XIX

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Después de la devastadora pérdida de su bebé, Jin se encontraba en un lugar oscuro y desconcertante, pero había una luz en medio de la oscuridad: la presencia de Jungkook. Cuando salió del hospital, apoyado en Jungkook, sintió una mezcla de gratitud y tristeza al darse cuenta de que su amigo no tenía un lugar al que llamar hogar.

- ¿Qué tal si te quedas conmigo por un tiempo? -propuso Jin, su voz llena de preocupación y afecto-. Sé que las cosas están difíciles para ti en este momento, y no quiero que te quedes sin un techo sobre tu cabeza.

Jungkook asintió, agradecido por la oferta de Jin. Sabía que aceptar significaba unirse a él en su lucha por recuperarse de la tragedia que los había golpeado tan cruelmente, pero también significaba estar allí para apoyarse mutuamente en los momentos difíciles.

- Estaré encantado de quedarme contigo, Jin -respondió Jungkook, su voz llena de determinación-. No te preocupes por mí, encontraremos la manera de arreglárnoslas juntos.

Así comenzó una semana de convivencia entre Jin y Jungkook. Durante el día, Jungkook asistía a la universidad, esforzándose por mantenerse enfocado en sus estudios a pesar de la tormenta de emociones que lo abrumaba. Por las tardes, regresaba a casa para ayudar a Jin con los quehaceres del hogar, trabajando juntos para mantener la casa en orden y encontrar consuelo en la rutina diaria.

Sin embargo, la sombra del pasado de Jin pronto comenzó a perseguirlos. A medida que Jin buscaba empleo, descubrió con amargura que su reputación había sido manchada por las malas acciones de Namjoon. Los rumores difundidos por su ex pareja habían llegado a oídos de los empleadores potenciales, y ninguna escuela estaba dispuesta a darle una oportunidad debido a las acusaciones infundadas de Namjoon.

Jin luchaba por comprender cómo alguien que una vez había compartido su vida podría causarle tanto daño. Mientras tanto, Jungkook se enfrentaba a la realidad de que su salario como mesero no sería suficiente para mantenerlos a ambos por mucho tiempo.

A pesar de los desafíos que enfrentaban, Jin y Jungkook se aferraban el uno al otro, encontrando fuerza en su amistad y en la determinación de superar juntos las adversidades que se interponían en su camino.

En las noches, cuando la oscuridad envolvía la casa y el peso de sus preocupaciones se volvía más opresivo, Jin y Jungkook encontraban refugio en su propia pequeña burbuja de felicidad. Habían establecido una política de "cero tragedias", un acuerdo tácito entre ellos para dejar de lado las preocupaciones del día y sumergirse en un mundo de entretenimiento y diversión.

Cada noche, se acurrucaban juntos en el sofá, envueltos en mantas suaves y cómodas, listos para sumergirse en el mundo de las series y películas. Se turnaban para elegir qué ver, compartiendo risas y comentarios mientras exploraban un sinfín de historias y géneros.

Para Jin y Jungkook, esas noches se convirtieron en un faro de luz en medio de la oscuridad. Era un momento de alivio, un respiro de la tormenta que rugía afuera. En esos momentos, podían olvidarse de sus problemas y sumergirse en el mundo mágico del cine y la televisión.

Las risas resonaban en la habitación mientras disfrutaban de las travesuras de sus personajes favoritos, las lágrimas fluían libremente durante las escenas emotivas, y los gritos de emoción llenaban el aire durante los momentos de suspenso. Era un espectáculo de emociones que los unía más allá de las palabras, creando recuerdos compartidos que atesorarían en los días difíciles que aún estaban por venir.

A medida que se sumergían en las historias de amor, aventura y comedia, Jin y Jungkook encontraban consuelo el uno en el otro. Se daban cuenta de que, incluso en medio de la adversidad, todavía podían encontrar alegría y felicidad. Y en esas noches de cero tragedias, descubrían que la verdadera magia estaba en el poder de la amistad para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

The theacher|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora