"Esto apenas comienza" 🏹

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"Que comiencen los septuagésimo cuartos juegos del hambre"

Hay que correr, lo más rápido que pueda, me debo alejar hacia el bosque, como dijo mi mentor, pero, en vez de eso, me dirijo hacia la cornucopia, a diferencia de mi, Peeta sí es bueno siguiendo instrucciones.

Los profesionales están arrasando con todo, el lugar esta hecho un cementerio
El chico del 6, la chica del 4, deben de haber por lo menos 8 tributos muertos en esa cornucopia, rápidamente, me dispongo a agarrar esa mochila que podría tener cosas vitales para mi supervivencia, de pronto, siento mi cuerpo caerse directamente al suelo. Mierda, uno de los tributos venía directamente hacia mi con una especie de hacha, mi mente es un desierto, nada ni nadie me podrá salvar de esta, en pocos segundos, estaré muerta.

Estaba paralizada del miedo, no me podía moverme ni pensar con claridad, supongo que debí hacerle caso a mi mentor, el chico del hacha repentinamente cayó cara al suelo, con un cuchillo clavado en el torso de su espalda, indirectamente, la lanzadora de cuchillos, la chica del 2, me había salvado, por fin podía moverme, y lo debía de hacer rápido, ya que yo era el próximo objetivo de la lanzadora de cuchillos.

Rápidamente, agarre mi mochila y me dirigí directamente al bosque, anhelaba que tuviera al menos un poco de agua ya que solo podría sobrevivir un par de días sin beber agua.

Tropecé con foxface, la del cinco, es muy inteligente y sigilosa, lo que es de temer. Para mi buena suerte, ella ha perdido su arma, por lo cual no puede herirme, lo último que veo, es ella alejándose lo más rápido que puede de mí.

Mi mochila contenía; una botella de agua vacía, fósforos, una cuerda y también una bolsa de dormir, ya sabía lo que haría; buscaría un lugar con agua, mientras escalaría los árboles para descansar allí, rezando para que no me maten, ni a mi, ni a Peeta.

La noche cae rápidamente así, que me subo a el árbol más cercano que veo, trato de dormir, pero pienso en Peeta, ¿como estará él?, me aterra la idea de que muera, esta claro de que el debe ganar, cueste lo que cueste.

Gracias a que estaba oscuro pasaba desapercibida entre las ramas y hojas, además de que mi bolsa de dormir era negra, la cual se camuflaba con el cielo. Trataba de conciliar el cielo, de pronto escuche las voces de un grupo de aliados, claramente los profesionales, los profesionales son los tributos de los distritos 1 y 2 y se preparaban toda su vida para los juegos, a los 18 se presentaban como voluntarios, en ese punto, son bastante letales.

Me puse a analizar al grupo, algo me paralizo, Peeta era parte de ellos, no pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que estaban hablando de mi;

Cato: enamorado, ven acá, ¿estás seguro de que se fue por allá?! -dijo preguntándole a Peeta.

Peeta: Si, la soga que vimos era la de ella, estoy seguro.

¿Como se le ocurría?, después de lo que pasamos juntos, enamorarme para después traicionarme, quería llorar de la importancia. Nunca debí confiar en el, después de todo, solo hay un ganador. Igualmente, Peeta había sido muy estúpido al confiar en ellos, ya que apenas me encuentren, el siguiente será Peeta, los profesionales sólo son adolescentes sedientos de sangre.

Luego, me percaté de que Glimmer, la chica del uno, se acercaba a Cato para susurrarle algo al oído, algo que me obligue a escuchar;

Glimmer: Cato, ¿porqué mejor no lo matamos ahora?

Cato: No lo podemos matar ahora ya que solo con el la encontraremos a ella. Pero créeme el el será el siguiente en sentir mi espada en su pecho.

Todo menos eso, el me podría haber traicionado, lo que me desconcertó, ese no era Peeta, al menos, no el que yo conocía, me podrían herir a mi, pero a él, nunca.

Imágenes comenzaron a reflejarse en el cielo, en total, 13 tributos caídos la primera noche, lo que significa que aún quedan 9. Aunque tenía hambre, sabía que tenía que dormir, si no, no podría rendir al 100 por ciento, mañana me dispondría a conseguir algo de agua, y si tengo un poco de suerte, algo de comida. Haymitch me advirtió de que tuviera cuidado con los frutos, ya que, según muchos recuerdan, en los 50 juegos del hambre, los que mi mentor ganó, la arena era hermosa, aunque mortalmente venenosa...

Desperté por los gritos de probablemente otro tributo caído, como sospeché, el cañonazo que significaba que alguien había muerto sonó segundos después, revisé mi alrededor desde la altura que me proporcionaba el árbol. No había ningún rastro de profesionales, así que, silenciosamente, recogí mis cosas y comencé mi búsqueda por el agua.

Pasaron las horas, nada, estaba sedienta no creo que pueda seguir sin agua, hice un último esfuerzo, realmente deseaba vivir, para mi fortuna, después de caminar unos 45 minutos más, encontré un hermoso lago.
Me adentré a él para lavarme un poco, beber agua, y, dentro de lo que se pueda, relajarme, aunque siempre alerta.., mi momento de calma no duro mucho más, ya que, para mi mala suerte, la alianza de los profesionales buscaban el mismo recurso que yo, al escuchar la gritona voz de la chica del 1, Glimmer, me percaté de que en breve, estaría en un grave peligro.

Cato: ¡miren, miren! Allí está, ¡vamos por ella! - dijo psicótica mente

Al darme cuenta en el peligro que ya estaba, me dispuse a hacer lo único que podría hacer para sobrevivir, correr. No tenía armas, así que solo corrí, con la esperanza de que...no me maten.

Glimmer: ay nena, ¿¡estás asustada!? -dijo riéndose

Clove: ¡Vamos a matarte nena! -dijo riéndose igual que su aliada

Observe un gran árbol, era buena escaladora, lo escalé rápidamente, probablemente en minutos, estaré muerta, lo único que pido es que, no le hagan daño a Peeta.

Los profesionales se posicionaron en la raíz del gran árbol, en el cual, yo ya estaba amarrada, todos con armas diferentes, todos tratando de cazarme, todos menos Peeta...

Cato: ¡Déjenmela a mi!, ¡es mía! - Posteriormente, trató de escalar las delgadas ramas del árbol, las cuales, no resistieron el peso de ninguno de los profesionales, como la vez anterior, Peeta solo me observaba con su mirada triste, el era el único que no quería hacerme daño, el único que no disfrutaba la idea de mi muerte, en el fondo de mi corazón, sabía que el quería ayudarme, tanto, como yo quería ayudarlo a él.

Glimmer, en sus intentos de matarme, agarro el arco, el que tanto necesitaba, posteriormente, sacó una flecha del carcaj, iba a dispararme.

La suerte no estaba de mi lado....

i think he knows - Peeta Mellark y tu. THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora