IX

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El cielo se oscureció repentinamente, como si el universo mismo estuviera reflejando el tormento interno de Namjoon. Las nubes grises se acumulaban en el horizonte, presagiando el aguacero que pronto se desataría sobre la ciudad. Namjoon caminaba por las calles, perdido en sus pensamientos, con el corazón hecho pedazos por la ruptura con Jin.

Cada paso que daba parecía hundirlo más en la oscuridad de su propia angustia. ¿Qué había hecho mal? Se preguntaba una y otra vez, sin encontrar respuestas. Durante diez años, él y Jin habían compartido sus vidas, sin embargo, ahora todo parecía desmoronarse ante sus ojos.

El sonido de las primeras gotas de lluvia golpeando el pavimento resonaba en sus oídos, mezclándose con el eco de sus propios sollozos. El aguacero comenzó a caer con fuerza, empapando su ropa y su piel, pero Namjoon apenas lo notaba. Su mente estaba ocupada por los recuerdos de los momentos felices que había compartido con Jin, ahora eclipsados por la amargura de la separación.

Finalmente, Namjoon llegó a su casa, con el corazón aún más pesado que antes. Se dejó caer en el sofá, sintiendo que el peso del mundo descansaba sobre sus hombros. Las lágrimas seguían fluyendo, mezclándose con las gotas de lluvia que se deslizaban por su rostro.

No entendía qué había pasado, por qué Jin había reaccionado de esa manera. Se sentía culpable, como si de alguna manera hubiera sido responsable de la ruptura. Durante toda la noche, se sumergió en un mar de autocompasión y dolor, incapaz de encontrar consuelo en ninguna parte.

Al día siguiente, Namjoon se levantó con los ojos hinchados y la cabeza embotada por el llanto. Decidió no ir al trabajo, no podía enfrentarse al mundo exterior en su estado actual. Se limitó a quedarse en casa, sumido en su propia tristeza, sin atender ninguna llamada ni mensaje que llegara a su teléfono. Se sentía perdido, sin rumbo, preguntándose una y otra vez cómo había llegado a este punto en su vida.

La puerta se abrió con un chirrido, revelando la figura de Jungkook sosteniendo una bandeja de comida casera. Su rostro estaba lleno de preocupación mientras observaba a Namjoon, quien yacía en el sofá con la mirada perdida en el vacío. Jungkook avanzó con pasos cautelosos, colocando la bandeja sobre la mesa antes de acercarse a su hermano.

Namjoon levantó la mirada al escuchar los pasos de Jungkook, y una pequeña chispa de esperanza brilló en sus ojos. Sabía que podía confiar en Jungkook, que siempre estaría ahí para él en los momentos difíciles. Sin pensarlo dos veces, comenzó a desahogarse, compartiendo sus penas y preocupaciones con su hermano menor.

Jungkook escuchaba atentamente, sintiendo el peso de las palabras de Namjoon sobre sus hombros. Se sentía culpable de alguna manera, sabiendo que su presencia en la vida de Jin había contribuido a la ruptura entre él y Namjoon. Sin embargo, decidió dejar de lado sus propias preocupaciones y centrarse en consolar a su hermano.

Con palabras de aliento y gestos de afecto, Jungkook intentó levantar el ánimo de Namjoon. Le recordó todo lo bueno que tenían en sus vidas y lo mucho que se tenían el uno al otro. Aunque el dolor seguía presente, Namjoon sintió un poco de consuelo al tener a Jungkook a su lado, compartiendo su carga emocional y ofreciendo su apoyo incondicional.

Mientras tanto, Jungkook luchaba con sus propias emociones, tratando de procesar su papel en la situación. Se prometió a sí mismo hacer todo lo posible para ayudar a su hermano a superar este difícil momento, sin importar cuánto tiempo tomara. Juntos, se aferraron a la esperanza de que algún día, las cosas mejorarían y encontrarían la paz que tanto anhelaban.

Después de compartir ese momento íntimo con Namjoon, Jungkook sintió un peso en el corazón mientras se preparaba para salir de la casa. Cada paso hacia la puerta parecía más pesado que el anterior, como si estuviera cargando el peso del mundo sobre sus hombros.

El aire estaba cargado de tensión y tristeza mientras Jungkook se despedía de su hermano mayor. Aunque había intentado consolarlo lo mejor que pudo, sabía que la situación seguía siendo difícil para Namjoon. Sin embargo, confiaba en que con el tiempo las cosas mejorarían y que podrían encontrar la forma de superar juntos este difícil momento.

Con un suspiro resignado, Jungkook finalmente salió de la casa de Namjoon y se dirigió hacia la de Jin. El camino se extendía ante él, borroso por la lluvia persistente que seguía cayendo del cielo. Cada paso lo llevaba más cerca de su destino, pero también parecía alejarlo más de la tranquilidad que tanto ansiaba.

Mientras caminaba por las calles mojadas, Jungkook no pudo evitar sentirse abrumado por una mezcla de emociones. La culpa por su papel en la ruptura de Jin y Namjoon seguía pesando en su mente, pero también sentía una determinación renovada para hacer todo lo posible para ayudar a Jin a superar este difícil momento.

Finalmente, llegó a la puerta de la casa de Jin y tocó con cuidado. El sonido resonó en el aire, casi ahogado por el suave murmullo de la lluvia. Jungkook esperó con el corazón en la garganta, preguntándose qué tipo de recepción recibiría de Jin después de todo lo que había sucedido entre ellos.

Jungkook estaba visiblemente preocupado cuando Jin abrió la puerta, sus ojos reflejaban una mezcla de esperanza y aprehensión. Sin embargo, su determinación no disminuyó cuando comenzó a hablar, sus palabras llenas de urgencia y súplica.

─ Jin hyung, por favor, vuelve con Namjoon hyung -imploró Jungkook, con un tono de voz lleno de desesperación-. Él te necesita, y yo sé que tú también lo necesitas. Pueden arreglar las cosas juntos, como una familia.

Jin se mantuvo firme en su negativa, su expresión seria mientras escuchaba las palabras de Jungkook. Sabía que no podía volver atrás en su decisión, no después de todo lo que había pasado. Pero Jungkook no parecía dispuesto a rendirse tan fácilmente.

─ ¿Por qué no quieres tener al bebé? -preguntó Jungkook, con una mirada de confusión en sus ojos-. Si más tarde van a ser una gran familia, ¿por qué no darle una oportunidad desde el principio?

Las palabras de Jungkook resonaron en el aire, llenando el espacio entre ellos con una tensión palpable. Jin vaciló por un momento, luchando con sus propios pensamientos y emociones. Finalmente, decidió compartir la verdad con Jungkook, sabiendo que ya no podía ocultarla más.

─ Porque el bebé no es de Namjoon -admitió Jin en un susurro, su voz apenas audible por encima del sonido de la lluvia-. Es tuyo, Jungkook. Tú eres el padre.

Jungkook quedó visiblemente sorprendido por la revelación de Jin. Durante un momento, su expresión se volvió un torbellino de emociones: sorpresa, incredulidad y un destello de comprensión.

─ ¿Qué? -exclamó Jungkook, su voz entrecortada por la conmoción-. ¿Cómo es posible?

Jin bajó la mirada, sintiendo el peso de la verdad sobre sus hombros. Sabía que esta conversación cambiaría todo, pero ya no podía seguir guardando ese secreto para sí mismo.

─ Lo siento, Jungkook -susurró Jin, sintiendo un nudo en la garganta-. En esa noche no usamos suficientes preservativos y se que tal vez tengas una mal imagen mía. Pero el bebé es tuyo.

Jungkook se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Luego, levantó la mirada hacia Jin, con una expresión que era una mezcla de incredulidad y determinación.

─ No importa cómo sucedió -dijo Jungkook con firmeza-. Lo que importa es lo que hagamos ahora. Pero no estás solo.

Las palabras de Jungkook resonaron en el corazón de Jin, sintiendo un torrente de emociones abrumadoras. Aunque sabía que el camino por delante sería difícil, también sintió una chispa de esperanza, sabiendo que no estaría solo en este nuevo capítulo de su vida.

The theacher|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora