Sumérgete en esta emocionante historia que te atrapará desde el primer capítulo con su intenso contenido lleno de romance, erotismo, secretos, inseguridades y mucha pasión.
Acompaña a Ethan y April en la travesía que les espera para poder estar junt...
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Capítulo especial desde la perspectiva de Ethan.
En cuanto la ví, supe que estaba jodido. Supe que tendría que pensar en cualquier otra cosa que enfriara mis pensamientos y mi entrepierna. Estaba sentada allí a mi lado y lucia tan sensual, tan exquisita, tan apetecible y follable qué más de una vez tuve que recordarme la presencia de Nathan en el auto para no tirar de ella hacía mí y poner mi polla en su boca.
Estaba enloqueciendo y su aroma invadiendo todo mi espacio no ayudaba en lo absoluto. Tenía una erección monumental. Quería evitar mirarla mientras conducía, pero mis ojos iban a ella sin darme cuenta. Tuve que conformarme con solo acariciar levemente su mejilla, yo era un tornado de deseo queriendo arrasarla y ella a mi lado limpia de pecado observaba nuestro alrededor con curiosidad y atención mientras en mi mente ya me la había comido al menos tres veces.
Cuando llegamos al pueblo y estacioné el auto. Les di su espacio para que absorbieran la belleza que les rodeaba. Ambos simplemente estaban sin palabras y sentí una satisfacción extraña, era una sensación placentera que me confundía, pero que por nada del mundo deseaba que desapareciera.
Como lo esperé, Nathan había notado rápidamente los mini campos de fútbol. Terminamos frente a uno viéndolo jugar un breve partido de 20 minutos, le observé con detenimiento, el niño realmente tenía talento. Mientras consciente o no, estaba cada vez más cerca de April. Era como si fuese mi propio sol y yo no pudiese orbitar lejos de ella ansiando su calor. Se fijó en mí y me dedicó una mirada luminosa y llena de fascinación.
—Esto es extraordinario, Ethan, gra...
—No lo digas.—no la dejé terminar de hablar, me tenía harto con esa palabra.
Por todo quería andar diciendo gracias cada cinco segundos. Debía deshacerme de esa absurda costumbre suya. No tenía que agradecer una mierda, ella era una diosa, merecía tenerlo todo a sus pies y yo me encargaría de ello.
—Es que no sé que decir.—me explicó con un notable sonrojado en sus mejillas...
«¡Maldita sea, no!»
Era el mismo sonrojado que se le hacía cuando estaba excitada.
«Mierda»
Volví a concentrarme en el partido que tenía lugar frente a nosotros intentando despejar la mente con toda mi fuerza de voluntad.
—Entonces no digas nada y disfruta.—solté y mi voz sonó apacible, volvió a mirarme y clavé mis ojos en ella intentando que sintiera hasta los huesos las ganas que tenía de hacerla mía. Aquí nos íbamos a joder los dos.
Su respiración se agitó levemente y entonces rompí el contacto visual, sonriendo para mi mismo satisfecho.
Nathan terminó el partido siendo goleador único dejándole la victoria a su equipo y aunque estaba completamente fuera de mi zona de confort, experimenté el orgullo por alguien más. Me sentí dichoso de estar allí con él, con ambos. April a mi lado daba saltos de alegría y terminó abrazándome eufórica. Ella no tenía idea de lo que ese abrazo efusivo significaba para mí. Necesitaba verla siempre así.
