10:He's (a little bit) charming

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Abro la puerta y me escabullo dentro del apartamento. Sunghoon seguramente está en su habitación, durmiendo, pero procuro que mis pasos sean los más cuidadosos y silenciosos posibles. La cierro con mucha lentitud y dejo mi mochila en el suelo. Mi estómago deja salir un rugido desvergonzado y me arrastro hasta la cocina. Cuando abro el refrigerador, Sunghoon sale de su habitación.

-Hay pizza en el congelador, por si tienes hambre. Salí con unos amigos y estaban de acuerdo en que me lleve las sobras -Doy un salto y estoy a punto de tirar al suelo una caja de jugo de naranja. Volteo a mirarlo con ojos demasiado abiertos, y él solo sonrie, acercándose a la cocina. -Puedo calentarla si quieres, puede ser nuestro almuerzo.

Busca entre los estantes de la cocina, y, en ese momento, me doy cuenta de lo alto que es. Sus brazos son gruesos y largos, y saca dos tazas de una repisa alta con demasiada facilidad. Está usando una carniseta blanca un poco ajustada y tiene el cabello revuelto, como si acabara de levantarse. Deja los vasos sobre la mesa y me arrebata con suavidad la caja de jugo. Dejo que lo haga, y me limito a mirar todo lo que hace.

-Está bien-es lo único que contesto, y me siento.

Sunghoon sirve la comida, con tanta delicadeza como si se tratara de un elegante platillo en un restaurante costoso, y me cuesta creer que hace todo eso sabiendo que son dos tristes pedazos fríos de pizza. Hago lo que Jake dijo que hiciera, lo estudio, miro detenidamente cada uno de sus movimientos, analizándolos en mi cabeza mientras le doy sorbos lentos al jugo de naranja. Si lo veo así, dándome la espalda, no parece realmente un vampiro. Parece un simple chico universitario, uno con la espalda muy ancha. Deja uno de los platos frente a mí y se sienta a mi lado, empezando a comer. La pizza humea un poco, y reconozco al instante dónde la compró. The Grand Mozzafiato es el restaurante favorito de mi madre. Solíamos ir siempre en su cumpleaños, y en mí cumpleaños, y en cada dia festivo que fuera una buena excusa para comer pizza barata y mirar películas viejas y románticas toda la noche. Ni siquiera me doy cuenta, pero estoy sonriendo. Muerdo la pizza, y el sabor trae tantas memorías tan cálidas que no puedo evitar reír un poco. Sunghoon lo nota, y sonríe también.

-Estás feliz-Dice.- Me alegra.

-No he comido en ese lugar desde hace siglos, había olvidado lo deliciosa que era la pizza ahí.-Nos quedamos en silencio, mirándonos. Le respondi con tanta naturalidad que cuando noto lo que acaba de pasar, me atraganto con un pedazo de pimiento verde y empiezo a coser como loco. Sunghoon se alarma y me da palmadiras en la espalda, pasándome el vaso de jugo. Lo bebo todo de un solo sorbo y la tos comienza a cesar, pero su mano sigue en mi espalda. Y por un fugaz segundo, no quiero que la quite. Vuelvo a la realidad y me alejo un poco de el aclarando mi garganta y sonriendo con incomodidad.

-Lo siento-Mascullo, tomando la caja de jugo y volviendo a llenar mi vaso -Y gracias por la comida -Suelto con nerviosismo apagado escondiéndome tras el jugo de naranja.

-¿Crees que eso te llenará? No sobró demasiado-Mira con ojos dudosos y entrecerrados la pizza, y frunce un paco el ceño. Río un poco. -Si aün tienes hambre. Podríamos salir. Comeremos lo que tú quieras, yo invito.

Aprieto los labios intentando con todas mis fuerzas contener una sonrisa torpe que amenaza con destruir mi dignidad. Quiero negarme, siento las palabras en la punta de mi lengua, ansiosas por salir, pero tomo otro largo sorbo de jugo que se lleva consigo lo que estaba a punto de decir. La pienso bien antes de contestar. Es una oferta tentadora. y es mucho más seguro que estar solo con él en el apartamento. Por motivos meramente Investigativos le day orro mardisco a la pizza y asiento con la cabeza. El me mira con ansiosa impaciencia mientras termino de tragar la comida.

-Está bien, pero con dos simples condiciones.

-Claro, lo que quieras.

-Tú eliges el lugar. Yo invito.

Sunghoon sonríe, claro que lo hace. Esa sonrisa tonta y reluciente, y esa mirada que delata que está aguantando las inmensas ganas de reirse de mi. Intento imaginar que le salen un par de colmillos de esa dentadura envidiable, y empiezo a preguntarme cómo funcionan los colmillos de los vampiros. ¿Solamente aparecen cuando ellos quieran? ¿Pueden controlarlos? Pienso en el incidente de la rata en el callejón. ¿Alcance a ver los colmillos de Sunghoon esa noche? Mi memoria es borrosa. Antes de darle más vueltas al asunto, Sunghoon corta bruscamente mis pensamientos.

-No te dejarė pagar, Sunoo, no seas ridiculo. Yo puedo...

-No, Sunghoon. Cállate-tomo lo que me queda de pizza y se la encajo en la boca sin esperar a que termine de hablar. Me aterra pensar que a veces me confio demasiado haciendo cosas así, pero me reconforta el hecho de que él empieza a toser y a reir-Yo pago, tú eliges. No discutas más.

-¿Qué te sucedió, Sunoo?-Pregunta. divertido. Yo me encojo de hombros -Hace una semana apenas me dirigías la palabra. ¿qué te hizo cambiar tan drásticamente de opinión?

-No lo sé, supongo que me senti mal por haberte ignorado. Quiero arreglar las cosas. Ya te lo dije, ser amigos-Busco mi billetera y me dirijo a la puerta. Sunghoon me sigue de cerca.

-Me gusta tu cambio. Drástico, pero bueno al fin y al cabo. Me agrada.

Bajamos las escaleras. Yo estoy casi corriendo y Sunghoon intenta seguirme el paso entre risas agotadas. A veces y solo a veces, yo también suelto una que otra carcajada. Subimos en su BMW y Sunghoon enciende el auto. Por alguna razón, me siento cómodo, demasiado relajado teniendo en cuenta que estoy con Sunghoon. Me doy cuenta de que es nuestra segunda cita, una segunda oportunidad para ganarme su confianza. Sonrío.

-¿Sabes a dónde iremos?

-Tengo algunas ideas-Él tampoco puede dejar de sonreír. Me mira de reojo. Le devuelvo la mirada -Debe ser algo bueno, algo grande. Estamos celebrando el nacimiento de un nuevo Sunoo.

-Un nuevo Sunoo... Sí, claro -Murmuro para mí mismo, mordiéndome el labio y negando con la cabeza. De pronto, siento algo pesado en el pecho. Es frío, y me deja helado sin razón. No tardo en darme cuenta de lo que es.

Culpa.

No soy un nuevo Sunoo. Estoy fingiendo. Estoy actuando.

Estoy haciendo esto para huir de Sunghoon.

No quiero ser su amigo. Él es un monstruo.

Carraspeo, desviando la mirada. Finjo que la ventana es el objeto más interesante de todo el universo, finjo que Sunghoon no existe, y el resto del camino transcurre hundido en un silencio que se siente tenso y un poco incómodo. Veo un par de veces que Sunghoon intenta decir algo, que quiere hablar, en serio quiere hacerlo, pero se arrepiente de inmediato y se queda callado. El peso en mi pecho se niega a irse.

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora