Volvemos a casa 🏹

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El sonido distante de las hélices finalmente llegó, anunciando la llegada del aéreo deslizador que nos llevaría de vuelta a casa. Mis ojos se alzaron hacia el cielo, donde la nave plateada descendía lentamente, su presencia imponente nos salvaría.

Peeta y yo intercambiamos una mirada significativa, nuestras manos entrelazadas en un gesto de apoyo. Después de todo lo que habíamos pasado juntos en los Juegos del Hambre, el momento de nuestro regreso a casa se sentía como un sueño hecho realidad, un final feliz después de un largo mal sueño.

El aéreo deslizador finalmente aterrizó,las puertas se abrieron de par en par, revelando el interior iluminado por una suave luz. Nos dirigimos hacia la nave, nuestras emociones enredadas en una mezcla de alivio y anticipación por el futuro que nos esperaba.

Mientras subíamos a bordo, una sensación de calidez y seguridad nos envolvió, como si finalmente estuviéramos dejando atrás el peligro y el horror de los juegos para un nuevo comienzo, Juntos.

El aire fresco del exterior me recibió cuando salimos de la nave, una suave brisa que parecía llevar consigo el peso de nuestras experiencias pasadas. Mis ojos se posaron en Peeta, cuya expresión reflejaba una mezcla de alivio y agotamiento.

Peeta: Lo hicimos -murmuró, su voz apenas un susurro en medio del bullicio que nos rodeaba. Toda la extravagante gente del Capitolio esperándonos, como si nosotros fuéramos su contenido de entretención.

Por primera vez en 74 años, dos chicos habían salido victoriosos, los dos amantes trágicos del distrito que siempre salía perdedor, el distrito que siempre moría de hambre y en el que siempre había escasez, el distrito 12...

Asentí con una sonrisa, sintiendo un nudo en la garganta mientras trataba de comprender la realidad de nuestro regreso a casa. Después de todo lo que habíamos pasado juntos en la arena, era difícil creer que finalmente estábamos libres, que la pesadilla había llegado a su fin, o al menos eso creo.

Nos abrazamos con fuerza, compartiendo un momento de silenciosa gratitud por todo lo que habíamos superado juntos. Era un vínculo que ningún otro podía entender completamente, forjado en el fuego de la adversidad y fortalecido por nuestro deseo de sobrevivir.

A medida que nos dirigíamos hacia el Capitolio, para nuestra entrevista con el distinguido Ceasear Flickerman, las calles estaban adornadas con pancartas y banderas en celebración de nuestra victoria. Pero para nosotros, el verdadero triunfo no era las celebraciones públicas, sino en la tranquilidad de que habíamos encontrado el camino de regreso el uno al otro, a salvo y juntos una vez más.

Por primera vez en mucho tiempo, podíamos mirar hacia adelante con esperanza y optimismo, sabiendo que, sin importar lo que nos deparara el futuro, siempre tendríamos el uno al otro para enfrentarlo.

Ese mismo día en la noche sería nuestra gran entrevista, con el mismo presentador de siempre, el carismático Ceasear, nos llevaron a nuestras habitaciones en el tren proporcionado por el Capitolio, un bello vestido color azul marino sería el que usaría, el cual combinaba con mis ojos y los de mi compañero, también acompañado de unos hermosos zapatos plateados a juego con una pequeña cartera.

El maquillaje era bastante para mi gusto, pero usando colores neutros y mucho brillo labial, mis labios carnosos se lucían con el labial que mis estilistas habían escogido, un bello color rosa, parecido al color de mis labios.

Mi cabello estaba suelto y liso, habían decidido dejarlo simple, para que el maquillaje y vestuario destacara, las joyas no se quedaban atrás, una bella cadena plateada rodeaba mi cuello, era pequeña, nada muy grotesco.

Peeta, estaba vestido similar a mi, con un traje del mismo color y unos zapatos negros, recién lustrados, se notaba por el brillo que desprendían, su bello cabello rubio tenía un poco de gel, no demasiado, se veía espectacular, lo único que quería hacer era lanzarme hacia el y besarlo, pero mis estilistas me regañarían, ya que el maquillaje se podría correr.

i think he knows - Peeta Mellark y tu. THGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora