29: He's in front of me (what do I do now?)

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Lo siento como una fuerte bofetada, como si Jungwon acabara de lanzarme un balde de agua fría. Soy incapaz de procesarlo, de aceptar el hecho de que Sunghoon está aquí. Lo siento como una mala broma, como si todo el mundo se detuviera por un momento. Me atraganto con un dumpling y me levanto de un salto del suelo. Jake sigue mis movimientos, tan sorprendido como yo.

—¿Por qué está aquí? No, aguarda... —me cubro los ojos con la mano, empezando a sentirme mareado— ¿Cómo tiene tu número?

—Oh, sí, eso. ¿Sabías que Sunghoon es amigo de mi hermano? Resulta que...

—¿Tienes hermanos? —Jake interrumpe, y Jungwon pone los ojos en blanco. A mí también me sorprende. Creí que Jake y Jungwon eran más cercanos, lo suficiente como para conocer de la familia del otro. Y estoy bastante seguro de que Jungwon sí sabe que Jake tiene tres hermanos y un perro.

—¿Quién es tu hermano? —pregunto, pasando por encima de la bandeja de dumplings y saliendo de la habitación con Jungwon. Jake nos sigue por detrás.

—Yang Jimin. Se ha estado reuniendo con Sunghoon y otros chicos para un trabajo grupal. De hecho, él estaba en la casa de un tal Soobin cuando Sunghoon me llamó —me acompaña hasta la puerta de entrada, sonriendo un poco—. Sabía que el nombre Sunghoon se me hacía familiar la primera vez que lo mencionaste.

—¿Cómo supo que estaba aquí?

—Te llamó varias veces, pero creo que tu celular está apagado —lo saco de mi bolsillo y confirmo que, efectivamente, la batería está muerta. Jungwon ríe un poco— La única otra forma que tenía de contactarte era Jake, y Jimin supo que era mi compañero de piso apenas Sunghoon lo mencionó. Los Yang sí tenemos buena memoria —mira de mala manera a Jake por sobre mi hombro antes de tenderme un paraguas con el diseño de pequeños peces naranjas. Niego con la cabeza y vuelve a guardarlo—. El plan inicial era que me pediría el número de Jake, pero cuando se enteró de que estabas aquí, pidió la dirección. Me llamó para avisar que está abajo, ¿estás seguro que no quieres un paraguas? Parece que la lluvia va a empeorar.

—No, no, estoy bien. Muchas gracias —le sonrío, una sonrisa de verdad—. Y gracias por los dumplings también. Me iré ahora —me giro hacia Jake, con ademán de abrazarlo, pero él me detiene poniendo una mano sobre mi pecho, volviendo a sorberse la nariz— Te llamaré luego.

—Esta vez no permitas que un demonio te deje medio muerto, ¿entendiste?

Ignoro su mano y lo abrazo de todas maneras. Estando tan cerca, puedo ver la nariz goteante de Jake y las enormes ojeras que tiene. No puedo creer el subidón de energía que me ha dado la noticia de Sunghoon. Saber que me está buscando después de ignorarme toda la semana me ha llenado el pecho de una esperanza abrasadora. Jake frunce el ceño y me empuja hacia la puerta, moviendo las manos para que ya me vaya.

—Entendido.

Bajo las escaleras casi corriendo, tropezando un par de veces en el segundo piso. Cruzo el parque tan rápido que otros dos perros creen que estoy jugando y comienzan a perseguirme. El pasto húmedo es demasiado resbaladizo, pero eso no me desmotiva. Me detengo frente a la puerta principal, la que da directo a la calle, y puedo ver a Sunghoon a través del cristal. Está parado en la acera del frente, mirando la calle con la mente en blanco. Mueve el pie de arriba a abajo, golpeando el asfalto con la punta del zapato una y otra vez.

Está nervioso. Se refugia debajo de un imponente paraguas azul, lo suficientemente grande como para proteger a dos personas de la lluvia. Antes de que pueda pensar bien qué le voy a decir cuando lo vea, las puertas automáticas sueltan un sonoro zumbido mientras se abren. Sunghoon lo escucha a pesar de la lluvia, y me mira. Escondo mi sonrisa creciente y miro a ambos lados de la calle antes de cruzar. No puedo mirarlo a los ojos una vez que estoy frente a él, por lo que me mantengo con la vista en nuestros zapatos. Sunghoon se asegura de cubrirme con el paraguas también antes de aclararse la garganta.

—Sunoo.

—Sunghoon.

—Hola.

Me atrevo a alzar la mirada. Esto es más incómodo de lo que esperaba. Él sigue observando los autos pasar. Vuelve a aclararse la garganta, y no ha dejado de golpear el asfalto con el pie, solo que ahora lo hace con el derecho. Luce como si se estuviera conteniendo, como si se esforzara por esconder algo.

—¿Por qué estás aquí? —digo. No es un reclamo— Jungwon dijo que me estabas buscando.

—Yo... Es solo que... Jimin me acompañó hasta el apartamento, y no estabas, entonces empecé a preocuparme. Y no contestabas ninguna llamada, así que... pensé que pudo haberte pasado algo y entré en pánico —agarra con fuerza el mango del paraguas y se friega los ojos con la otra mano—. Pero estás aquí, y estás bien. Solo quería verlo por mí mismo, así que... Supongo que debería irme ahora —parpadea demasiado, abriendo muchísimo los ojos. Me cuesta notarlo por lo mucho que mueve la cabeza de un lado a otro, pero alcanzo a ver como sus ojos se empiezan a aguar. Da un paso hacia un lado, dejándome fuera del paraguas. Las gotas de lluvia se sienten como proyectiles sobre mi frente— No regreses demasiado tarde. Te guardaré parte de la cena en el congelador. Y, por favor —se gira un poco para verme— contesta cuando te llame de ahora en adelante, ¿sí? No vayas por ahí con el teléfono muerto, es peligroso.

Reanuda su caminar por la acera, alejándose. No puedo moverme por un segundo, siento las plantas de los pies pegadas a la tierra. Me cuesta aceptar que vino hasta aquí solo para decir eso. La ola de felicidad repentina que me recorrió minutos antes se apaga, siendo cubierta por una fría lluvia que me trae dolor de estómago. No puedo aceptarlo, no, es demasiado ridículo. Me empiezan a picar los ojos cuando pienso que esto es lo que Sunghoon sintió antes, cuando era yo quien lo trataba así. Antes de darme cuenta, estoy corriendo hacia él.

No puedo aceptarlo.

No puedo dejarlo ir.

No ahora.

No cuando decidí que quiero que Sunghoon sea parte de mi vida, que quiero ser parte de su vida también.

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora