He's clearly a vampire || Sungsun

28: He's a vampire (or a magician? or a demon?)

—Jake.

Estamos sentados en el suelo de su habitación, comiendo las sobras de su cena. A Jungwon se le dio por explorar la gastronomía china hace poco, pero hizo tantos dumplings que han estado sobreviviendo a base de esto por los últimos tres días, y aún así nos trajo una bandeja casi llena. Jake toma una de las bolitas de masa, la sumerge hasta la mitad en una salsa roja y me responde con la boca llena de carne.

—¿Qué?

Tomo uno de los dumplings que tienen vegetales encima (según Jungwon, esos son de cerdo y cebolleta) y empiezo a abrirlo, divagando en lo que estoy a punto de decir antes de soltarlo.

—¿Crees en la hipnosis?

Jake sigue masticando y engulle dos dumplings más, ofreciéndome un entrecejo fruncido y confundido. Se toma su tiempo para tragarlos mientras piensa detenidamente lo que le acabo de preguntar, tomándose en serio mi pregunta durante los primeros segundos. Aún así, no tarda en levantar una ceja y sonreír con deje burlón.

—¿Pasó algo con Sunghoon mientras no estuve?

Al ver que bajo la mirada y tomo una respiración profunda, se endereza, volviendo a pensarlo con seriedad. Empezó a llover hace poco, pero es una lluvia considerablemente suave si la comparamos con las tormentas que han estado cayendo sobre la ciudad el último mes. En un inicio maldije el no haber traído un paraguas, pero ahora creo que sería una buena excusa para quedarme a dormir aquí. No quiero ver a Sunghoon. Aún no.

—Supongo que depende de la situación —responde por fin cuando tiene la boca vacía—. ¿Pasó algo? ¿Él te hizo algo?

—¿Eso creo? —digo, en un tono tan dudoso que suena como una pregunta. Las cejas de Jake se arquean aún más— Fue mi culpa. Su hermana dejó un paquete para él, pero lo abrí en un ataque de curiosidad.

—¿Qué era?

—Vino. Uno costoso, además.

—Oh, entonces no solo es un vampiro. Es un vampiro millonario que bebe vino. Asombroso. —sonríe, como si le estuviera hablando de una novela y no de lo que me sucedió hace una semana.

—Sunghoon llegó al apartamento justo en el momento en el que saqué el vino de la caja. Y puso, ya sabes, esa mirada.

Deja de sonreír.

—¿Esa mirada?

—Ya sabes, la mirada de un asesino antes de desgarrar a la víctima. De un depredador a la presa. Cuando se le oscurecen los ojos como si lo poseyera un demonio... o algo así.

—¿Sunghoon te miró así? ¿Como un depredador?

—Si lo dices así suena muy mal... pero ¿sí? Luego me persiguió hasta la sala. Caí sobre el sillón, y él me tocó el cuello, y cuando me tocó estaba seguro de que me iba a morder, ¿sabes? Ya podía sentirlo.

—¿Y? ¿Qué pasó después?

Jake se acerca un poco más a mí, expectante. Se mete pequeños trozos de un dumpling despedazado como si fueran palomitas. Apoya la mano en el suelo como si estuviera al borde del asiento, justo en la parte más interesante de una película. Los ojos le brillan, como un niño que está escuchando una historia de terror al calor de una fogata.

—Me besó la nariz.

Se aleja de golpe al tiempo que echa la cabeza hacia atrás, sobre su cama. Suelta una profunda risa nasal, completamente decepcionado.

—¿En serio? ¿Eso es todo? —se cubre el rostro con el dorso de la mano y se sorbe la nariz antes de soltar un bufido— ¿Dónde entra la hipnosis en tu cuento?

—No lo entiendes. Cuando me besó, sentí que toda mi energía se perdía. Como si él la estuviera absorbiendo de alguna manera. Me empezó a doler todo el cuerpo y apenas pude abrir los ojos —empiezo a sentirme histérico al ver que Jake sigue sin creerme. Aún así, continúo—. Entonces Sunghoon dijo algo como "Mierda, creo que me excedí".

Vuelve a reír tras mi pobre imitación de la voz de Sunghoon. Le lanzo una almohada con demasiada fuerza, casi tirándolo al suelo, pero él no se detiene.

—O es una habilidad especial de los vampiros. O de los demonios, ya ni siquiera sé qué es Sunghoon.

—¿Un estudiante de cine aficionado a la magia? De todos modos, ¿qué sucedió después? ¿Te dijo algo más?

—Le pregunté directamente. Se podría decir que lo acorralé, pero evadió todas mis preguntas. Técnicamente me confesó de forma indirecta que él no es normal. Tuvimos una pequeña discusión, y terminamos pactando que haríamos como si nada hubiera sucedido, pero él ha estado ignorándome toda la semana.

—Wow, peleas maritales. Debe ser complicado estar casado con un vampiro.

—Dios, ¿podrías tomártelo en serio? —un color intenso se extiende desde mis mejillas hasta mis orejas, y no sé si es por lo que Jake dijo o por la ira que se empieza a apoderar de mi voz—. Esto es importante para mí, imbécil.

—Está bien, lo lamento —deja de reír y se cruza de brazos—. Si de verdad sucedió lo que dices, supongo que es algo... oscuro. ¿Sugieres que es un demonio que se alimenta de energía?

—Posiblemente.

—Aunque, teniendo en cuenta tu historia —aprieta los labios, curveándolos un poco hacia arriba. Se queda en silencio un momento, como si estuviera pensando si lo que está a punto de decir es apropiado o no—, lo verdaderamente importante aquí es que Sunghoon te ha estado ignorando, ¿cierto? Eso te afecta más que el hecho de que sea un vampiro.

Me enrojezco de pies a cabeza y siento el cuerpo entero ardiendo. Debería tomar un baño, o una ducha fría. Quizás Jake ya me contagió su fiebre. Estoy por responderle cuando la puerta se abre de golpe. Jake le dirige a Jungwon una mueca fruncida, como diciendo "Te he dicho que tocaras antes de entrar", pero a él no le podría importar menos. Jungwon no entra por completo en la habitación, solo asoma la mitad del cuerpo, agarrándose aún del pomo de la puerta. Tiene el celular levantado a pocos centímetros de la oreja, y me está mirando directamente a mí.

—Sunoo.

—¿Sí?

—Sunghoon te está esperando abajo.