Nuevos comienzos 🏹

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Avancé hacia mi padre con pasos temblorosos. Después de sobrevivir a los brutales 74º Juegos del Hambre, abrazarlo era como encontrar refugio en medio del caos. Mis brazos lo rodearon con fuerza, aferrándome a él como si temiera perderlo de nuevo. Mi padre respondió al abrazo con igual intensidad, envolviéndome en un abrazo reconfortante que parecía disipar todas las pesadillas que me habían atormentado en la arena. En ese momento, con el aroma familiar de mi padre y el latido reconfortante de su corazón, supe que, pase lo que pase, siempre tendría su amor y protección.

mi madre salió por la puerta y me miró con ojos llenos de emoción y alivio. Era como si hubiera estado reteniendo la respiración todo este tiempo, esperando este momento con la misma emoción que yo. Sus brazos se abrieron, y corrí hacia ella, sintiendo la necesidad desesperada de estar cerca. Cuando me envolvió en un abrazo, supe que no estaba sola, que había alguien que entendía todo lo que había pasado y que estaba dispuesta a estar ahí para mí, sin importar que.

Con un suspiro de anticipación, empujé la puerta y entré a nuestro nuevo hogar. El lugar emanaba un aire fresco y desconocido, lleno de posibilidades. El aroma a pintura recién aplicada se mezclaba con el olor a madera nueva. Mis ojos exploraron cada rincón, sintiendo la emoción de empezar de nuevo en un lugar completamente diferente. Al ver a mi madre y a mi padre esperándome con sonrisas de bienvenida, supe que, juntos, podríamos convertir este espacio en un verdadero hogar.

Era cómodo tener un nuevo hogar, ya que, al ser coronada vencedora junto a Peeta, nos proporcionaron un nuevo hogar en la aldea de vencedores, no tenía otra opción más que vivir sola aquí, ya que mis padres, al estar al servicio del alcalde, debían de vivir en la casa de el, aunque prometieron visitarme lo más que pudieran, de todas formas, no iba a sentirme sola, ya que Peeta, ahora es mi nuevo vecino.

La nueva casa era sencilla pero acogedora. Las paredes recién pintadas olían fresco, y los suelos de madera crujían. La luz del sol inundaba cada rincón, dándole vida al espacio. Los muebles eran cómodos y prácticos, con pequeños toques de color que le daban calidez al ambiente. En el patio trasero, un pequeño jardín prometía ser un lugar perfecto para relajarse. era un lugar con mucho potencial para convertirse en un hogar acogedor.

Me pase toda la noche con mi familia y mis seres queridos, compartiendo historias y recuerdos, me sentía realmente acogida, dentro de poco, se vendría un mar de emociones con todo lo que conlleva la gira de vencedores y el hecho de ser victoriosos en los juegos.

La Gira de la Victoria es una de las partes más agotadoras después de ganar los Juegos del Hambre. Básicamente, es una gira por todos los distritos de Panem, donde los vencedores deben presentarse y ser celebrados, aunque para muchos de nosotros, es más una obligación que una celebración. Nos llevan de un distrito a otro en un tren lujoso, y en cada parada nos encontramos con multitudes que esperan vernos. Tenemos que dar discursos, participar en banquetes y mostrar una sonrisa que no siempre sentimos. Es un recordatorio constante de lo que hemos sobrevivido y de aquellos que no lo lograron. La gira sirve para mantener vivo el espectáculo de los Juegos y para recordarle a todos el poder del Capitolio.

Mi vida de vencedora desde ahora sería agotadora, llena de cámaras y nada de privacidad pero lo que importa es que lo habíamos logrado, Peeta y yo, juntos, habíamos salido de esta juntos. Mañana tendríamos otra de las múltiples entrevistas con el célebre Ceasear Flickerman, de nuevo, sin ningún tipo de privacidad.

En las altas horas de la noche, cuando me siento lo suficientemente cansada para ir a descansar, mi familia y amigos se retiran, a excepción de Peeta, quien me observa con una sonrisa desde el marco de la puerta.

Peeta: Bueno preciosa, creo que es momento de que me retire, ha sido un largo día y mañana tenemos trabajo que hacer, por lo tanto debes de dormir excelente, no queremos que Cinna y Portia nos regañen por ojeras en nuestros ojos, ¿no? Eso podría matarlas- exclamo con una sonrisa.

Solté una pequeña risa y Peeta se acercó hacia mí para besarme, gesto que acepté con gusto. Antes de que cruzara la puerta, supliqué:

- _____: Lindo, espera ¿te importa quedarte esta noche?

- Peeta: Está noche y las que quieras _____.

-_____: Ven Peet, vamos a la cama. -dije con una sonrisa.

Peeta: Lo que tú digas linda - Podía ver un gesto de satisfacción en su rostro, la misma que podía ver cada vez que dormíamos en el tren.

La tensión de lo que se avecinaba colgaba en el aire, y ambos buscábamos consuelo en la compañía del otro. Al llegar, abrí la puerta y le hice un gesto para que entrara. La habitación estaba iluminada por la luz tenue de una lámpara, creando un ambiente tranquilo y acogedor.

Nos quitamos los zapatos y nos deslizamos bajo las mantas. En lugar de mantenernos cada uno en su espacio, Peeta me rodeó con sus brazos y yo me acurruqué contra su pecho. Sentir su calor y escuchar el ritmo constante de su respiración me daba una sensación de seguridad en medio de la incertidumbre. Sus manos se entrelazaron con las mías, y no necesitamos palabras para entendernos. Cerré los ojos, sintiendo su abrazo firme y reconfortante. En ese momento, el peso de nuestras preocupaciones se alivió ligeramente, permitiéndonos encontrar un breve descanso antes de enfrentar lo que estaba por venir.

sentí sus labios rozando mi frente con suavidad. Empezó a repartir pequeños besos por mi rostro: en las mejillas, la nariz y finalmente en los labios. Cada beso era un recordatorio silencioso de que no estaba sola, de que tenía a alguien a mi lado en medio de la tormenta.

Mi respiración se calmó, sincronizándose con la suya. Sus manos se entrelazaron con las mías y, sin necesidad de palabras, encontramos consuelo en nuestra cercanía. Cerré los ojos, finalmente caí profundamente dormida.

i think he knows - Peeta Mellark y tu. THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora