con un poco de labial la piel sobre el labio superior. Como si deseara estropear aún más su maquillaje, Yein saca la punta de la lengua con gesto pensativo. Intento adivinar cuántos años tiene, pero sé que sería grosero preguntar—. Me preguntaba, Sunoo, si podrías ayudarme con algo.

—Por supuesto.

—¡Oh, qué chico tan encantador! Ni siquiera te he dicho lo que necesito —vuelve a reír echando la cabeza hacia atrás, a punto de tirar accidentalmente su sombrero. Me aprieta el brazo y acerca el rostro. Tiene los ojos tan oscuros, pero llenos de energía como su hermano. Empuja la caja contra mi pecho, obligándome a sostenerla. Es pesada— Dale esto a Sunghoon, ¿sí? Dile que mamá lamenta haber tardado tanto.

Miro la caja, y regreso la vista a Yein.

—¿Qué es?

—Uh, nada muy importante —ríe con expresión inocentona, pasando la mano enguantada una y otra vez sobre mi hombro—. Un pequeño regalo de su familia. ¿Sabes? Los Park amamos dar y recibir regalos. Es una tradición familiar hacerlo al menos una vez al mes —me da unas palmaditas en el rostro—. Deberías darle algo a Sunghoon. Le gustará. Y él seguramente te dará algo mucho mejor si lo haces.

Trago saliva, abrazando la caja con ambos brazos.

—Es pesada...

—Agárralo con fuerza, chico. Será difícil reemplazarlo si lo rompes.

Empiezo a escrutarla con la mirada, rebuscando algún detalle importante que se me haya escapado, algo que la delate en su expresión paliducha.

—¿No había dicho que no era algo importante?

—Pero eso no significa que vayas a dejarlo caer por las escaleras, ¿cierto? —vuelve a reír, empujándome con suavidad— Puedes irte. Déjalo en un lugar seguro hasta que Sunghoon vuelva —dudoso, continúo con mi camino por las escaleras, pero ella de repente recuerda algo y toma mi brazo, jalándolo con repentina intensidad—. Y, por nada del mundo lo abras, Sunoo. Estoy hablando enserio, no lo abras —se baja de nuevo los lentes, y veo lo honesta que está siendo en su mirada—. Por tu bien —mira hacia todos lados y sus ojos caen sobre Soojin, que mira todo con curiosidad poco disimulada. Se aclara la garganta y vuelve a sonreír en demasía, sujetando con fuerza mi rostro entre su pulgar y su dedo índice, como si yo fuera un bebé— De todas maneras, ¡nos vemos pronto, chico Kim! ¡Gracias por ayudarme con esto!

Entonces, agitando su mano negra en el aire, Yein desaparece tras las puertas automáticas, contoneándose y haciendo resonar sus tacones por todo el lugar. 



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Muchas gracias por las mil leídas 💕

Estaré terminando de actualizar la historia esta semana ^^

Si hay algún tipo de error con los nombres o algo porfa déjenme saber.

¡Que tengan lindo día! 💕

—Sun

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora