13:He's kissing me (not on the lips)

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—Mierda, Sunghoon... Piensa con claridad, ¿sí? Vete.

—No.

—Me enojaré si no te vas. Me sentiré culpable, ¿quieres eso?

—Pero yo no...

—Mira, Sunghoon —He acercado tanto la cabeza que prácticamente la tengo dentro del auto. Miro a Sunghoon a los ojos, esforzándome por entregarle la mirada más intimidante que puedo. —Si no enciendes el auto y sales del maldito estacionamiento ahora mismo, todo volverá a ser como antes. Te ignoraré, y nunca volveremos a salir como hoy. ¿Escuchaste? Jamás.

Abre tanto los ojos y sus cejas se curvan hacia abajo de una forma tan dolorosa que me siento verdaderamente culpable. Sus ojos brillan y su mirada regresa al volante, empezando a pasar de forma insegura los dedos sobre el cuero. La expresión que pone se siente como un disparo en la mitad del pecho, y estoy conteniendo las ganas de decirle que no hablaba en serio, que es literalmente imposible que todo vuelva a ser como antes. Ahora no podría ignorar a Sunghoon aunque pusiera toda mi fuerza de voluntad en eso. Abro la boca, dispuesto a retractarme, pero él me interrumpe empezando a rebuscar en su mochila, que descansa sobre el asiento de copiloto.

—Está bien, me convenciste con eso —Saca su billetera, y su expresión de animal triste no se marcha. —Al menos déjame pagar, ¿bien?—Saca el brazo por la ventana, alargándolo hasta tomar mi mano, mojándose un poco. Me entrega dos billetes.—Esto te alcanzará para pagar la comida, el taxi... Y para que compres algo que sí quieras comer. El Lampredotto es horrible, y sé que tu paladar es sensible para estas cosas—Me sonríe, sin soltar mi mano. Su sonrisa, maldición, su sonrisa. —Ahora entra, no quiero que te resfríes por mi culpa. Prometo que no tardaré.

Mis labios permanecen entre abiertos mientras miro con incredulidad el reluciente billete de W50000, sobre el que descansa uno un poco más arrugado de ₩10000. Veo a Sunghoon de nuevo, que ya se encuentra encendiendo el auto. Regreso la mirada al dinero. Mi expresión debe ser un completo espectáculo, porque Sunghoon está conteniendo una carcajada mientras me mira de reojo. Trago saliva, obviamente no usaré el dinero, pero no vale la pena discutir con Sunghoon en este momento. No hay tiempo, por lo que guardo el dinero en mi abrigo para evitar que lo alcance la lluvia. Me giro, dispuesto a alejarme, aún sintiendo la capa de lluvia que baña mi rostro, pero de repente una idea deslumbra mi mente. Me apoyo en la ventana del auto cuando Sunghoon está a punto de cerrarla. Me da una mirada confundida, y yo le devuelvo una sonrisa nerviosa.

—Bueno, esta noche estoy libre. Puedo... Puedo revisar tu guión, puedo corregirlo, solo si quieres. Puedo ayudarte, es lo mínimo que puedo hacer para pagarte por lo de hoy.

Sus ojos se encienden como los de un niño pequeño y sonríe en grande, ese gesto tan deslumbrante e infantil abarca casi todo su rostro. Parece que está a punto de llorar, y cuando empiezo a alejarme de la ventana y a pensar que su reacción es demasiado exagerada, de repente se apoya en la puerta para alzar su propio cuerpo hasta estar a mi altura, y besa mi mejilla. Mi cerebro deja de funcionar correctamente por unos segundos, mis pensamientos se entrecortan y se pierden antes de convertirse en algo claro. Sunghoon habla antes de siquiera dejarme reaccionar.

—Mi laptop está sobre el escritorio de mi habitación. Tiene un post-it pegado en la pantalla con la contraseña. El archivo se llama «El valle de los lirios». No te rías por el nombre, y cámbialo si se te ocurre algo mejor—Se detiene un momento, y vuelve a sonreírme, pero ahora es una sonrisa diferente, una sonrisa tan sincera que empiezo a sentirme mareado. Aparto la mirada, con las orejas tan rojas que seguramente empiezan a emanar vapor cuando se encuentran con la lluvia. —Gracias, Sunoo. De verdad, te debo demasiado.

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora