19:He's waiting for me

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Cuando la clase termina, el mar de estudiantes que salen del salón como si su vida dependiera de ello bloquean el camino hasta la puerta de salida. Guardo todas mis cosas y me cuelgo la mochila en el hombro. Jake sigue dormido. Lo golpeo en la espalda, lo muevo con suavidad, intento arrastrarlo del brazo, pero nada da resultado. Me arrepiento de haber dejado que se quede dormido. El sueño de Jake es tan pesado como una enorme piedra. Inmovible. No despertará con nada.

Reviso la hora en mi celular. Jake tenía razón: De hecho, sí tengo el archivo de la bitácora aquí. No es personal. Es una investigación sobre Sunghoon, es científico ¿cómo podría ser personal? No quiero que la lea porque mi bitácora da lástima. La he llenado hasta el Día 15, pero apenas hay información relevante ahí. A este punto, debería haber encontrado una prueba irrefutable de Sunghoon definitivamente es (o no es) un vampiro.

He pasado las últimas dos semanas pegado a él. Lo veo casi todo el día, y cenamos juntos al menos tres veces a la semana. Los lunes yo elijo dónde comer, él los miércoles, y así. Pero nunca me deja pagar. En el mejor de los casos, lo convenzo de dividir la cuenta. Y Sunghoon es tan estúpidamente terco...

Me recoge de la universidad, todos los días, sin falta, y yo lo espero despierto hasta que sus clases terminan con la excusa vaga de que estoy haciendo trabajos. Recuerdo que Sunghoon también hacía eso: desvelarse diciendo que estaba ocupado con la universidad. Antes no le creía. Pensaba que eran simples mentiras para ocultar el tipo de cosas extrañas que hacía en realidad por las noches —cosas de vampiros—, pero ahora me parecía bastante razonable. Tenía sentido. Sunghoon no mintió, y creo que nunca lo ha hecho.

Mi bitácora parece el diario de una niña de quince años que escribe sobre el chico del que está enamorada.

Una niña que acaba de desvelarse leyendo toda la saga de Crepúsculo.

—Déjalo, Sunoo —dice el maestro Jung al otro lado del salón. Me sonríe con los ojos detrás de sus lentes, y vuelvo a preguntarme cómo un hombre tan joven puede ser maestro en una universidad—. Aún tengo que recoger algunas cosas, lo despertaré antes de irme.

—Ah, ¿está seguro? —alcanzo a decir, rascándome la nuca con la culpabilidad trepándome por el cuello. Él asiente con la cabeza, sonriendo sin mostrar los dientes— Está bien. Hasta mañana, señor Jung.

—Ten un buen día, Sunoo.

Me aferro a mi mochila, pero antes de que pueda girarme hacia la puerta, alguien me agarra el brazo. Escucho jadeos, y el maestro Jung levanta la mirada por sobre mi hombro, curioso acerca de la presencia extraña que ahora hay en el salón. De reojo, veo una silueta negra, sudada y enorme a mi lado. Cuando recupera el aliento, Sunghoon levanta el rostro y me sonríe. El maestro Jung levanta una ceja.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunto, aún sin creerlo. Está en el salón, está en mi universidad, está frente a mí— ¿Cómo diablos te dejaron entrar?

Tiene una mano apoyada en las rodillas, intentando recuperar el aliento. Su sonrisa se torna un poco avergonzada. Me tomo un momento para analizar su expresión. Sunghoon nunca sonríe solo con la boca: Sonríe con sus cejas también, con sus ojos. Cuando su entrecejo se arruga un poco, me doy cuenta de que Sunghoon sonríe usando todo el rostro.

Algún día debería categorizar los tipos de sonrisa que tiene Sunghoon: Cuando está realmente feliz, cuando está avergonzado, cuando intenta esconder que está dolido...

¿Será material útil en la bitácora?

Quizás debería cambiar el tema de mi investigación. De ¿Acaso Park Sunghoon es un vampiro? a Los misterios detrás de la sonrisa de Park Sunghoon.

Seguramente la segunda opción me daría más material.

—Solo diré que el guardia de la entrada ahora piensa que soy tu hermano —suelta una risita fingida, apretando los labios. La mirada del señor Jung no nos abandona. Está curioso de lo que este misterioso extraño hará— Bueno, eh, ¿nos vamos?

—Ah, sí. Vámonos.

Se inclina un poco para mirar sobre mi hombro, notando a Jake.

—¿Vas a despertarlo?

—No —respondo, caminando hasta la puerta. Yo también intento sonreír— Ahora es problema del maestro.

Sunghoon recorre los pasillos hasta la puerta principal con pasos inusualmente desesperados, y yo hago mi mayor esfuerzo para seguirle de cerca. Prácticamente está corriendo cuando salimos de la universidad. Subimos a su auto como si estuviéramos escapando de alguien: Saltando dentro y cerrando la puerta con fuerza. Ni siquiera alcanzo a ponerme el cinturón de seguridad cuando Sunghoon ya está saliendo del estacionamiento. Su frente está perlada por el sudor, y alcanzo a escuchar un jadeo casi inaudible bajo el sonido de la radio.

—¿Sucede algo? —me atrevo a preguntar en un semáforo.

—Tu facultad es enorme —responde. Está sonriendo, pero no me mira—. Como un laberinto. Creo que recorrí cada pasillo antes de encontrar tu salón. Mi universidad es un tercio de la tuya, sin exagerar.

—Pudiste haber esperado por mí, ¿sabes?

Esconde su sonrisa volviendo a apretar los labios y se limpia el sudor con el dorso de la mano.

—Tengo algo de prisa.

Yo también dejo de mirarlo. Empiezo a cambiar la estación de radio una y otra vez, sin siquiera prestarle atención a cada canción, en un débil intento de centrarme en algo más.

—Entonces no debiste haber venido por mí —intento decirlo lo más calmado posible, suprimiendo cualquier pizca de brusquedad en mi voz. Incluso intento decirlo en un tono divertido, como si no fuera algo importante. Puedo ver de reojo el movimiento nervioso de su garganta al tragar saliva—. Aún puedo tomar el autobús, o Jake podría haberme...

—No, no. No es eso, Sunoo —pasa su mano por su cabello, revolviéndolo más de lo que ya estaba— ¿Recuerdas el trabajo grupal del que te hablé hace algunas semanas? —asiento con la cabeza— Bien, es un proyecto que pesará bastante en la calificación final. Es un cortometraje, y se supone que hoy nos reuniríamos en la casa de Soobin para empezar a organizar todo. Creí que sería a las cinco. El plan era recogerte, comer algo rápido y salir. Pero cambiaron la hora, y llegaré tarde, así que...

—¿Por qué viniste por mí? —le suelto de nuevo, interrumpiéndolo. Por primera vez en lo que llevamos del camino, me mira. Su rostro se contrae al ver que estoy enojado— Dios, Sunghoon, ¿por qué viniste por mí?

—Ya estaba cerca de tu universidad cuando recordé el cambio de horarios.

—Es la segunda vez que esto sucede —me agarro el puente de la nariz, recordando lo sucedido en el restaurante. Empiezo a sentir la misma ansiedad de Sunghoon— ¿Por qué haces esto? Tienes prioridades, ¿por qué me escoges por encima de tus prioridades?

He's clearly a vampire || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora