Peeta mellark y ____ Williams se han admirado en secreto durante años. El un increíble panadero, y ella, una hermosa chica amante de la moda. Los dos adolescentes apenas habían cruzado palabra en los 16 años de vida de cada uno, pero si sabian algo...
Peeta: Claro que si preciosa, créeme, si tan solo pudiera caminar...
_____: Te creo, Peet. Pero enserio necesitamos mas pomada, y, tendré cuidado, lo prometo.
Peeta: Pero si algo te pasa.., no me lo podría perdonar.
_____: Lo entiendo Peeta, pero enserio necesitamos las medicinas y las demás cosas.
Peeta: Mañana lo seguiremos hablando, por favor.
_____: está bien Peet.
Peeta: Que duermas bien, preciosa.
_____: igual tu. - seguidamente, dejé un beso en su cálida mejilla, para luego, caer profundamente dormidos.
Pasaron las horas, desperté unos minutos antes que Peeta, el seguía profundamente dormido, trate de moverme un poco, para buscar algo de desayunar de nuestra mochila, aunque, Peeta no dejaba que me fuera.
El abrazaba mi estomago, y, mientras más trataba de moverme, más me apretaba contra él. Realmente no me podía salir.
Peeta: No.., aún no, por favor..
_____: Peeta, debemos comer algo, además, recuerda que necesitamos los medicamentos.
Peeta: Solo 5 minutos más, te lo pido.
_____: Bueno, Bueno, está bien. - dije con una sonrisa.
Unos segundos después, nos dimos cuenta de que Peeta aún tenía sus manos en mi cintura, avergonzado, las retiró.
Peeta: los siento, preciosa..
_____: ey,ey,ey ¿por que las quitas? con lo cómodos q estábamos...
Peeta: Yo solo pensé, que, estabas incómoda o algo, pero como veo que no, no creo que haya ningún inconveniente con que haga esto.
Seguidamente comenzó a besarme toda la cara, mientras me hacía cosquillas. De un movimiento a otro, terminé encima de él, aunque, teniendo cuidado con su pierna, la que por cierto, estaba muchísimo mejor.
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Nuestros besos en esta ocasión eran más pasionales, pero tampoco cayendo en lo grotesco, pero, por las dudas, espero que los niños que estén viendo los juegos no le hagan muchas preguntas a sus padres.
Cuando nos separamos caímos en la risa, no sabíamos cómo, ni el porqué, de hecho, parecíamos dos idiotas riéndose por alguna estupidez.
Estaba totalmente roja, entre la risa, la vergüenza, y las ganas de seguir, mi cara había cambiado inconfundiblemente de color.
Peeta: ¿sabes? Me encanta cuando te pones así de roja.
_____: Gracias lindo- continúe con mi risa.
_____: Se que no quieres que vaya, pero me tengo que ir..
Peeta: _____, Prométeme que vas a tener muchísimo cuidado, lo juro, si es que pudiera ir...
_____: se que lo harías, pero, aunque ya has mejorado un poco,sigues lastimado, y será más rápido si voy yo sola.
_____: tendré cuidado, dentro de poco volveré, lo prometo.
Le di un último beso antes de partir, volvería, estaba segura de que lo haría..
Comencé a deambular por la arena, recordé todos lo momentos que había pasado allí, y a los tributos con los que había luchado, solo éramos niños, solo eso, Y estábamos matándonos unos a otros, lo peor, en un año probablemente ni siquiera se acuerden ni de la mitad de ellos, los niños que han dado la vida por su estúpida "festividad".
Algunos kilómetros después, finalmente llegue a la cornucopia, divisé a lo lejos, esperando que ningún tributo estuviera al acecho. Vi a la del 5, la comadreja, una tributo solitaria pero muy inteligente, se que su compañero de distrito había muerto, así que no la consideraba una gran amenaza, cuidadosamente espere a que se fuera.
Vi el "12" en una mochila a unos 200 metros, solo quedaba esa, la del distrito "2" y la del "11", además de la del 5, que minutos atrás la tributo se la había llevado.
Sin pensármelo un poco más, comencé a correr. De pronto, sentí como una figura femenina me tiraba al suelo, Clove, la chica del 2. Comenzamos a pelear cuerpo a cuerpo, tenía mi arco, pero, como estaba contra al suelo, no podía quitármelo.
Clove: ¿donde está?, el enamorado, dime ¿donde está? -dijo de una manera algo tétrica.
Comenzó a poner su cuchillo en mi cuello, probablemente, en pocos minutos, estaría muerta, y, no le podré cumplir mi promesa a Peeta.
De pronto, sentí el cuchillo de la chica tajar mi frente, rápidamente, la sangre comenzó a fluir.
Clove: ¿sabes?, que pena que no pudiste ayudar a tu amiguita, la niñita, ¿como se llamaba?, Rue, si.., Rue, que pena que la matamos.. y ahora, te mataremos a ti... - la suerte claramente no estaba de mi lado.
Repentinamente, alguien quito a Clove de mi , se parecía físicamente a Rue, era Tresh, el tributo masculino del distrito 11, fuerte e inteligente.
Tresh: ¿¡QUE HAS DICHO!?, ¡TU LA MATASTE!, ¡TE ESCUCHÉ!. - le gritó a Clove.
Clove: NO, ¡NO LO HECHO! - suplico
Clove: ¡CATO! ¡CATO!, ¡AYÚDAME!
Tresh: ¡CLARO QUE SI, TE HE OÍDO, HAS SIDO TÚ! - acto seguido la golpeó contra la cornucopia, segundos después, Clove cayo muerta... me tenía que apresurar, estaba algo preocupada, de.., que yo sería la siguiente.
Para mi fortuna, Tresh, no tenía la intención de hacerme daño.
Tresh: ¡solo esta vez 12, Por Rue!, - y, tan rapido como pudo, se alejó rápidamente.
Agarre mi mochila, agradecida de aliar de allí con vida, me alejé corriendo lo más rápido que me permitieron mis piernas, no quería otro encuentro que ponga en peligro mi vida., además, mi única preocupación ahora, es el bienestar de Peeta.
Corrí todo lo que pude, kilómetros y kilómetros, estaba muy cansada, pero no iba a parar, cuando llegue al lago, cerca de la cueva, mojé mi cara, mientras más me iba acercando a la cueva, escuché algo de ruido.
_____: ¿Peeta?. - no hubo respuesta...
_____: ¡¿Peeta?!, ¿eres tu? - dije ahora un poco más fuerte
