El peso del mundo parecía aplastar los hombros de Jungkook con cada paso que daba. Las materias complicadas en la universidad lo agobiaban, mientras que los clientes insolentes en el restaurante lo dejaban exhausto al final del día. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, había una luz en su vida: Jin.
Cada vez que Jungkook regresaba a su pequeño departamento, encontraba consuelo en la presencia de Jin. Su sonrisa cálida y su apoyo inquebrantable le daban fuerzas para enfrentar los desafíos diarios. Pero en los últimos días, algo había cambiado. Jin no había estado en su apartamento, y su ausencia había dejado un vacío en el corazón de Jungkook.
La preocupación lo consumía mientras se dirigía hacia la casa de Jin. Con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, tocó la puerta con manos temblorosas. Al abrir la puerta, la visión que se le presentó lo dejó sin aliento.
El rostro de Jin estaba desfigurado por los moretones y las contusiones, y su cuerpo estaba cubierto de marcas de golpes. Jungkook sintió un nudo en la garganta al ver el sufrimiento impreso en los ojos de Jin, una mezcla de dolor y desesperación que cortaba hasta lo más profundo de su alma.
Sin decir una palabra, Jungkook envolvió a Jin en sus brazos, sintiendo el temblor de su cuerpo contra el suyo. El corazón de Jungkook se rompió al imaginar el tormento que Jin debía haber soportado en silencio, ocultando su sufrimiento detrás de una máscara de valentía.
En ese momento, juró proteger a Jin con cada fibra de su ser, prometiendo nunca dejarlo solo en su dolor. Juntos, enfrentarían los desafíos que la vida les lanzara, encontrando consuelo y fortaleza en el amor que compartían.
Jin miró a Jungkook con ojos llenos de dolor y vergüenza, su voz temblaba al hablar.
—Jungkook, necesito que sepas la verdad —comenzó Jin, su voz apenas un susurro cargado de angustia.
Jungkook lo miró con atención, preocupación reflejada en su rostro.
—Namjoon... Namjoon me amenazó —continuó Jin, su voz quebrándose con cada palabra. —Dijo que nos quitaría todo si no volvía con él.
La confesión golpeó a Jungkook como un puñetazo en el estómago. No podía creer que Namjoon hubiera llegado tan lejos, que fuera capaz de amenazar a Jin de esa manera.
—Pero eso no es todo —prosiguió Jin, sus ojos llenos de lágrimas mientras recordaba el horror de lo que había sucedido. —Me golpeó... me golpeó por haber estado contigo.
El corazón de Jungkook se encogió ante las palabras de Jin, una mezcla de furia y tristeza burbujeando dentro de él. No podía soportar ver a Jin sufrir de esa manera, no podía entender cómo alguien podía lastimar a la persona que amaba de esa manera.
Sin decir una palabra, Jungkook envolvió a Jin en un abrazo reconfortante, prometiéndole en silencio que lo protegería de cualquier daño. Juntos, enfrentarían los desafíos que se interponían en su camino, encontrando consuelo y fuerza en el amor que compartían.
Con el corazón lleno de empatía y un deseo ardiente de consolar a Jin, Jungkook lo envolvió en un abrazo reconfortante, dejando que sus labios se encontraran en un beso suave y lleno de amor. Con cada roce de sus labios, Jungkook transmitía su amor y apoyo incondicional, borrando temporalmente el dolor y la angustia que atormentaban a Jin.
Los besos de Jungkook eran como una dulce melodía que envolvía a Jin, calmando su alma atormentada y llenándolo de una sensación de paz y seguridad. Con cada caricia y cada suspiro compartido, Jin se sentía más cerca de Jungkook, más conectado a él en un nivel que trascendía las palabras.
En ese momento de intimidad compartida, el mundo exterior se desvaneció, dejando solo a Jungkook y Jin en su propio universo de amor y comprensión mutua. Los besos de Jungkook eran una promesa silenciosa de que siempre estaría allí para Jin, que siempre lo protegería y lo cuidaría, pase lo que pase.
Y mientras se sumergían en el dulce éxtasis de su amor compartido, Jin sintió que el peso de sus preocupaciones se desvanecía, reemplazado por la luz brillante y cálida del amor de Jungkook. En ese momento, se dio cuenta de que, pase lo que pase, siempre tendría a Jungkook a su lado, iluminando su camino con su amor eterno.
La noche transcurrió en una atmósfera de calma y confianza, como si el universo mismo estuviera tejiendo un velo de protección alrededor de Jungkook y Jin. Mientras se acurrucaban bajo las sábanas, compartieron sus historias de vida, revelando los secretos más profundos y oscuros que habían guardado durante tanto tiempo.
Jin comenzó, compartiendo la historia de su infancia en el orfanato, donde había conocido a Jimin y Jiwon, quienes se convirtieron en sus hermanos de corazón. Relató cómo habían crecido juntos, enfrentando juntos los desafíos del mundo y apoyándose mutuamente en tiempos difíciles. Habló de las fiestas nocturnas y las aventuras salvajes que compartieron, y cómo conoció a Namjoon en una de esas fiestas, quedando cautivado por su encanto superficial pero pronto descubriendo las grietas en su máscara de perfección.
Jungkook escuchaba atentamente, sintiendo una conexión más profunda con Jin a medida que compartía sus experiencias. A su vez, relató su propia historia, recordando los días oscuros de su niñez, cuando Namjoon lo hacía sentir culpable y menospreciado, culpándolo por ser el favorito del señor Kim. Reveló cómo su madre siempre estaba al borde de la muerte, ya sea por las golpizas de su padre o por sus intentos de suicidio, y cómo el señor Kim siempre lo llevaba a Corea como si fuera su salvador, sin saber el verdadero motivo detrás de sus acciones.
En medio de sus confesiones, se forjó un vínculo más profundo entre ellos, una comprensión mutua y un apoyo incondicional que les daba fuerzas para enfrentar los desafíos que se avecinaban. En esa noche de confesiones y complicidad, Jungkook y Jin encontraron consuelo el uno en el otro, prometiéndose mutuamente nunca más volver a enfrentar la oscuridad solos.
Con cada palabra que Jin pronunciaba, se revelaba una brecha aún más profunda entre la relación que había compartido con Namjoon y la conexión que ahora estaba floreciendo con Jungkook. Jin confesó cómo con Namjoon nunca había sentido la libertad de ser completamente honesto, cómo sus pensamientos y sueños eran juzgados y menospreciados constantemente. Namjoon siempre lo había visto a través de una lente distorsionada, recordándole una y otra vez su lugar predestinado en el hogar, como si fuera una profecía que inevitablemente se cumpliría.
Las palabras de Jin resonaron en el aire, llenas de dolor y desilusión por una relación que nunca había sido lo que él deseaba. Habló de las actitudes violentas de Namjoon, de cómo sus explosiones de ira lo habían asustado y alejado, dejándolo atrapado en un ciclo interminable de miedo y ansiedad.
Para Jungkook, escuchar la confesión de Jin fue como abrir una ventana a un mundo desconocido, revelando las profundidades de su sufrimiento y la magnitud de su valentía al enfrentarlo. Se sintió honrado de ser testigo de la vulnerabilidad de Jin, de ser elegido como su confidente y su refugio seguro en medio de la tormenta.
En ese momento, Jungkook se comprometió silenciosamente a ser el apoyo incondicional que Jin nunca había tenido, a ser el ancla que lo mantendría firme en medio de la adversidad. Juntos, enfrentarían los demonios del pasado y construirían un futuro basado en el amor, la confianza y el respeto mutuo.
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The theacher|| Kookjin
FanfictionEn la oscuridad de una noche cargada de excesos y arrepentimientos, Kim Seokjin, un respetado profesor universitario, se encuentra envuelto en un torbellino de pasión y errores. Bajo la influencia del alcohol y la euforia, Seokjin sucumbe a los enca...