16:He's finally here, and I'm using his clothes

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Despierto al escuchar que abren la puerta. Con la mirada nublada aún por el sueño, observo que una silueta negra se adentra en el apartamento. Deja tirada su mochila junto a la puerta, y puedo escucharlo jadear. Las luces se encienden. La lluvia sigue azotando las ventanas del edificio, pero me sorprende que no siento frío en absoluto. Deja su abrigo colgado sobre la silla que está junto a mí, y acerca su rostro. Parpadeo un par de veces y mi visión se aclara. Sunghoon me sonríe debajo de las frías gotas de lluvia que siguen cayendo por su rostro. Doy un pequeño salto, sobresaltado al tenerlo tan cerca, y él se aleja soltando una risilla nerviosa.

—Hola, Sunoo.

—H-Hola— Suelto, con la voz demasiado ronca. Paso el dorso de mi mano por mi boca, asegurándome de que no he babeado entre sueños, y me aclaro la garganta. Intento sonreír también.— Llegaste.

—Si, estoy aquí —Vuelve a reír, y observa el par de lentes sobre la mesa. Aprieto los labios cuando los miro también. Nunca había visto estos los toma con ambas manos, con demasiado cuidado, como si fueran a romperse entre sus dedos. Los sostiene frente a su rostro  —¿Desde cuándo usas lentes, Sunoo?

—Solo los uso para escribir.

—¿Estabas escribiendo? —Sus ojos se abren y su sonrisa se agranda. Vuelvo a aclararme la garganta.

—Algo así. ¿Corregir cuenta como escribir? —Me levanto, y le arrebato los lentes con
suavidad. Sus ojos no podrían brillar más. Es como mirar directamente al sol, tan deslumbrante que me veo obligado a apartar la mirada.— Puedes revisar el guión corregido después. Soy un corrector lamentable, así que lo lamento si no es lo que esperabas. Pero me esforcé. En serio, me esforcé. —Y lo digo en serio.

—Eso es suficiente —Me da una sonrisa sin mostrar los dientes, y sus cejas se arquean hacia abajo, como si fuera a llorar. Sé que es una advertencia para lo que está a punto de hacer, y aunque me deja unos segundos de ventaja para escapar, permanezco inmóvil. Finalmente, no puede esperar más y se abalanza sobre mí, rodeándome por encima de los hombros con sus largos brazos y apretujándome contra su cuerpo.— No sé como agradecerte por esto, Sunoo. Eres el mejor, te debo un favor. Un favor enorme.

No me aparté, pero tampoco correspondi al abrazo durante los primeros segundos. Dejo los lentes sobre la mesa y, justo cuando empiezo a levantar mis brazos hacia su espalda, Jungkook se aleja un poco. Solo un poco, y sus manos terminan inexplicablemente en mi cintura. Baja un poco la mirada hasta mi pecho, incrédulo. Vuelve a mirarme a los ojos, con una sonrisa apretada que me confirma que está aguantando la risa.

—¿Esa es mi camiseta?—Parece complacido y avergonzado al mismo tiempo. Me alejo de golpe, dándole la espalda. Él ríe por lo bajo.

—Lo siento. Mi ropa estaba mojada, y me puse lo primero que encontré. Sinceramente no sabía que era tuya, lo lamento —Me apresuro a decir, aún sin verlo a los ojos.

—Si tu ropa estaba mojada... —Mira al techo y de reojo veo que no deja de sonreír —¿Por qué sigues con el mismo abrigo puesto? Asumo que también estaba mojado.

Me aclaro la garganta, quitándome el abrigo lo más rápido que puedo y tirándolo encima de una silla. Finalmente me giro, confrontándolo. Antes de que Sunghoon pueda decir algo más, un impulso guía mis manos hasta el borde de la camiseta negra. Ni siquiera sé con exactitud lo que estoy haciendo, no soy capaz de procesar el hecho de que estoy quitándome la camiseta frente a Sunghoon. Cuando estoy a punto de pasarla por encima de mi cabeza, Sunghoon da un paso al frente y toma mis manos, empujándolas hacia abajo y causando que la tela vuelva a caer sobre mi cuerpo.

—Está bien, está bien. No era un reclamo, puedes quedártela—Dice, sin soltarme aún. No puedo respirar por dos segundos, cuando nuestras miradas se encuentran. Él sonríe, y casi puedo decir que está ligeramente sonrojado —Te queda bien.

Antes de que la situación empeore, tomo la funda de comida y escapo a la cocina lo más rápido que puedo.

—Está bien. Gracias.

Esto estuvo demasiado cerca, él estuvo demasiado cerca.

Mientras saco las cajas de plástico de la funda, empiezo a balbucear en voz baja. ¿Qué fue eso? Me estoy confiando demasiado. Empiezo a repetir palabras una y otra vez, rogando que logre convencerme a mí mismo.

Contrólate, respira, aléjate.

Sunghoon no es malo, pero podría serlo.

Podria ser peor de lo que imaginas, no lo olvides.

—Lamento haber tardado tanto —Aparece detrás de mí, apoyado en la encimera.— Asignaron un trabajo grupal en una clase que detesto. Tuve que reunirme con algunos amigos antes de venir —Sigo centrado en la comida. Empiezo a servir todo en platos bajo la atenta mirada de Sunghoon. Frunce un poco el ceño.—¿Seguro de que quieres comer ahora? Quiero decir, es bastante tarde....

—Tengo hambre—Alcanzo a decir. Ni siquiera sé qué hora es— ¿Qué tal te fue hoy? —Lo miro de reojo mientras meto un plato dentro del microondas, e intento sonreír — Amigos, ¿eh? —Me concentro en el Lampredotto que gira dentro del microondas— ¿Cómo son tus amigos?

—Ah, bueno.—Ríe un poco, cogiendo un tenedor y empezando a jugar con los champiñones fríos de su plato. —Son... ¿Normales? Chicos normales, universitarios normales... En su mayoría, supongo.

—Define "chico normal".

Carraspea, empezando a servir la limonada en dos tazas.

—Beomgyu es... Tiene mucha energía, ¿sabes? Nunca deja de hablar. Mingi luce un poco intimidante al principio, pero resulta muy amigable si te ganas su confianza —Deja las tazas sobre la mesa, y noto que parece estar hablando más para sí mismo que para mí.- Y Soobin es demasiado entrometido, pero tiene buenas intenciones... Al menos la mayoría del tiempo. Siempre lleva su cámara a todas partes, y nos está grabando todo el tiempo. Como si quisiera hacer un documental de nuestras vidas.

—Suenan... agradables —digo, sacando mi plato del microondas y metiendo el suyo. Intento hacer una lista mental de los nombres. Memorizarlos. Beomgyu, Mingi, Soobin. Beomgyu, Mingi, Soobin. Es información importante —Estudiantes de cine... Supongo que son una especie diferente. En las carreras de letras todos se desprecian entre sí. Es un campo de batalla. No hay aliados, solo enemigos.

Lo escucho soltar una carcajada, y sonrío también sin darme cuenta. Si no fuera por el intenso repiqueteo en las ventanas, habría olvidado por completo que seguía lloviendo. El ambiente era demasiado cálido. Tanto, que creí que en cualquier momento empezaría a sudar. Mi sonrisa se torcía cada cierto tiempo. La ola de calor era sumergida bajo una ola de sospechas. Las sospechas eran frías, y arrasaban con mi interior hasta asentarse en mi estómago y darme náuseas. Y el aspecto vomitivo del Lampredotto no ayudaba.

—¿En verdad quieres comer eso? Estoy seguro de que tenemos algo mejor en algún gabinete—Se acerca a mí, hasta estar parado a mi lado. Ambos observamos el Lampredotto como si fuera una criatura nueva que acabamos de descubrir en un laboratorio, como si en cualquier momento fuera a empezar a moverse.—Ya sabes, algo comestible.

—Está bien, investigué qué es esto en el camino a casa—Le digo. No estoy mintiendo. El viaje con Jake y Jungwon había resultado insoportablemente silencioso en un inicio, por lo que empecé a tontear en el buscador. Quería saber qué diablos era lo que me iba a comer, al menos. —No parece tan malo. Si lo envuelvo con dos rodajas de pan, seguro olvidaré que es el estómago de una vaca.

—¿Seguro?

—Seguro—Respondo, intentando sonreír de nuevo.

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora